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sábado, 29 de diciembre de 2012

La centralidad de la causa campesina en el Encuentro Intercultural Iván Illich

La centralidad de la causa campesina en el Encuentro Intercultural Iván Illich

Miguel Valencia


Desde hace más de medio siglo se ha cuestionado severamente la política de "industrializar el campo" y de aplicar en este terreno conceptos de productividad (toneladas de producto por hectárea) y los criterios de la nefasta revolución verde, impulsada por EUA. La escandalosa ineficiencia de la agroindustria moderna, denunciada por su altísimo consumo de hidrocarburos (más de diez calorías de energéticos para producir una caloría de alimentos y reconocida causa central del cambio climático) sólo se sostiene en el mundo por medio de los muy elevados subsidios que recibe en los países poderosos (protegidos por los acuerdos de "libre comercio") que tienen el perverso objetivo de hacerle la guerra a la producción campesina en pequeña escala de los países "emergentes" o "subdesarrollados",como México (Estado Fallido). La agroindustria intenta eliminar la producción campesina para lograr el objetivo propuesto por Henry Kissinger a los banqueros, hace unos 40 años: "controlar a los pueblos por el estomago". La naturaleza viva de los suelos rurales, choca frontalmente con los criterios industriales y económicos que pretenden imponer los gobiernos poderosos, los bancos de desarrollo y su Tecnociencia. Transformar al campo en una fábrica de alimentos ha sido uno de los grandes errores del Siglo XX que ahora pagamos muy caro. No obstante, la polémica por la introducción de los cultivos transgénicos revela la enormidad de los intereses económicos que se oponen al reconocimiento de estos errores históricos de la Tecnociencia y que pretenden salir de esta vía muerta por medio de la "fuga hacia adelante" que implican los OGM.

El interés que Jean Robert ha demostrado desde hace muchos años por la causa campesina, se manifiesta en la centralidad que tuvo este tema en el Encuentro Intercultural Iván Illich de Cuernavaca. La presencia en este acto de Silvia Pérez-Vitoria, confirma la importancia que se le dio a este tema. Autora de importantes trabajos campesinistas, como Les paysans sont de retour, Actes Sud, (Los campesinos están de regreso), e integrante de las asociaciones La Ligne de l'horizon y Les amis de Francois Partant, en las que participa Serge Latouche, Silvia describió el exterminio histórico de los campesinos y el significado ecológico de esta guerra contra los pobres: la desaparición de las tres cuartas partes de la biodiversidad, la muerte de los suelos y la degradación culinaria. Las políticas de desarrollo del campo impuestas después de la Segunda Guerra han tenido como propósito principal la eliminación de la vida campesina (López Portillo y Hank González consideraron prioritario en su momento el desplazamiento de los campesinos hacia las ciudades). Para sobrevivir, los campesinos han fundado grandes organizaciones, como los Sin Tierra en Brasil (1985) y la Vía Campesina (1993), organización mundial que agrupa más de 200 millones de personas y que ha sido la más combativa organización en el tema alimentario y climático.

Silvia nos dice: en la cultura campesina lo prioritario no es la propiedad de la tierra sino el uso de la misma; el trabajo de la familia es lo habitual y sólo por excepción se pagan salarios; la producción es principalmente para el autoconsumo; entre los campesinos se busca el apoyo mutuo y se evita la competencia. Los conceptos industrialistas de productividad son enemigos de los saberes campesinos. La Agronomía ha sido en Francia siempre hostil a los campesinos; considera absurdos y "atrasados" a sus saberes, por lo que ha tratado por un siglo de destruir la cultura campesina, con el apoyo del Estado y del Mercado. Los gobiernos del siglo XX, tanto capitalistas como socialistas, han despreciado la actividad campesina y han buscado todas las maneras de exterminarla. Por otro lado, las transnacionales se han dedicado a la piratería de los saberes campesinos. El campesino busca la pluriactividad, el equilibrio con la naturaleza; busca recrear comunales, como las semillas a las que considera como una creación colectiva de siglos (sagrada) que no puede ni debe expresarse en términos monetarios. Sin embargo, las transnacionales han conseguido acaparar los bancos de semillas con el apoyo de los gobiernos. A lo dicho por Silvia Pérez-Vitoria habría que añadir que la única garantía real de la calidad de los alimentos reside en que el vendedor del alimento consume habitualmente el alimento que vende; que los excedentes de la producción campesina pueden llegar a alimentar a los que no cultivan sus alimentos(que debieran ser la minoría de la población) y que el campesino, como el artesano, constituyen el modelo de autonomía más perfeccionado, ya que no requieren ni desean el empleo esclavizante y destructivo, basado en criterios de productividad que exige la mentalidad economicista moderna. Crean una labor que ofrece satisfacciones espirituales, requiere poco manejo de dinero y desprecia la competencia por degradante.

En los años recientes, las Naciones Unidas, por la presión de los gobiernos poderosos y las transnacionales, han aprovechado las cumbres climáticas, las COP, para lanzar ataques devastadores contra los campesinos y los indígenas, como los programas REDD+ que eliminan la gratuidad y colocan a los bosques y otros bienes comunes en las bolsas de valores. El caso de Cuba revela otra forma de eliminar la cultura campesina, por medio del socialismo real; prácticamente han desaparecido los campesinos en ese país y de los que quedan, el 85% son mujeres. La organización Grain, considera que todavía hasta el 60% del consumo mundial de alimentos se apoya en la producción campesina. En el caso de los lácteos, hasta 85% está en manos de campesinos. En esto momentos el gobierno mexicano pretende autorizar la plantación de 2.4 millones de hectáreas de maíz transgénico a las grandes empresas del agrobussiness, como Monsanto, Du Pont, Dow y otras; se trata de un ataque frontal contra la subsistencia de los pobres, la biodiversidad y la autonomía de las comunidades: uno de los mayores ataques contra la sociedad mexicana y sus bienes comunes. Es imperativa la movilización en apoyo a los campesinos mexicanos y a la defensa del tesoro que representan las semillas que ellos han conservado. El Yo histórico colectivo de los campesinos, el Nosotros de los campesinos que incluye aquienes tienen afinidad por las culturas se rebela contra la sociedad de los sistemas: la sociedad de crecimiento.

En diciembre de 2009, los contingentes de La Vía Campesina presentes en la cumbre climática, la COP-15 de las Naciones Unidas de Copenhague, fueron los más numerosos, organizados y comprometidos manifestantes frente al centro de las reuniones gubernamentales (Bella Center). Enarbolaban banderas con el lema: Los campesinos enfrían al planeta, para advertir que la forma de producción campesina consume mucho menos hidrocarburos que la agroindustria y produce, por lo mismo, mucho menos emisiones de gases de efecto invernadero, GEI. En 2010, el Comité Organizador del Klimaforum10 de Cancún, para la COP-16, adoptó como su prioridad máxima ofrecer su apoyo a las organizaciones indígenas y campesinas; fue así que tuvieron un lugar muy especial en sus actividades la organización indígena Environmental Indigenous Network y los campesinos e indígenas mayas de Quintana Roo. ECOMUNIDADES ha advertido de la importancia de defender la vida campesina en la Cuenca del Valle de México y ha ofrecido su apoyo incondicional a los ejidatarios de Chalco, Tláhuac, Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Tecamac, Texcoco que se han opuesto a la urbanización creada por megaproyectos, como aeropuertos, casas ARA, GEO Homex, la construcción de la Línea 12 del Metro, la Supervía, los arcos viales, la ampliación de carreteras o ejes viales, los segundos pisos.

Jean Robert nos ha contado (La Puissance des pauvres, Actes Sud,2008) la historia del más importante estudioso soviético de la economía agraria rusa, Alexandre Tchayanov, quien pretendía reformar el socialismo soviético que, según él, se equivocaba al intentar reducir la situación de los campesinos a la de proletarios sometidos al régimen de verdaderas fábricas de alimentos: los kolkhozes. Fue enjuiciado en 1930 y estuvo a punto de convencer a sus jurados. El Estado socialista hizo abortar un segundo proceso, lo aprendió en 1932 y lo envió cinco años a un campo de Kazahaztan. En 1937, apenas llegado a Moscú fue detenido, se le instruyó un segundo proceso. El 3 de octubre de 1937 fue acusado de ser miembro fundador de un partido agrario ilegal, inexistente: fue condenado y fusilado el mismo día. Su mujer pasa 18 años en el gulag. Su hijo tiene la alegría de asistir a la ceremonia de rehabilitación de su padre, cincuenta años después de su ejecución, en el mismo lugar donde había sido condenado. Al matar a Tchayanov, el socialismo soviético se suicidó. Como lo diría Theodor Shanin, que presidió las ceremonias de su rehabilitación, Tchayanov fue ejecutado porque tenía la razón. La imagen del tradicional pueblo ruso, el mir, estaba presente en esta lucha. La palabra mirtiene en ruso tres significados: el mundo, la paz y la comunidad campesina.

El 1 de enero de 1994 el mundo tiene conocimiento de un hecho insólito, la existencia del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. La Rebelión zapatista se impone al gobierno mexicano y crea las comunidades autónomas zapatistas: se abre otro futuro, otro camino para que otros mundos sean posibles. Como lo hace notar Serge Latouche, La "revolución en la revolución" realizada por la revolución neozapatista ha sido decisiva. Abre la vía en América del Sur a toda una serie de cambios que en los decenios por venir podrían marcar el destino de la humanidad. Como lo advierte la Declaración zapatista del 12 de marzo de 2001 En suma, nosotros los indígenas no pertenecemos al pasado,pertenecemos al mañana.

 

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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción! 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Transportes y Desvalor- La pérdida de las capacidades humanas inducidas por los transportes

Transportes y Desvalor- La pérdida de las capacidades humanas inducidas por los transportes

Presentación en la plenaria del Encuentro Ivan Illich del 14 de diciembre de 2012, en Cuernavaca

Cada año, el territorio donde vivo (la Cuenca del Valle de México), se altera con mayor rapidez. Veo crecer no sólo mi ciudad sino todas las ciudades de México, y aún las de los países poderosos que tienen población en decrecimiento. Desde que se introdujo la máquina de vapor hace más de doscientos años, todo camina en el mundo, hasta las mismas rocas, los montes, los ríos, las casas, los edificios, los pueblos, las ciudades, y los bosques, como aquel famoso bosque en el Macbeth de Shakespeare:No alces la cabeza, rebelión, hasta que camine el Bosque de Birnam. Todo se mueve a mí alrededor todos los días, casi imperceptiblemente, a velocidades diferentes. El paso diario de los transportes cambia continuamente el paisaje: aumentan las personas que se transportan, las unidades de transporte que transitan por mi comunidad. Aumenta la superficie pavimentada o urbanizada; aumentan el número y la altura de los edificios que me rodean; aumenta el volumen de carga; aumenta la velocidad puntual, ocasional, de los transportes. El transporte mueve, disloca, cambia todo lo que está en su cercanía y altera el paisaje rural y urbano. Cambian los usos del suelo. El transporte disloca o deporta a las personas, expele las cosas y también disloca el tiempo de nuestra vida.

El culto a la velocidad es el símbolo que organiza a los transportes y crea el Espectáculo de la Velocidad. La velocidad que envejece al mundo se ha vuelto un nuevo absoluto. Hoy nacemos sólo para movernos. Sin embargo, el Espectáculo de la Velocidad, la apariencia de velocidad, no es realmente la velocidad que nos gustaría tener. En el libro Energía y Equidad, (1973), Ivan Illich nos descubre, por medio de la noción de la "velocidad generalizada", lo que ocultan la industria, los gobiernos y las universidades, de la siguiente manera "el varón americano típico consagra mas de 1,500 horas por año a su automóvil: sentado en él, en marcha o parado, trabajando para pagarlo, para pagar la gasolina, los neumáticos, los peajes, los seguros, las infracciones y los impuestos para la construcción de carreteras y los estacionamientos. Le consagra cuatro horas al día en las que se sirve de él o trabaja para él. Sin contar con el tiempo que pasa en el hospital, en el tribunal o en el taller o viendo publicidad automovilística ante el televisor… Estas 1,500 horas anuales le sirven para recorrer 10,000 kilómetros, es decir, 6 kilómetros por hora. Exactamente la misma velocidad que alcanzan los hombres en los países que no tienen industria de transporte. Con la salvedad de que el americano medio destina a la circulación la cuarta parte del tiempo social disponible, mientras que en las sociedades no motorizadas se destina a este fin sólo entre 3 y el 8 por 100." Desde entonces sabemos que la velocidad no es sino la cara oculta de la riqueza; de la riqueza que la gran mayoría a la mayoría de la población transfiere a una minoría muy poderosa, el 1%.

Con las vías de comunicación, se desnaturaliza no sólo el tiempo también el territorio. La civilización del automóvil aleja los lugares donde se realizan las grandes actividades humanas( la vivienda, el trabajo, las amenidades); arruina los comercios y los placeres de proximidad mientras nos impone la dictadura de un modelo urbanizador adaptado a sus necesidades: el hombre ha quedado entonces al servicio de la maquina, del automóvil. Mientras más transportes circulan en el territorio menos valen socialmente las personas, menos belleza y amenidad tiene el paisaje que nos rodea. Muere en el mundo la autonomía, aparece el desvalorde la persona, la familia y la comunidad territorial y desde luego de la Madre Tierra. La creciente cantidad de transportes que circulan por nuestras casas, banquetas, calles, jardines, camellones, parques, bosques y campos de cultivo; el aumento en la circulación de autos y camiones en las vías rápidas y las carreteras, multiplican las muertes y las discapacidades, especialmente paro los grupos vulnerables, como niños, jóvenes, mujeres y ancianos. Esta guerra de baja intensidad provoca más muertos y discapacitados que las guerras de gran intensidad como la de Iraq o las guerras civiles, como la de Libia o Siria.

El mundo moderno deslocaliza tanto a los hombres como a los objetos y los hace intercambiables; se deporta a los vecinos que residen en el centro de las ciudades hacia las afueras de las mismas; se desplaza a los campesinos fuera de sus tierras; se hace migrar a todas las poblaciones en la penuria económica hacia los países poderosos. Todos podemos inesperadamente ser desplazados de nuestra casa, calle, colonia, ciudad o país, por algún giro repentino, violento, típico de la mundialización: una vía rápida, una ampliación de carretera o una nueva línea del Metro, una célula de un cartel del narco, una crisis social, económica o política… La construcción de calles anchas, de bulevares y calzadas, de viaductos, periféricos, pasos a desnivel, distribuidores viales, segundos pisos, arcos viales, cortan, laminan, trituran el tejido urbano, hacen fuerte al crimen organizado, y pone todo lo que necesito cada día más lejos: puedo ir más rápido a Tlahuac con la línea 12 de Metro, pero los lugares a los que necesito ir que estaban cerca de mi colonia ahora empiezan a moverse hacia otras demarcaciones; cada año me cuesta más tiempo ir a visitar a los amigos en su casa o encontrar lo que busco cerca de casa. Cierto, el OXXO, el Walmart, y Bancomer y Banamex me quedan cada día más cerca, pero, desapareció mi antigua miscelánea, mi abarrote, mi panadería, mi tintorería, mi zapatero, mi carpintero, mis pequeños comerciantes; se fueron los antiguos vecinos y llegan unos nuevos que proyectan sus nuevos domicilios en otras colonias, ciudades o países. Quienes viven cerca de los megaproyectos, quedan rodeados,"encapsulados" por grandes obstáculos: rodeos enormes, vallas, puentes y túneles peatonales; deben franquear grandes distancias para ir del otro lado de estas infraestructuras; los viajes que eran cortos se hacen largos; es más rápido ir más lejos que más cerca; frecuentemente es más rápido tomar una tangente que ir derecho al punto que quieren. La esfera tecnológica mata a la esfera geográfica (social, política, cultural). El hombre consumista es un producto hidropónico: se cultiva fuera del suelo, vive en su auto o en una vivienda u oficina, a varios pisos sobre el suelo. Es mal visto ser con toda evidencia de un lugar. Las lenguas regionales y aun los acentos locales son poco aceptados o deslegitimados. La desterritorialización genera incomprensión y violencia. En la aldea global todo es igual, como los aeropuertos o las franquicias Mac Donalds; en ella se multiplican los llamados No lugares o lugares iguales en todo el mundo, o los lugares chatarra, o la "tierra de nadie", como las vías del ferrocarril, los sumideros, las zonas industriales, los bajo puentes.

En México, sólo un 18% de sus ciudadanos utilizan regularmente el automóvil, no obstante, las ciudades están hechas para ellos(los trailers empiezan a desplazarlos). La opinión del automovilista pesa algo así como la opinión de diez ciudadanos sin automóvil, ya que consigue imponer las vías rápidas que necesita, eliminar los impuestos a las gasolinas, a los autos, a los estacionamientos: es un ciudadano "pesado":hace surco por donde se desplaza. En cambio el peatón vive un mundo "del otro lado del parabrisas", un mundo de alto riesgo, muy hostil que habitualmente debe, además, convertirse en "usuario del transporte público". El peatón y el usuario del transporte sienten toda la miseria, el sentimiento de abandono, impotencia, exclusión, pobreza "moralmente sentida", desesperación, segregación que acompaña a su condición. El sistema de transportes impone las peores humillaciones a la mayor parte de los ciudadanos. Según el libro Dans le miroir du passe, Ivan Illich, lanza en 1968, una severa crítica al economicismo dominante, que impone el transporte obligatorio para sobrevivir en la modernidad, con el concepto de desvalorque designa la pérdida… que no se podría estimar en términos económicos. Que el economista no tiene medio alguno para estimar lo que sucede a una persona que pierde el uso efectivo de sus pies porque el automóvil ejerce un monopolio radical sobre la locomoción. De lo que se priva a esta persona no pertenece al dominio de la escasez. En el presente, para ir de aquí a allá debe comprar kilómetros-pasajero. El medio geográfico paraliza sus pies. El espacio ha sido convertido en una infraestructura destinada a los vehículos. ¿Esto quiere decir que los pies son obsoletos? Desde luego que no. Los pies no son "medios rudimentarios de transporte personal" como nos lo quieren hacer creer algunos responsables de las redes carreteras. Pero, sucede que, atascada en lo económico (por no decir anestesiados) la gente se ha vuelto ciega e indiferente a la pérdida inducida por el desvalor.

Las cuatro o cinco horas diarias que dedican al transporte la gran mayoría de las personas en el mundo, en buenos y malos trenes rápidos, suburbanos o de cercanías; en Metros o Metrobuses; en autobuses o camiones; en autos de lujo o económicos, equivalen aproximadamente a 1,400 horas al año en las que gastan en promedio la tercera parte de sus ingresos; sin embargo, en estas horas, normalmente no descansan, sufren mucha tensión o stress; no se educan, se embrutecen; no gozan, se aburren mucho; no ganan dinero, lo pierden miserablemente; viven los peores momentos de sus vidas y abandonan a su familia y a sus amigos. Podemos en este momento establecer las siguientes reglas: La Primera Regla: La Buena Vida o el Buen Vivir es inversamente proporcional al uso diario de transporte: mientras menos transporte diario más bienestar social, mas prosperidad. La Segunda Regla: El mejor transporte es el que no se usa o no se fabrica: el usó mínimo del transporte implica el beneficio máximo. Esto no significa que los transportes deban desaparecer totalmente; solo deben ser utilizados lo menos posible; se debe fijar un máximo de velocidad de 25- 30 kmh, que es la velocidad óptima de los transportes urbanos. Las tres o cuatro horas diarias en las que utilizamos indebida pero obligatoriamente el transporte, son consecuencia de los grandes beneficios que estas horas de transporte le reportan a una minoría de la población, el 1% del que habla Occupy Wall Street y, también, de la colonización mental de la gran mayoría de la población. En efecto, la escuela, los medios y la publicidad y el consumo de la cotidianidad tecnológica, hacen posible que duren todavía los valores que conservan en el mundo las tres o cuatro horas que diariamente pierde miserablemente la gran mayoría de la población humana.

Miguel Valencia Mulkay.- ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

 

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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 

El descrecimiento como consigna política ::: Miguel Valencia,

El descrecimiento como consigna política

Miguel Valencia

Presentación en el Encuentro Intercultural El humanismo radical de Ivan Illich. Mesa 6
Cuernavaca, Morelos, 14 de diciembre de 2012

Un movimiento muy ligado al pensamiento de Ivan Illich se extiende rápidamente por
países latinos de Europa (Francia, Italia, España, Portugal) y por algunos otros, como
Dinamarca, Polonia, Inglaterra. También, avanza en Canadá, Australia, Japón, México
y Brasil. Este movimiento emerge en Francia en 2003, a partir de la publicación del
artículo de Serge Latouche, Pour une societe de decroissance (Por una sociedad de
descrecimiento) en Le Monde Diplomatique que desata un movimiento social en Francia:
La decroissance. En 2004 el ecologista Francois Schneider recorre Francia en un burro y
consigue la creación de grupos de decroissance en varias provincias; se funda en Lyon el
periódico La decroissance, luego, el Partido de la decroissance, y más tarde, la Asociación
de la decroissance. En su libro Le pari de la decroissance, Fayard, 2006 (La apuesta por el
descrecimiento), Serge Latouche nos advierte: La decroissance (el descrecimiento, como
lo llamamos en México) no es un concepto, tampoco es una teoría del decrecimiento,
es una consigna política con implicaciones teóricas; es una bandera bajo la cual nos
agrupamos aquellos que hemos procedido a hacer una crítica radical del desarrollo y que
queremos esbozar los contornos de un proyecto alternativo para una política de post
desarrollo.

Como lo advierte Latouche, este movimiento internacional tiene su sustento en la labor
de una pequeña "Internacional" anti o post desarrollo, en la filiación de Ivan Illich,
Jacques Ellul y Francois Partant que desde los años 60 analiza y denuncia las calamidades
producidas por el desarrollo en los países subdesarrollados o del Sur y que permanece
en Francia de manera casi subterránea hasta 2002, el año del famoso coloquio de la
UNESCO en Paris Deshacer el desarrollo, Rehacer el mundo. En este coloquio convergen
los seguidores del pensamiento de Ivan Illich, él mismo estuvo presente (fue su última
aparición antes de morir en Bremen, en diciembre de ese año), de Nicholas Georgescu
Roeguen y de Corneluis Castoriadis. Estas tres grandes corrientes de pensamiento se
unifican en torno a la denuncia del crecimiento como valor central del mundo de nuestros
días. El coloquio de 2002 en Paris anticipa claramente la crisis de la sociedad de mercado
mundializada y propone un salida positiva: la construcción de una sociedad autónoma,
participativa y ecológica: la sociedad de descrecimiento. Esta corriente de pensamiento
no sitúa el corazón del problema en el neo o ultraliberalismo o en la economía formal,
sino en la lógica del crecimiento percibida como esencia de la economicidad. No se
trata de sustituir una mala economía por una buena economía o un buen desarrollo,
pintándolos de verde o de sociales o de equitativos, con una dosis más o menos fuerte

de regulación estatal o de hibridación por la lógica del regalo o la solidaridad; se trata de
salir de la economía, como quien abandona una religión, pues esa es su naturaleza hoy
en día; abandonar el corsé de la escasez, el delirio productivista, el imaginario económico
capitalista, los axiomas de la economía. El movimiento por el descrecimiento considera
que el crecimiento económico de los últimos 30 años ha sido en gran medida financiero;
sabemos que no hay relación entre riqueza económica y bienestar social; sabemos del
contenido polisémico de la palabra riqueza y pobreza. El movimiento rechaza, también, el
llamado desarrollo sustentable al que denuncia como una tentativa de engaño para salvar
al crecimiento económico; lo denuncia como un oxímoron y como un pleonasmo. Por otra
parte, nos tememos mucho que tanto el Final del Petróleo Barato y el desorden climático
provocan ya un decrecimiento sostenido de la economía mundial; parece que vamos a
tener que educarnos por medio de catástrofes; el decrecimiento es ya casi inevitable, tal
como lo predijo Georgescu Roeguen. Como alternativa al desastre institucional mundial,
Latouche propone descrecer serenamente; Aries propone descrecer equitativamente;
Ecomunidades propone descrecer colectivamente. El descrecimiento debe ser una
decisión colectiva de las comunidades y pueblos y también, si se quiere, una decisión ética
individual, no impuesta por el espíritu competitivo.

Serge Latouche propone como primer paso la descolonización del imaginario (eliminar
la intoxicación mental creada por la escuela, los medios y el consumismo); preconiza
el descrecimiento, no como una alternativa concreta sino como una matriz que
autoriza el fortalecimiento de alternativas: propone esquemáticamente, como guía:
8 Rs: la Revalorización de los dones de la Naturaleza y de la convivencia humana.
Reconceptualizar el trabajo, el empleo, el consumo, la ciudad, la comunidad;
Reestructurar: cambiar las relaciones de producción (rechazo al productivismo),
distribución y consumo; Redistribuir la riqueza, el acceso al patrimonio natural entre el
Norte y el Sur y en el seno de la sociedad; redistribuir la tierra y el trabajo. Relocalizar la
política y la economía; proceso de reenclavar-reclavar que favorezca la autoproducción;
reducir radicalmente el uso del transporte; Reducir los consumos de agua, energía y otros
dones de la Naturaleza, hasta conseguir la huella ecológica adecuada (los estadounidenses
tendrían que reducir hasta diez veces sus consumos per cápita, los europeos entre cinco
y siete veces, para llegar a la sustentabilidad); reducir las horas de trabajo y el uso de
transportes. Reusar y Reciclar.

Paul Aries, otro de los referentes de este movimiento francés, señala el descrecimiento
no es el descrecimiento de todo y para todos, concierne a los que han crecido mucho:
los ricos y los países opulentos; propone las siguientes canteras del descrecimiento:
terminar con la ideología del progreso o el culto a la ciencia y la tecnología; liberarse de la
Megamáquina; acabar con la sociedad de consumo; terminar con la sociedad del trabajo;

realizar una relocalización generalizada; reaprender la gratuidad y nuestras relaciones
con la Naturaleza, lo que incluye nuestras relaciones con nosotros mismos; reencontrar la
autenticidad de la vida o del saber vivir, saber hacer; y saber distinguir los umbrales con la
técnica; una vida en la que dejamos de ser espectadores; re significar nuestro cuerpo; re
significar el tiempo y el territorio. Reestablecer la convivialidad con el fortalecimiento de
la autonomía. Resimbolizar la sociedad; construir un movimiento para el descrecimiento;
para terminar con lo imposible: el descrecimiento. La Apuesta por el Descrecimiento, es
pues una propuesta para reabrir la creatividad, asfixiada por el totalitarismo economicista,
desarrollista, progresista, por el pensamiento único creado por le economía; es una
apuesta para reconstruir la convivencia humana y rehacer nuestras relaciones con la
Madre Tierra; es una apuesta para recuperar la Buena Vida o el Buen Vivir.

El movimiento iniciado en Francia se extiende a Italia y España a partir de 2005, por
los libros de Mauro Bonaiuti de la Universidad de Torino, Maurizio Pallante, ecologista
histórico de Italia y Joan Martínez Alier de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En México, por la iniciativa de Ecomunidades, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca
de México, el 18 de octubre de 2007 se inicia en la Procuraduría Ambiental y de
Ordenamiento Territorial del DF, PAOT el primer ciclo de coloquios de descrecimiento,
con la presencia de Jean Robert, Eduardo Vega, director de la Facultad de Economía de la
UNAM y Américo Saldívar, profesor emérito de esa facultad; este ciclo de coloquios (6) se
habría de prolongar hasta finales de 2008. El grupo ecologista mexicano, ECOMUNIDADES,
lanza la palabra descrecimiento, con una S, para oponerla a la palabra decrecimiento, muy
ligada al pensamiento matemático y económico (una palabra cercana al cientificismo,
al academicismo, a la tecnocracia). Con esta palabra queremos signficar o subrayar la
voluntad de un colectivo, una comunidad, un pueblo, una ecorregión o una nación, de
reducir el consumo despilfarrador, el trabajo en exceso y la inequidad en su territorio; de
realizar estos cambios colectivamente, serenamente, debido al deseo de gozar una buena
vida o un buen vivir.

El caracol, utilizado por Illich como ejemplo del crecimiento contenido en la naturaleza,
se convierte en el emblema del movimiento internacional por la decroissance en Francia,
la decrescita en Italia, el degrowth en los encuentros internacionales, el decrecimiento
en España, el descrecimiento en México y el decrescimento en Brasil; el caracol, también
ha sido adoptado por los gobiernos zapatistas de Chiapas y por el movimiento Slow
Food. Desde 2008, cuando se celebra en París la Primera Conferencia Internacional de
Degrowth, se celebran cada dos años conferencias internacionales de Degrowth en
Europa; la Segunda Conferencia fue en Barcelona, en 2010; la Tercera Conferencia fue en
Venecia, en septiembre de 2012, con la asistencia de más de 800 personas de 45 países.
En mayo de 2012, se celebra la Primera Conferencia Internacional de Degrowth en Las

Américas, en Montreal, Canadá, con el apoyo de cinco grandes universidades en esa
ciudad. En estos días se convoca a la presentación de propuestas de posibles ciudades
sede de la Cuarta Conferencia Internacional que tendrá lugar en 2014. La decisión sobre la
nueva sede será en marzo de 2013.

En las últimas tres décadas, no sólo se han deteriorado los mares, ríos, lagos, lagunas,
manglares, humedales, como nunca antes en la historia humana, también lo han sido
los acuíferos, los glaciares, las selvas, los bosques. La biodiversidad tiene un pérdida
que se ha acelerado en este periodo a un ritmo de 1,000 a 30,000 veces superior a las
hecatombes de los tiempos geológicos pasados (Francois Ramade, Le Grand Masacre.
L'Avenir des especes vivants. 1999). Mil trescientos expertos internacionales publican en
2005 un informe bajo la égida de la Naciones Unidas que confirma lo que ya sabíamos:
que más del 65% de los ecosistemas del mundo están severamente afectados (Paul
Aries). En el mundo, una gran parte de los ecosistemas de los cuales vivimos está al filo
del colapso. El informe del Dr. Dominique Belpomme, (Las enfermedades creadas por
el hombre) que atribuye los canceres a las contaminaciones y del profesor Narbonne,
toxicólogo renombrado, señala que el fin de la humanidad llegará más pronto, hacia 2060,
por la esterilidad generalizada del esperma masculino bajo el efecto de los pesticidas y
otro productos orgánicos persistentes, de los cuales los CMR- cancerígenos, mutagénicos
y reprotóxicos, con muchos son los más dañinos. Podríamos continuar con una larga lista
de los desastres ambientales de los últimos 30 años que establecieron marcas históricas
de categoría mundial, en los temas de energía, agua y residuos. En el tema energético, por
ejemplo, la podíamos empezar con los desastres nucleares de Fukushima y Chernobyl, el
reciente derrame petrolero de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México,
la muerte de la cuenca del Río Athabasca en Alberta Canadá, debido a la extracción de
petróleo de las arenas bituminosas (Ver H2Oil), los daños en el Amazonas del Ecuador
por la extracción petrolera, el aumento del hambre en el mundo por la producción de
agrocombustibles, mal llamados biocombustibles, la aceleración del cambio climático por
las fugas de metano en el Ártico y las producidas por la extracción gas shale con técnicas
de fracking.

En el tema del agua podríamos crear otra larga lista de desastres y empezarla, por
ejemplo, con la muerte de los mares y los ríos del mundo, debido a las descargas de los
drenajes urbanos e industriales, a la basura que se tira en ellos; con el agotamiento de
los acuíferos del mundo por la sobrexplotación. En el tema de los residuos podríamos
también hacer otra larga lista y empezarla, por ejemplo, con los "sarcófagos nucleares"
que se guardan en muchas centrales nucleares en pisos elevados y que fueron
despedazados en Fukushima, los "mares de plástico" que flotan en los océanos, o las
catástrofes ambientales en Somalia y otros países africanos que se han vuelto sumideros

de la basura de los países desarrollados.

Por otra parte, existen dos casos paradigmáticos de la devastación de los dones de la
Naturaleza engendrados por el crecimiento económico de los últimos 60 años: el Cambio
o Desorden Climático y el Final del Petróleo Barato, o Entrada en la Era del Petróleo
Extremo o de Alto Riesgo, o Peak Oil, o Petrocolapso, o Era de los Tres Dígitos (más de
100 dólares el barril), como se le conoce mundialmente a este parteaguas energético.
Hecho como los siguientes confirman que ya estamos en este trance histórico o umbral
petrolero: La guerra de Irak; el relanzamiento de la energía nuclear con Obama; las
grandes inversiones que se proyectan en la extracción de petróleo en aguas profundas
y en santuarios naturales, como el Ártico, el Amazonas, las costas de California; la
emergencia de Canadá, como la nueva Arabia Saudita; la construcción del gran oleoducto
Keystone X para traer el petróleo de arenas bituminosas de Alberta, Canadá, a las costas
del Golfo de México; la ingente producción de agrocombustibles; los ambiciosos proyectos
para extraer gas shale o gas de esquisto o pizarra, por medio de fracking en EUA y muchos
otros países incluyendo a México; la expansión de la industria eólica y solar. La gran
crisis financiera de 2008 se produce días después de un record histórico en los precios
del petróleo. Tan pronto sube la economía, el precio del petróleo se dispara y cae la
economía.

Climate Progress nos dice: septiembre pasado ha sido el mes más caliente en la historia
de los meses de septiembre. Virtualmente, ya no hay duda en el mundo científico de la
existencia del cambio climático, de su origen antropogénico y de que puede ocasionar
cambios abruptos e irreversibles y acelerarse en los próximos años. De acuerdo con
el Cuarto Informe del Grupo de Expertos Gubernamental sobre el Clima de 2007 y
su actualización de 2009, sabemos ya que rebasaremos los dos grados centígrados
de aumento de la temperatura antes del fin de este siglo; un umbral catastrófico que
significa muchas importantes zonas costeras bajo el agua, centenas o miles de millones
de refugiados ambientales, muy graves problemas alimentarios, una gran penuria de agua
potable, epidemias y pandemias; la desaparición de los corales. Tenemos ya encima el
mayor predicamento que haya enfrentado la humanidad: el Cambio Climático, creado por
el crecimiento económico del Siglo XX. EUA ha realizado su mejor esfuerzo para negar la
realidad o la magnitud de esta terrible amenaza que puede acabar con la humanidad en
este siglo. En EUA se localiza el epicentro del desastre climático.

El crecimiento económico ha sido defendido en los últimos 30 años por los gobiernos, muy
por encima de cualquier consideración ecológica y de respeto a las futuras generaciones;
en los 70 se introdujeron programas y proyectos de mucho mayor riesgo e impacto
ambiental y tecnologías, como la nuclear, los transgénicos, la nanotecnología, los

mercados de carbono los megaproyectos y los acuerdos de libre comercio que han
acelerado la crisis climática y ambiental. Todo indica que el crecimiento económico
que se instrumenta en estos días puede ser terminal. El científico mayor de la Gran
Bretaña, Martin Rees, titular de la cátedra de Newton en Cambridge, concede sólo un
50% de probabilidades a la sobrevivencia del ser humano en este siglo debido a las nuevas
tecnologías.

¿Ha servido el crecimiento económico para reducir la pobreza, las injusticias y el
bienestar o fortalecer los valores espirituales que permiten la Paz y la Buena Vida?

Como sucede en los asuntos ecológicos, el crecimiento económico de los últimos 30
años, ha sido enemigo de los pobres, de la justicia y del bienestar social, así como un
eficaz destructor de los valores y las mentes de los seres humanos. Sólo señalaré algunos
datos anteriores a la crisis económica desatada en 2008, ya que están a la vista los daños
ocasionados por esta crisis en Europa, EUA y otros países. En los últimos 30 años se han
casi cuadruplicado las diferencias entre los más pobres y los más ricos, y contamos ahora
con aproximadamente 1, 500 millones de personas que viven con menos de un dólar
diario y cerca de 3,500 millones de personas que viven con menos de dos dólares diarios,
mientras los poderosos gastan un millón doscientos mil millones (1.2 billones) de dólares
al año en armamento; el 1% de los más ricos tiene ingresos iguales a los ingresos del 66%
de los más pobres. Tres familias de las más ricas del planeta tienen un ingreso superior
al PIB total de más de 50 países más pobres; mas de 70 países son más pobres ahora
que en 1990. No cesan de aumentar en el mundo los indocumentados, los sin techo, los
sin derechos, los sin empleo, los sin estudios. El crecimiento económico es un proceso
generador de males sociales, de anomia: la maquina económica que produce la riqueza
es la misma que produce la pobreza y la miseria; la economía de mercado es un juego
suma cero: lo que unos ganan es lo que pierden los otros. La colocación de varios súper
millonarios en las listas de la revista Forbes coincidió exactamente con los años 80-90 en
los que fueron lanzados a la miseria muchos millones de mexicanos. No hay manera de
reducir la miseria sin reducir la riqueza extrema.

El colapso de la persona humana ocasionado por la sociedad de crecimiento es la
acusación más grave que se le puede hacer. ¿Cómo volverse humano en un mundo
devastado por la injusticia social y la contaminación? La pérdida de los sentidos, de la
sensibilidad, en las sociedades de crecimiento conduce a la proliferación de sujetos
frustrados que fácilmente se inclinan por las soluciones autoritarias que propician el
florecimiento de los integrismos sectarios, religiosos, políticos y económicos. El
totalitarismo económico requiere individuos totalitarios. El hombre capitalista está
enfermo físicamente y moralmente; la obesidad rampante en EUA y en el mundo no sólo

refleja el desastre alimentario creado por el crecimiento económico también simboliza la
bulimia del hombre creado por la sociedad consumista. Atragantada de productos
químicos, medicamentos, alimentos y diversiones basura,
la sociedad económica
multiplica las depresiones, los desordenes bipolares, las angustias, la esquizofrenia, las
sicosis, la toxicomanía (drogas, juegos de azar y de dinero), el stress, los desordenes
alimentarios, las sociopatías (automutilaciones, déficits de atención con o sin
hiperactividad, fobias), conductas de riesgo, deportes extremos, etc. Se requieren
descomunales cantidades de drogas para soportar el excesivo stress engendrado por las
condiciones de trabajo, los transportes, el medio ambiente de la sociedad de crecimiento
y para poder crecer aún más. Según la OMS, la cifra anual de suicidios llega al millón de
personas en el mundo en 2006, muy lejos de los homicidios (500,000) y las víctimas de
guerra (250,000). La OCDE estima que en los últimos 30 años la tasa de suicidios ha
aumentado en promedio al 10% anual. La escuela se ha vuelto uno de los lugares más
violentos y agresivos en los países desarrollados; la violencia contra los niños se ha
duplicado en sólo diez años; la sociedad entera se vuelve más violenta a través de su estilo
de vida, sus fantasmas, su ideología y por la violación de la intimidad que ella misma
organiza. En los países desarrollados, las violencias domesticas se convierten en la
primera causa de la muerte de mujeres entre 15 y 44 años, muy por arriba del cáncer y los
accidentes de tránsito; una mujer es asesinada en Francia por su conyugue cada semana
(Paul Aries). En el altar del crecimiento económico, las personas sacrifican hoy en día
porciones muy significativas de su vida familiar, social e íntima. La miseria moral de los
más ricos, si bien disfrazada por bellos ornamentos, y que por lo mismo es menos visible
en el exterior, es paradójicamente más perniciosa que la que golpea a los indigentes y a
los peores criminales. La riqueza extrema carece frecuentemente de clarividencia, virtud,
solidaridad, sentido de justicia social o compasión: mueren, según Hervé Martin de
"tristeza del alma". Según Latouche, en EUA, la proporción de personas en la soledad ha
pasado del 17% al 28% y nos dice "en una sociedad que hace de la vida un combate y de la
muerte un fracaso, el remedio a la depresión síquica es la excitación cuyo mejor ejemplo es
la especulación bursátil". La sociedad de crecimiento no es sostenible bajo ningún
concepto.

¿Por qué ha sido tan destructivo el crecimiento económico de los últimos 30 años?

Hacia la mitad de la década de los 70 terminan los llamados Treinta Años Gloriosos en los
que el crecimiento económico de la posguerra consiguió deslumbrar al mundo; habían
iniciado en los 40, con la muerte del Imperio Británico y el comienzo del predominio
estadounidense en los asuntos mundiales. En 1949, el presidente Truman, en su mensaje
a la Unión, lanza al mundo la doctrina del desarrollo, como un proceso económico y
político en el que todos los países del mundo deben tratar de imitar y acercarse a los

estilos de vida, las instituciones y las políticas de los países poderosos: en esa fecha el
mundo no occidentalizado queda devaluado al ser calificado de subdesarrollado. Inician
las nefastas décadas por el desarrollo en las que se impone la doctrina desarrollista: más
carreteras; más extracción de petróleo y generación de electricidad; más producción
de autos y electrodomésticos; más escuelas, clínicas y hospitales. Nace en esos días
la sociedad de consumo apoyada en la mercadotecnia, el crédito al consumo y la
obsolescencia programada que años después se convertirían en armas de destrucción
masiva de la ecología y de las mentes de grandes sectores de la sociedad; este
deslizamiento epistémico conduce en los 70 a unos años desagradables en los que el
petróleo se hace radicalmente más caro, despunta el desempleo, inician los rendimientos
decrecientes de las empresas, llega a su cenit la producción de petróleo en EUA, esplende
Japón. Los Treinta Años Gloriosos sentaron las bases del desastre ecológico, climático y
social que hemos vivido los últimos 30 años.

¿Cuál ha sido la reacción a la escandalosa barbarie económica de los Treinta Años
Gloriosos?

En esos años gloriosos nace en paralelo una poderosa reacción contra las
contaminaciones, el agotamiento de los dones de la Naturaleza, la atroz urbanización
e industrialización rampante, el consumismo, la creación de innecesaria de riesgos, el
culto a la ciencia y tecnología, la manipulación de las mentes, la concentración de la
riqueza en pocas manos, los efectos ecológicos y culturales del crecimiento económico,
apoyada sobre todo en los trabajos de Lewis Mumford, Jean Beaudrillard y Karl Polanyi.
A finales de los 50, grandes pensadores como Paul Goodman; Murray Bookchin y Jacques
Ellul, inician una severa crítica de la ciencia y la tecnología. Aparecen en esos años libros
tan exitosos como el publicado en 1962 por la señora Rachel Carson, La Primavera
Silenciosa, en el que describe la destrucción ecológica ocasionada por las fumigaciones
de pesticidas (DDT) en los campos de cultivo de Estados Unidos; el publicado por el gran
filósofo alemán Herbert Marcuse El Hombre Unidimensional en el que advierte cómo
la economía pretende hacer desaparecer las otras dimensiones humanas, ya que las
resiente como obstáculos a su supremacía; Guy Debord quien desnuda La Sociedad del
Espectáculo y fertiliza el 68 francés; el pensador serbio-austriaco, Ivan Illich, quien entre
1968 y 1976, desde Cuernavaca, escribe La Sociedad Desescolarizada, Energía y Equidad;
Némesis Médica, La Convivencialdad.

En 1972 se publica el libro que según ciertos autores fue el más subversivo del siglo XX:
Los Límites del Crecimiento, elaborado en el MIT, bajo la dirección de Dennis Meadows,
por encargo del Club de Roma, un informe que ellas mismas pagaron cimbra a las grandes
empresas transnacionales; se celebra en Estocolmo la primera Conferencia de las

Naciones Unidas por el Medio Ambiente; Sicco Mansholt , presidente de la Comisión
Europea, recomienda reflexionar sobre un escenario de "crecimiento negativo" y Giscard
d'Estaing le responde que él no será un "objetor del crecimiento". Mansholt comenta en
una entrevista posterior que "el crecimiento no es sino un objetivo político inmediato que
sirve a las minorías dominantes". Nace en ese año el movimiento ecologista en los países
desarrollados e inician las protestas contra la energía nuclear; en 1973 se publica Lo
Pequeño es Hermoso del inglés EF Schumacher, un vigoroso alegato contra una sociedad
distorsionada por el culto al crecimiento económico y se convierte en el libro más vendido
en Europa en esa década. En esos años despunta también una pequeña "Internacional"
anti o post desarrollo, en la filiación de Ivan Illich, Jacques Ellul y Francois Partant que
analiza y denuncia las calamidades producidas por el desarrollo en los países
subdesarrollados o del Sur y permanece en Francia de manera casi subterránea hasta
2002, (el año del coloquio de la UNESCO en Paris). Al inicio de los 70, el destacado
economista y matemático francés Jean Pierre Dupuy y el arquitecto suizo Jean Robert
vienen a México a conversar con Ivan Illich y luego publican conjuntamente en 1976 en
Paris La Trahison de l'Opulence (La Traición de la Opulencia) en el que estudian el
dislocamiento del tiempo y el espacio, por el efecto de los transportes; analizan la
contraproductividad de los transportes. Dupuy abandona su profesión de economista
para dedicarse plenamente a la crítica de la economía; adopta la teoría mimética de Rene
Girard y concluye que la economía no contiene la violencia: es la violencia misma. Jean
Robert decide radicar en México y publica en 1980 en París, Los Cronófagos, el tiempo
que nos roban, un estudio sobre la velocidad paralizante de los transportes; impulsa
ecotecnias, se nacionaliza mexicano y escribe libros muy importantes sobre el agua y el
hábitat.

En 1979 el gran matemático y economista rumano residente en Harvard, Nicholas
Georgescu Roeguen, publica en Francia, (por no poderlo publicar en lengua inglesa), su
libro Demain la Decroissance (Mañana el Descrecimiento). En el seno de la economía,
desarrolla el estudio de la cuestión ecológica al adoptar al segundo principio de la
termodinámica: la entropía, ignorado por la economía que pretende la reversibilidad de
las transformaciones de la energía y la materia. El proceso económico es de naturaleza
entrópica: opera en el seno de una biosfera y dentro de la flecha del tiempo. No puede
haber crecimiento infinito en un mundo finito. En la medida que las empresas son más
productivas, la naturaleza y la sociedad se vuelven menos productivas. En los 80, el
economista, sociólogo, y antropólogo, Alain Caillé estudia los fundamentos teóricos de
la economía y junto con otros antropólogos rechaza la tesis de que los hombres tratan de
sacar el mayor placer en sus intercambios. Lanza el manifiesto Crítica la Razón Utilitaria.
Si bien el interés existe en la acción de los pueblos antiguos, nos dice Caillé, no está en la
naturaleza humana el tratar de sacar el máximo beneficio material en sus intercambios

como lo pretende la economía; redescubre el Ensayo del Don de Marcel Mauss, publicado
en 1923, por este antropólogo sobrino de Durkheim. Mauss rechaza que los pueblos
antiguos actuaran con las motivaciones utilitarias que les atribuye la economía. En
esos pueblos dar, recibir y entregar son reglas fundamentales para evitar la violencia y
destrucción de la comunidad. Caillé crea en Francia el Movimiento Anti utilitarista en las
Ciencias Sociales, y la revista MAUSS, en honor a Mauss. Otros muy destacados autores,
como André Gorz, Wolfang Sachs, Vandana Shiva, Helen Norberg-Hodge, Mahid Rahnema,
Gilbert Rist, se unen desde los años 70 a las reflexiones de la pequeña "Internacional" anti o post
desarrollo, iniciada por el pensamiento de Ivan Illich, Jacques Ellul y Francois Partant.

Esta pléyade de pensadores anti o post desarrollo sirve de fundamento al movimiento
degrowth, o descrecimiento.

Miguel Valencia Mulkay de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de
México

sábado, 15 de diciembre de 2012

Nefastos empresarios de Polanco amenazan a los vecinos que se oponen a la privatización de más superficie pública en Chapultepec

Nefastos empresarios de Polanco amenazan a los vecinos que se oponen a la privatización de más superficie pública en Chapultepec 

Empresarios rapaces de Polanco, han enderezado una terrible campaña de difamación contra vecinos de esa colonia que han tenido el atrevimiento de exigir la restitución de superficies públicas que estos inversionistas han invadido, con la disimulada tolerancia de las autoridades del gobierno del DF. Los vecinos (Eduardo Farah, Mayte de las Rivas, Jacobo Zaga) que han luchado por recuperar el predio (8,000 m2) de Montes Apalaches en el Bosque de Chapultepec y otros, y que han denunciado la instalación de la estatua de Aleyev, dictador de Azerbayan, en terrenos de Chapultepec, ahora reciben infames acusaciones de parte de "consejeros ciudadanos" al servicio de estos empresarios y que son alegremente recogidas por periódicos como EXCELSIOR y Milenio y por periodistas como Adela Micha.

Quienes conocemos el trabajo cívico de muchos años de Eduardo Farah, fundador de la Red en Defensa de la Ciudad de México, de Jacobo Zaga y otros amigos de la Miguel Hidalgo, nos solidarizamos con las acciones que realizan en estos días en la calle Andrés Bello, frente al Hotel Presidente Chapultepec, para recuperar el terreno que ha sido invadido por estos empresarios.

 Red en Defensa de la Ciudad de México
 


-- 
Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

martes, 4 de diciembre de 2012

Información Encuentro Iván Illich en Cuernavaca, del 13-15 de diciembre


Estimados participantes:

Dada la gran acogida que ha tenido el Encuentro Intercultural 2012: El humanismo radical de Iván Illich, y con el ánimo de propiciar la convivencialidad entre ponentes, participantes, organizadores y colaboradores, nos permitimos invitarlos a la cena de clausura que se realizará el 15 de diciembre a las 6:00 p.m. en Casa de la Red (Tecolote N° 63 esquina Calle 2, a una cuadra del Paseo Atzingo, por la subida a Chalma http://www.casadelared.org/). La cena tendrá un costo de $ 200 pesos. Para aquellas personas interesadas en asistir, les pedimos por favor nos confirmen a encuentroillich@gmail.com o al teléfono (777) 317 81 81 antes del 12 de diciembre. 
 
Les informamos además que la expedición de constancias de participación tendrá un costo de $ 100 pesos. 
  
Con respecto al hospedaje, les recordamos que se tienen las siguientes opciones:
  • Casa de la Red (http://www.casadelared.org/Tecolote N° 63 esquina Calle 2, a una cuadra del Paseo Atzingo, por la subida a Chalma). Costo por cama: $400 (incluye desayuno y cena). Costo por acampar: $200 (incluye desayuno y cena, no contempla la tienda de campaña). Para mayores informes y reservaciones, les agradecemos se comuniquen directamente con Ricardo Ocampo al teléfono 01 777 313 12 27 o al correo ricardoredluz@gmail.com
  • Centro de Encuentros CE (Humboldt No 46-B, Col. Centro): Para las personas que deseen acampar se pide una cooperación de 100 pesos (salón, jardín, dos baños, regadera con agua fría y no incluye tienda de campaña). Para mayores informes y reservaciones, les agradecemos se comuniquen directamente con Soila Luna al teléfono 01 777 318 37 72 o al correo soilaluna@hotmail.com. 
  • Centro Cuernavacense de Diálogo para el Desarrollo CCIDD (Leyva 39 Col. Centro): El costo por noche es de 200 pesos y se cuenta con 30 lugares. Para mayores informes y reservaciones, les agradecemos se comuniquen directamente con la Hermana Catty Long al teléfono 01 777 312 65 64 o al correo ccidd@cableonline.com.mx. 
Por último, les recordamos que el Encuentro se realizará del 13 al 15 de diciembre de 2012 en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos UAEM (Av. Universidad 1001, Colo. Chamilpa, Cuernavaca, Morelos - ver mapa anexo). La entrada es libre, previa inscripción en http://www.ivanillich.org.mx/

Cordiales saludos,

Comité Organizador


Universidad Virtual Alfonsina

http://www.univirtual.mx/
logo  

--
Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción!
Blog:  http://red-ecomunidades.blogspot.com/
Blog: Decrecimiento-Descrecimiento Mexico: http://decrecimientomexico.blogspot.mx

  Cuando todos trabajan todos trabajan menos. Primera parte ¡Descrecimiento o colapso! Por Miguel Valencia Mulkay Publicado originalme...

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