La riqueza crea la pobreza y el desastre ecológico y climático
En los últimos 30 años he visto crecer en México rápida y sostenidamente la miseria, el desastre ecológico y la riqueza de unos cuantos. En este periodo la economía mexicana ha funcionado como una gran máquina que transfiere la riqueza de los pobres y de las futuras generaciones a los ricos y poderosos, independientemente de que partido se encuentre en el gobierno. La mejor confirmación de la existencia de este histórico despojo nacional, reside en el hecho de que México tenga la desgracia de contar en la última década con el hombre más rico del mundo (Carlos Slim) y con 12 de los hombres más ricos del mundo (Revista Forbes). Esta escandalosa expoliación de la riqueza de la mayor parte de los mexicanos se ha realizado por medio de: los presidentes de la república, los senadores, los diputados, las reformas legales, las leyes, la jurisprudencia, las políticas públicas, los programas, las normas, los reglamentos, los decretos, las campañas electorales; por medio de las acciones cotidianas de los Tres Poderes y los partidos. También han contribuido substancialmente a este proceso infernal: la moderna escolarización pública y privada, la publicidad y las nuevas tecnologías e infraestructuras. En estas últimas décadas, el Estado mexicano ha logrado fortalecer los sistemas que inducen los peores valores sociales, los que facilitan este inaudito enriquecimiento. Valores como el individualismo, el racismo, el consumismo, el mercantilismo, el productivismo, nos han empobrecido a todos. Muy especialmente, los hábitos sociales como: trabajar mucho, consumir mucho, deber mucho, han permitido construir la riqueza de una minoría y la miseria de la mayoría. Todos contra todos ha sido el grito de guerra de la perversa economía mexicana de los últimos 30 años. No es sorpresa observar el aumento de la violencia, la alta vulnerabilidad del país y el saqueo de nuestros bienes comunes naturales.
La "lucha contra la pobreza" ha sido en México, al igual que en muchos países, sólo una cortina de humo para desviar la atención de sus múltiples causas y de su creciente extensión. Las políticas para "reducir la pobreza extrema (léase miseria)" y para el bienestar social o elevar el nivel de vida, únicamente han servido para fortalecer el proceso de concentración de riqueza. Las historias de éxito de unos cuantos ricos han opacado la horrenda derrota de la gran mayoría de los mexicanos. Por décadas, la propaganda difundida en las escuelas y universidades, en los medios y en los círculos sociales enriquecidos, han instalado los mitos en los que se basa la miseria nacional; mitos como los siguientes: que es una muy buena política crear riqueza, hacer crecer la economía, elevar el PIB, para luego, con el tiempo, enriquecernos todos; que es legítimo que unos pocos se enriquezcan primero para que posteriormente el resto de los ciudadanos se enriquezcan; que hay que hacer crecer el pastel para luego repartirlo; que hay que construir carreteras, presas, termoeléctricas, escuelas, clínicas, torres, fábricas, para que todos, con el tiempo, podamos "vivir mejor"; que la ciencia y la tecnología en algún momento futuro nos harán ricos a todos; que la riqueza acumulada arriba algún día se "filtrará" o "bajará" o "descenderá" a los más pobres; y que cuando baja esta riqueza, beneficia a quienes la reciben y fortalece al conjunto de la sociedad. Estos mitos económicos sostienen el proceso de enriquecimiento de unos pocos y el empobrecimiento de la mayoría.
La miseria, la pobreza y la devastación ecológica y climática son consecuencia ineludible de la concentración de riqueza: son elementos esencialmente inseparables. No hay manera de reducir la miseria, la pobreza y la destrucción ecológica y climática sin reducir la riqueza extrema. La economía es un juego suma cero: lo que unos ganan lo pierden otros. Las mentiras, los engaños de la economía mexicana, han tenido un éxito extraordinario en México, por la confabulación institucional: lo han impuesto los empresarios, los políticos, los académicos poderosos. Las ideas dominantes son las ideas de los hombres dominantes. La historia del progreso y el desarrollo económico de México la han escrito los vencedores en este proceso. Virtualmente no hay una historia de cómo se ha hundido México en la miseria y en la ruina ecológica.
La miseria de una persona degrada a la sociedad entera; todos perdemos mucho cuando uno solo se vuelve muy rico y muy poderoso. La miseria de los de abajo es un reflejo de la miseria moral de los de arriba. La economía no es una ciencia, es en realidad un conjunto de técnicas que sirven para hacer ricos a unos cuantos; este conjunto de técnicas se llamaban antiguamente la crematística. Los ricos han creado desde hace siglo y medio escuelas de economía para legitimar las trapacerías y despojos que imponen a la sociedad. Los fundadores de Harvard eran piratas y traficantes de drogas; ese es el linaje de la ciencia económica.
Miguel Valencia
Ecomunidades
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