-------------
18 de febrero de 2020
Durante el foro sobre el Corredor Transístmico y el Tren Maya (La Jornada, 12 de febrero de 2020 p 5) el Dr. Toledo afirma que estos megaproyectos van adelante, no destruirán regiones porque ya están asediadas y las consultas públicas sobre los proyectos han sido procesos legítimos, pero no se han hecho conforme al Convenio 169 de la OIT.
Decir que van adelante estos proyectos, recuerda el dicho previo de AMLO de que estos megaproyectos “van porque van”, “si o si” (en la línea de “me canso ganso”) , lo que confirma el tono autoritario tradicional priista, diazordacista, porfirista y patriarcal de quienes desde hace mucho tiempo sienten que saben más que todos; de quien sabe bien que estos proyectos han sido acordados por la 4T desde hace muchos meses, con el gobierno de EU y con inversionistas extranjeros y nacionales y que no se van a detener por lo que opinen los habitantes de los territorios afectados y los defensores del clima, la biodiversidad y el medio ambiente. Hace muchos años que estos inversionistas promueven estos megaproyectos con gobiernos mexicanos y estuvieron a punto de concretar su realización con Peña Nieto. Muy deplorable la persistencia y continuidad en la 4T de la imposición de megaproyectos a las comunidades territoriales y contra el conocimiento acumulado en estudios e investigaciones internacionales que informan sobre la calamidad que representan los megaproyectos de transporte; deplorable que el Dr. Toledo repita actitudes gubernamentales que hemos visto en México por décadas e ignore la teoría del impacto ambiental del transporte.
Decir que no destruirán regiones porque ya están asediadas, implica decir que todo proyecto se puede hacer en cualquier lugar en México: todos los sitios, lugares, parajes, territorios y regiones de México y del mundo están asediadas por la pavimentación, el transporte, el comercio, los servicios, la industrialización, el consumismo y el productivismo, por lo que en esta lógica ya no tiene sentido su conservación. ¿para qué sirve entonces la SEMARNAT y la LGEEPA? Un argumento de inversionista en un país bananero. El Dr. Toledo sabe que las infraestructuras de transporte como lo son estos megaproyectos se construyen para apoyar millones de inversiones de todo tipo que se realizarán en los siguientes 20-30 años a consecuencia de su construcción y que en su gran mayoría estas inversiones no podrán cumplir ni de lejos las condiciones necesarias para conservar la ecología, las tradiciones y las culturas de los territorios que serán afectados, que para colmo son de una gran fragilidad, por ser tropicales. Es inmensa la corrupción de los legisladores, los jueces, los inversionistas, los funcionarios públicos y los profesionistas de la construcción de México. Es virtualmente imposible que los principales beneficiarios de estos megaproyectos sean los habitantes de estos territorios
En México, desde hace muchas décadas, no se respeta en sitio alguno, la ecología, las tradiciones y las culturas, sólo hay ver lo poco que queda de las otrora abundantes selvas, bosques, manglares, lagos, ríos, arroyos, humedales, cenotes, glaciares de este país y su muy avanzado deterioro actual y de las culturas, lenguajes y tradiciones; solo hay que ver la excesiva dependencia que ahora tiene México de los inversionistas extranjeros, para confirmar el desamparo en el que vivimos y lo poco que puede hacer el gobierno ante la depredación realizada por las grandes empresas y por las obras gubernamentales. Es muy gratuito decir que estos megaproyectos no destruirán regiones.
Decir que han sido procesos legítimos las consultas públicas que han utilizado a presidentes municipales y comisarios ejidales- que habitualmente están sometidos a partidos y muy probablemente pertenecen a la vieja estructura territorial del PRI y que por otro lado no se han hecho conforme al Convenio 169 de la OIT, es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos. No se proporcionó información suficiente para que los ciudadanos pudieran conocer las consecuencias que podría traer la construcción de estos megaproyectos y no se ofreció un ambiente de libertad para expresar objeciones contra su construcción muy bien sustentadas en investigaciones.
El Dr. Víctor Toledo juega con fuego.
¡YA BASTA DE FRAUDES DESARROLLISTAS!
¡NO A LOS MEGAPROYECTOS!
Miguel Valencia Mulkay
