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martes, 7 de enero de 2014

Los autos, no las marchas, es lo que urge regular en el DF

Los autos, no las marchas, es lo que urge regular en el DF

 

Por Miguel Valencia

 

Los automovilistas de la ciudad de México diariamente realizan grandes manifestaciones que afectan demasiado a todos los ciudadanos: saturan los ejes viales, el  circuito interior, el periférico, los segundos pisos y todas las calles: hacen plantones, estorban y se estorban entre sí; se estacionan por muchas horas en la vía pública, incluyendo las banquetas y las bajadas de las banquetas; bloquean el libre tránsito de los peatones, las bicicletas y el transporte público; manifiestan un alto nivel de violencia y neurosis. Urge reconocer que los autos son causa principal de la vida miserable y economía muy vulnerable que sufrimos los habitantes de esta ciudad: son los principales enemigos de la caminata: son causantes  centrales de la obesidad que hace famoso a México; también, son enemigos mortales de la bicicleta y el transporte público; no hay manera de conseguir una movilidad aceptable en esta ciudad mientras exista la aberrante legislación, reglamentación y normatividad federal y local que impulsa, promueve, incentiva, protege, las grandes manifestaciones cotidianas de autos en el DF; que fomenta el uso excesivo del auto, la pérdida de tiempo, el continuo cambio en el uso del suelo, los muertos y discapacitados por accidentes de tránsito, la contaminación del aire, la violencia urbana, la urbanización desquiciada, el despilfarro de las gasolinas, la muerte de animales, el stress, la angustia, la neurosis que sufren los habitantes de esta ciudad; que induce la gran perturbación física, emocional y mental de los automovilistas.

 

La circulación de autos en esta ciudad, efectuada por una minoría de la población (20%), es la causa principal de las más de cuatro horas que  en promedio pierden los trabajadores de esta ciudad que no usan el auto: cotidianamente los autos ponen a la movilidad urbana del DF muy cerca del colapso; así las cosas, las marchas resultan desquiciantes.  Sólo es necesario informarse un poco en los temas del transporte y observar  con atención las calles, la ciudad, para confirmar estos y otros terribles efectos del uso del auto.  Los congestionamientos son finalmente  la consecuencia de los grandes negocios que realizan unos cuantos financieros transnacionales y sus cómplices: los políticos que defienden  los antidemocráticos privilegios de los autos y la espuria legislación, reglamentación y normatividad que los protege.  En meses recientes, aparece una perversa campaña empresarial y partidista que pretende responsabilizar a las marchas, los plantones, las protestas, de las pérdidas de tiempo  de los automovilistas y las pérdidas económicas de empresarios que medran con los vicios de los automovilistas.  Desde hace algunos años, los partidos en la Asamblea Legislativa del DF se apropian de la propuesta de Ley de la Movilidad del DF que ecologistas de esta ciudad presentamos en 2004 ante esa entidad; algunos quieren utilizarla para conseguir objetivos deleznables, como: obstaculizar o impedir la realización de las marchas de ciudadanos en esta ciudad, que son un recurso extremo de los afectados por los frecuentes despojos e injusticias producidos por las acciones de los gobiernos, federal y estatales, así como por legisladores locales y federales.

 

La propuesta original de la Ley de la Movilidad del DF reconoce la calamidad ambiental y social que representa el transporte en general y en especial, el uso del auto ; define criterios para regular el uso del auto y el transporte en general: propone como objetivo principal la "movilidad óptima o moderada",  para minimizar sus efectos perversos en el tiempo y las distancias recorridas diariamente, en el uso del suelo y la urbanización, en el buen vivir de los ciudadanos: abre paso a políticas, prácticas y técnicas internacionales bloqueadas en nuestro país que sirven para regular o moderar el transporte urbano: para reducir la circulación de autos en la ciudades: para imponer severas restricciones al uso del auto.

 

La Ley de Movilidad del DF debe instituir: la moratoria a la construcción de nuevas superficies de circulación de autos (segundos pisos, distribuidores viales, nuevas vías rápidas, libramientos, ejes viales, etc.); la obligación de los gobiernos de:

Crear carriles confinados para Metrobus, en segundos pisos, autopistas urbanas, circuito interior, periférico, ejes viales, grandes avenidas o paseos;

  • crear carriles confinados para bicicletas en las calles no peatonales de la ciudad;

  • crear y/o ampliar las áreas verdes o peatonales en todas las calles: eliminar la pavimentación del carril al extremo derecho, junto a la banqueta ( concepto carril verde) y en todos los sitios en los que se estacionan habitualmente los autos en la vía pública ( triángulos en las diagonales, plazas);

  •  aplicar el impuesto especial por el uso de estacionamientos públicos mayores a 20 cajones: 30% del valor del servicio: etiquetar este ingreso a la construcción de áreas peatonales o para la bicicleta.

  • aplicar el impuesto local a la venta de gasolinas en el DF: 30% de la tarifa nacional: etiquetar este ingreso al apoyo a víctimas de accidentes de tránsito y a gastos en salud debidos a la contaminación del aire.

  • aplicar las tenencias anuales de autos equivalentes al  3% de su calor comercial; 5% para los autos y camiones de empresas; etiquetar este ingreso a la construcción de carriles confinados para Metrobus y a la creación de áreas verdes.

  • prohibir la publicidad de autos en espacios públicos: equiparar la publicidad de los autos con la nociva publicidad de los cigarros y la comida chatarra;

  • tipificar como delitos graves del atropellamiento de peatones o ciclistas.

 

Reconocer en la Ley de la Movilidad que el auto es un privilegio cuya democratización nulifica la democracia y destruye el lazo social. Las marchas dejarán de ser un problema en el DF  cuando los autos estén regulados, las leyes dejen de ser impuestas por los banqueros y los empresarios, los gobiernos tengan su origen en la verdadera voluntad popular (manden obedeciendo) y la justicia tenga vigencia en México.         

 

¡Los autos, no las marchas, es lo que urge regular en el DF!

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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES 

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