Exclamación de Madame Roland, una figura importante de la Revolución Francesa, justo antes de ser guillotinada.
¡Descrecimiento o colapso!
Miguel Valencia Mulkay
9 de julio de 2025
https://dialogosenpluralidad.com/oh-libertad-cuantos-crimenes-se-cometen-en-tu-nombre/07/10/2025
Si bien Madame Roland posiblemente tenía muy buenas razones para cuestionar los crímenes del gobierno revolucionario que la juzgó, su histórica exclamación abre desde entonces la crítica a un aspecto de la idea moderna de la Libertad: la libertad negativa o el rechazo a los obstáculos o interferencias externas que impidan a una persona actuar según sus deseos. El lado negro de La Libertad.
Todo indica que la emergencia de la idea moderna de la Libertad en el siglo XVIII, tal como la reclama la Revolución Francesa, tuvo mucho que ver con las consecuencias culturales que trajo la aparición de los bancos en la Lombardía del siglo XIII, la eliminación de la propiedad común de la tierra -a revolución de los cercados en la Inglaterra del siglo XV- la creación de las compañías de Indias y el mercantilismo colonial de los siglos XVI y XVII. Tuvo mucho que ver con la creciente utilización de la moneda entre los habitantes de los países que en el norte de Europa adoptaron el protestantismo.
La idea moderna de Libertad aparece en el momento histórico en que estos países habían ya legitimado y legalizado:
• La acumulación de dinero sin límite por medio de actividades financieras,
• el libre comercio
• la compra-venta de tierras en cualquier cantidad
• el comercio colonial
• el comercio de esclavos
Con este soporte cultural, en la Europa del comienzo del siglo XVIII nace la fábula de las abejas del abate Mandeville: los vicios privados, como la avaricia y la ambición, conducen a beneficios para toda la sociedad. Mandeville presenta esta idea como una alegoría en la que una colmena de abejas funciona mejor cuanto más presentes están los intereses individuales de las abejas.
Una alegoría que nulifica la solidaridad, la reciprocidad y la complementariedad entre las personas y las comunidades, presente en los viejos pueblos campesinos de Europa.
En este ambiente cultural emerge el imperativo político laissez faire -laissez passer- dejar hacer, dejar pasar- de los fisiócratas franceses, con referencia a la necesidad de establecer una completa libertad en los nuevos asuntos económicos: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos impuestos, libre mercado laboral, mínima intervención de los gobiernos.
Al mismo tiempo, la economía se separaba del cuerpo social- dejaba de ser local-, para moverse con autonomía y convertirse en la relación principal entre los seres humanos, las comunidades, las clases sociales de las naciones que adoptaban el uso intensivo de la moneda. Nace entonces el liberalismo y la economía moderna, con pretensiones de convertirse en una ciencia dura como la Física.
La Revolución Francesa coloca a la Libertad como su principio fundamental, implicando lo siguiente:
• la libertad individual- abolición de la servidumbre,
• los derechos individuales, como la libertad de expresión, de profesión religiosa, de opiniones políticas, entre otras-,
• la libertad política- la libertad de elegir o ser elegido como representante, participar en el gobierno, soberanía popular-,
• la libertad empresarial- la libertad de la propiedad privada, la libertad de realizar actividades económicas.
A este primer principio se unieron los principios de Igualdad y Fraternidad, con el propósito de contener aquello que en esa época ya muchos temían o sospechaban se hallaba detrás del principio de la Libertad: la libertad de explotar sin límites a la Naturaleza y al ser humano.
Había ya bastantes indicios de que se buscaba echar abajo las antiguas protecciones reales de los “bienes comunes” o “ámbitos de la comunidad”, como los bosques, los ríos, los lagos o los manantiales.
Este revolucionario acuerdo político francés parece haber sido producto de un intercambio, una cosa por otra- un quid pro quo, como se dice en inglés-, entre las fuerzas políticas del siglo XVIII, de los países protestantes del norte de Europa: los banqueros y grandes empresarios de esa época consiguieron la legitimación de la libertad empresarial, la libertad de la propiedad privada y la libertad de acumular dinero sin límite, apoyando además la legitimación de otras libertades que también les beneficiaban o podían nulificarlas, por medio del dinero. Un gran negocio.
La Revolución Francesa establece los actuales fundamentos legales de la extracción excesiva de minerales, la destrucción de las selvas, la tala inmoderada de los bosques, la contaminación sin límites de los suelos, las aguas y los aires, el uso excesivo de los transportes motorizados, la producción desmedida de residuos tóxicos o peligrosos, la descarga de aguas muy envenenadas en los ríos, los lagos, los humedales y las emisiones excesivas de humos y micro partículas.
Por otro lado, esta Gran Revolución establece los fundamentos legales de una nueva forma de esclavitud: el reconocimiento del ser humano como una mercancía que se compra en los grandes mercados de trabajo creados por el transporte motorizado: el empleo asalariado.
La “abolición de la esclavitud” fue una acción política necesaria, para crear la mercantilización del ser humano- con base en la libertad de morirse de hambre-, cuando no se tiene una tierra que cultivar y hay industrias que necesitan trabajadores las 24 horas del día.
De esta forma, los banqueros y grandes empresarios del siglo XVIII consiguieron crear los pilares de la economía moderna: las tres mercancías ficticias: la moneda, la tierra y el ser humano.
En adelante, estos Hombres de Negocios empezaron a imponer su voluntad en cualquier ámbito de sus países hasta conseguir, a principios del siglo XIX, que las colonias del norte de América, que se habían independizado del Reino Unido, comenzaran el genocidio de los pueblos originarios de sus territorios, la invasión de los territorios semi invadidos por españoles y poco dependientes del muy débil México independiente, con el fin de crear un nuevo Estado -Nación denominado Estados Unidos de América que tendría el propósito de imponer a fondo, en ese nuevo país y otros nuevos países, la libertad negativa, o el rechazo a los obstáculos o interferencias externas que impidan a una persona actuar según sus deseos. El lado negro de La Libertad.
La libertad negativa ha estado detrás del uso extendido de:
• las armas nucleares, biológicas, químicas
• las bombas hipersónicas, misiles, drones armados,
• los bombarderos, submarinos, tanques de guerra
• los satélites de alta y baja altura
• los centros de conservación de datos (servidores)
• la Inteligencia Artificial
• los Ipads, tabletas, computadoras
• los fármacos para la ansiedad, el stress, las angustias,
• las medicinas de muy alto costo.
• los cuernos de chivo, AK47, rifles, pistolas,
• el WC inglés y la tubería interior en las viviendas y los servicios;
• los drenajes que descargan aguas residuales virtualmente imposibles de tratar en los ríos, los lagos, los humedales, los arroyos, los manglares o los mares;
• el auto privado, el viajero frecuente de la aviación; los aeropuertos rodeados de viviendas que tienen despegues y aterrizajes las 24 horas;
• las autopistas, las vías rápidas, los segundos, terceros y cuartos pisos, los distribuidores viales.
• las líneas de transporte masivo cotidiano, Metro, Metrobús, Suburbanos, Interurbanos.
• el maíz, el trigo, el arroz u otros granos transgénicos, los agroquímicos, los monocultivos, los subsidios a la agroindustria.
• las centrales nucleares, las termoeléctricas, las solares y eólicas gigantescas.
• los plásticos de un solo uso, los envases desechables, los empaques complicados;
• el agua embotellada, los refrescos de jarabes de alta concentración de fructosa;
• las botanas, bocadillos, dulces, comida chatarra
• la comida rápida, fast food, hamburguesas, pizzas,
• las torres, los grandes centros comerciales, los estadios.
En ciertos años, cuando los cambios sociales han vigorizado las libertades positivas, como el fortalecimiento de las comunidades indígenas, campesinas o urbanas; los apoyos a los más débiles y los vulnerables; las libertades sexuales; las libertades de expresión, de profesión religiosa, de opiniones políticas; el libre acceso al agua, a la tierra, a la información, a la sabiduría, a los conocimientos, entre otras libertades positivas, entonces, la libertad negativa- el Gran Capital- ha provocado guerras mundiales y regionales ( Corea, Vietnam, Centroamérica, Iraq, Siria, Libia, Afganistán, Ucrania), o ha impuesto gobiernos nazi fascistas, neoliberales, neofascistas o libertarianos (Trump, Milei, Meloni)
La libertad negativa ha creado:
• El colapso climático
• El colapso ecológico
• El colapso de las culturas ancestrales o vernáculas
• El colapso de la agricultura
• El colapso de la buena alimentación
• El colapso del tejido social
• El colapso de la persona humana
• El colapso de los derechos humanos
• El colapso del futuro de la Humanidad (guerra nuclear)
• El colapso de la Paz
Ante las catástrofes generadas por los colapsos globales, la libertad negativa nos ha impuesto a Donald Trump y a gobiernos neofascistas o de extrema derecha en la Unión Europea.
Oh Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
Madame Roland, una figura importante de la Revolución Francesa, justo antes de ser guillotinada.
¡Descrecimiento o colapso!
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