Descrecimiento México
Acciones e ideas sobre descrecimiento en México. ¡Descrecimiento o barbarie!
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domingo, 20 de julio de 2025
jueves, 26 de junio de 2025
18 de junio de 2025 Vigésimo aniversario de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
2005- Fundación
de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México.
18 de junio de 2025
Por Miguel Valencia
Hacia finales de 2004, varias
ONGs internacionales, con oficinas en México, convocan reuniones en la ciudad
de México, para comentar la celebración del Cuarto Foro Mundial del Agua,
México 2006, con el apoyo del gobierno de Vicente Fox: un evento promovido por
el Consejo Mundial del Agua, integrado básicamente por empresas multinacionales
dedicadas a hacer negocios con los asuntos del agua.
El tema del Agua estuvo en el
primer lugar de nuestra Agenda Ecologista, desde la fundación del Foro Regional
Ecologista del Valle de México en 1991. El 5 de junio de 1995, el Foro Regional
presentó la primera Denuncia Popular contra la construcción de la Cuarta Etapa del
Sistema Cutzamala, por el enorme daño que hace a la cultura de la conservación
del agua en el Valle de México. La Guerra del Agua de 2,000 en Cochabamba,
Bolivia, nos había conmovido mucho.
La introducción del agua
embotellada en México, en la última década del siglo XX, revelaba un
escalamiento radical en la mercantilización del agua en nuestro país, humillado
ya por su primer lugar mundial de varios años en el consumo de Coca-Cola. La designación en 2001 de Cristóbal Jaime
Jacques, exdirector de Coca-Cola- México y exdirector de leche LALA, como
titular de la Comisión Nacional del Agua, realizada por Vicente Fox, nos había
indignado mucho en años anteriores.
El Foro Mundial del Agua que simulaba ser
parte de la ONU, apoyado por el gobierno de Fox, nos daba motivos suficientes
para abrir debates ecologistas sobre la vigencia de los conceptos sanitaristas
de la gestión del agua, como el WC o los drenajes, impuestos por Inglaterra y
EU; también, debates sobre la pésima gestión y legislación del agua en México
y, por otra parte, para crear consensos
en torno a los principios ecologistas de la conservación del agua y unirnos a
los grupos que denunciaban los trabajos de este Foro Mundial: rechazaban la
mercantilización del agua y la privatización de los servicios municipales de
agua.
En las primeras semanas de 2005,
ecologistas ligados al Foro Regional Ecologista del Valle de México, nos
reunimos para discutir las acciones que podríamos realizar ante el proceso
preparatorio hacia el Cuarto Foro Mundial del Agua, México, 2006. Acordamos las siguientes acciones:
·
Participar en el Segundo
Foro Alternativo Mundial del Agua- FAME- que tendría lugar entre el 17 y el
20 de marzo de 2005 en Ginebra, Suiza.
·
Crear una comisión del agua, para
coordinar nuestras acciones ecologistas hacia el Cuarto Foro Mundial del Agua,
México, 2006. Esta comisión trataría de reunirse quincenalmente, en la Librería
El Juglar, para discutir las propuestas de acción en los siguientes 15 días,
incluyendo la redacción de diversas declaraciones ecologistas radicales sobre
la cultura de la conservación del agua y los sistemas hidráulicos, la gestión y
la legislación del agua en México.
·
Participar en las muchas reuniones y
acciones que empezaban a realizar los sindicatos mexicanos y las ONGs, junto
con resistencias locales y movimientos sociales y que más tarde se convierten
en la Asamblea por la Defensa del Agua y la Tierra.
Por medio de las aportaciones económicas
de varios compañeros ecologistas, familiares y amigos, pude participar en el
Segundo Foro Alternativo Mundial del Agua de 2005 en Ginebra, Suiza, un evento dedicado
en gran medida a la defensa del derecho al agua y al combate contra la
privatización del agua.
En el FAME de Ginebra de 2005 pude
conocer de cerca a representantes de diversas corrientes alternativas en los
asuntos del agua, muy especialmente, las luchas de juristas en favor de un
nuevo Estatuto Mundial del Agua (Riccardo Petrella), la lucha canadiense en
defensa del agua, nacida por las afectaciones a sus aguas debido al Tratado de
Libre Comercio (NAFTA) El Council of Canadians, encabezado por la aguerrida activista
Maude Barlow, autora del famoso libro El Oro Azul. Y otras luchas de África y
América Latina.
Además, entré en contacto, con
los organizadores del Tribunal Latinoamericano del Agua que preparaban ya la celebración
de una Audiencia Pública en la ciudad de México, en marzo de 2006, paralela al
Cuarto Foro Mundial del Agua, México 2006, quienes nos invitan a presentar una
Petitoria sobre algún caso destacado en este tema.
En abril de 2005, al comenzar las
reuniones regulares de la comisión del agua, aparece la idea de refundar el
viejo Foro Regional Ecologista del Valle de México, y crear una nueva red
ecologista autónoma de la Cuenca de México, con el fin de realizar las próximas
acciones ecologistas por el agua ante el Cuarto Foro Mundial del Agua, y dar
continuación a las campañas de años del Foro Regional, por una nueva Ley de la
Movilidad Sustentable, el colapso climático y otras.
Por varias semanas, entre abril y
junio de 2005, algunos ecologistas nos reunimos en diversos lugares del
entonces Distrito Federal, para discutir la propuesta de refundar el Foro
Regional Ecologista del Valle de México. ¿Cómo enfrentar en los próximos años, en
la Cuenca del Valle de México, el colapso o derrumbe climático, hídrico,
agrícola, alimentario, de la salud, de la convivencia, de la urbanización, de
la industrialización, de la seguridad personal, de la economía global o
nacional y de la Paz en el mundo?
Advertimos que globalmente las
comunidades territoriales; es decir: las ciudades, los pueblos, los ejidos, los
barrios y las colonias son las que al mismo tiempo han afrontado la mayor
violencia o devastación cultural, ambiental o ecológica generada por el avance
tecnológico y el desarrollo o el crecimiento económico y, por otro lado, son las
únicas que podrían realmente defender o proteger sus riquezas naturales, su
medio ambiente y su tejido social de esta misma violencia o devastación cultural
ambiental o ecológica. Los estados, los gobiernos, “las instituciones”, habían
demostrado sobradamente su total incapacidad de defenderlas o protegerlas de
estas colosales fuerzas destructivas.
Acordamos que el objetivo
principal de esta nueva red ecologista sería, en principio: el apoyo solidario a
la ciudad de México y a los pueblos, ejidos, barrios y colonias de la Cuenca de
México ante las agresiones tecnológicas y económicas realizadas por los
gobiernos y los grandes inversionistas. Aparece
entonces la palabra “ECOMUNIDADES”, como posible nombre de esta nueva red
ecologista.
Con el apoyo de la Dra. Gabriela
de la Vega, rectora de la universidad de Londres, el 18 de junio de 2005, en un
salón de esta universidad localizado en la esquina de Orizaba y Guanajuato,
frente a la plaza Luis Cabrera de la colonia Roma, formalizamos la creación de
ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México. Participan
Adriana Matalonga, Ignacio Peón, José Arias, Mauricio Villegas, Dora Romero, Jorge
Pérez, Elías García, Gustavo Romero, María Luisa Arias, Rene Torres Bejarano, Roberto
Vidales, Miguel Valencia, entre otros.
Vigésimo
aniversario de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
1991-Fundación del Foro Regional
Ecologista del Valle de México
18 de junio de 2025
Miguel Valencia
Hacia finales de los años 80, la
contaminación del aire del Valle de México se convertía en un gran escándalo
nacional e internacional: se decía que la ciudad de México era la más
contaminada del mundo. En los últimos y primeros meses del año, un pesado humo
negro cubría la ciudad por varias horas del día e impedía ver más allá de dos a
tres kilómetros. La velocidad promedio de los autos no era mayor de unos 10 km/h.
Los suelos, las aguas y los aires se habían ensuciado mucho.
Investigadores mexicanos
residentes en Alemania dedicados a las investigaciones satelitales, vienen a
México a advertirnos que los datos que mostraban los satélites revelaban que el
Valle de México calificaba como una de las diez zonas de la Tierra con mayor
degradación ecológica.
Los megaproyectos construidos en
el Valle de México en sexenios anteriores a De la Madrid: ejes viales, circuito
interior, líneas de Metro, sistema Cutzamala, “emisores” o drenajes profundos, ciudades
universitarias, ciudades industriales, ciudades médicas, torres, grandes
centros comerciales y otros, habían creado ya en la Cuenca del Valle de México una
excesiva concentración de población, autos y otros transportes motorizados y
urbanizaciones; creaban ya una horrenda megalópolis de categoría mundial.
Empezaban a conocerse los infiernos ambientales de otros países.
El sismo de 1985 y las
explosiones de San Juanico de 1984 habían conmovido mucho a buena parte de los
habitantes del Distrito Federal y de municipios conurbados del Estado de
México: crecía la inconformidad por el creciente desquiciamiento urbano,
social, ambiental, económico y político en esta Cuenca del Valle de México. Ante
esta terrible situación, diversos grupos vecinales y ecologistas del entonces
Distrito Federal comenzamos a movilizarnos en diversas direcciones; aparece con
fuerza el Movimiento Urbano Popular- MUP.
En 1987 nace la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos
Ecologistas.
En 1990, la comisión del Valle de
México del Pacto de Grupos Ecologistas convoca a ecologistas, ambientalistas y
representantes del Movimiento Urbano Popular, a la presentación de propuestas,
para enfrentar el desastre ecológico del Valle de México, en las reuniones
semanales en el foro de la Librería El Juglar, de Guadalupe Inn, con el
propósito de lograr un consenso de las posiciones ecológicas con respecto a
temas como: la energía, el transporte, el agua, los megaproyectos, las áreas
verdes y la forestación urbana, la basura y residuos.
Así nace el Consenso de Grupos Ecologistas y
de la Sociedad Civil de 1990, denominado “Revivir el Anáhuac para Bien del
País y Salvar a nuestra ciudad”, documento que fue suscrito por diversos
grupos en un evento realizado en septiembre de ese mismo año en el Salón Verde
de la Asamblea de Representantes del DF.
A principios de 1991, en grandes
reuniones de representantes de la “sociedad civil” (ONGs, asociaciones, redes),
se crea el Foro Mexicano hacia la Cumbre de la Tierra, Río de Janeiro1992. En estas
reuniones planteamos la necesidad de crear foros regionales para llevar a esta
Cumbre, casos regionales, como el desastre ecológico del Valle de México, un
ejemplo mundial del fracaso de las políticas y proyectos, para sacar a países
como México del “subdesarrollo” e imponerle modos de vida “desarrollados”, coloniales,
impuestas o impuestos en nuestro país, por el Banco Mundial, el FMI y las
embajadas de los países “desarrollados”, colonialistas (EU, Inglaterra,
Alemania, Francia, Italia)
Finalmente, el Foro Mexicano,
dominado por organizaciones nacionales, rechaza nuestra propuesta. En el verano
de 1991, los integrantes de la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos
Ecologistas, acordamos trabajar en la creación del Foro Regional Ecologista del
Valle de México, para llevar al Foro Social de Río de Janeiro92 el caso del
desastre ecológico de esta ciudad y esta Cuenca, con el apoyo de ecologistas y ambientalistas
interesados en este objetivo y de movimientos vecinales o comunitarios del
Valle de México, y, después de la Cumbre, continuar la batalla contra las
contaminaciones y la devastación ecológica en este Cuenca de México, nuestra
“casa ecológica”.
Entre julio y noviembre de 1991,
los ecologistas y activistas vecinales interesados en la creación del Foro
Regional Ecologista nos reunimos quincenalmente en un café del viejo Hotel
Aristos de la colonia Juárez, para discutir los posibles principios, propósitos
y objetivos de este nuevo colectivo y convocamos los primeros foros regionales
ecologistas del Valle de México en lugares como: la Ciudad Deportiva de la
Magdalena Mixhuca; un local de activistas contra el Plan de Rescate Ecológico
de Xochimilco; un local de la combativa colonia Lomas del Chamizal de
Cuajimalpa; un lugar cercano al relleno sanitario de Tepatlaxco, Estado de
México; en el Foro Buendía de la Alameda Central.
La fundación del Foro Regional Ecologista
del Valle de México tuvo lugar el 9 de diciembre de 1991, en el Salón Verde de
la Primera Asamblea de Representantes del Distrito Federal, con el apoyo de
colectivos y grupos ecologistas de la comisión del Valle de México del Pacto de
Grupos Ecologistas y de representantes de los movimientos vecinales que
apoyaron la organización de los foros regionales ecologistas.
En los primeros meses de 1992 se realiza
el consenso en torno a la redacción de la Declaración del Valle de México para
Río de Janeiro92 del Foro Regional Ecologista. Una vez aprobada esta
Declaración, imprimimos una gran cantidad de copias que en junio de ese año llevamos,
para su presentación y distribución en el Foro Social de la Cumbre de la Tierra,
Río 92 y en otros lugares y eventos.
En Río 92, pudimos establecer
relaciones con muy diversos grupos y personalidades de muchos países. Entramos
en contacto con muchas iniciativas ambientalistas o ecologistas, muy
especialmente con aquellas ligadas a experiencias o movilizaciones locales, sobre
asuntos concretos, comunitarios, con respecto al agua, energía, transporte
motorizado, agricultura, bosques, basura y residuos, urbanización, diversidad
biológica y cultural.
Ecologistas españoles, presentes
en la Cumbre de la Tierra, Río 92, nos invitaron a participar en la Conferencia
Mundial de Energía, Madrid 1992. Aprovechamos este evento mundial, para
presentar en su Salón de Transporte, el caso del megaproyecto impulsado por
Salinas de Gortari desde el comienzo de su mandato: el Tren Magnético – luego,
sólo Elevado- entre Bellas Artes y Santa Mónica, Estado de México.
Para nuestra sorpresa, al Salón
de Transporte de esta Conferencia Mundial llegamos dos posiciones mexicanas
encontradas sobre este megaproyecto: la ambientalista Regina Barba, a favor y
nosotros, del Foro Regional, en contra. Después de las presentaciones de estas
dos posiciones, los compañeros ecologistas españoles en la mesa de moderación,
grandes investigadores de los asuntos del transporte, inmediatamente nos dieron
la razón completamente.
A partir de ese momento sellamos
una gran amistad con Antonio Estevan y Alfonso Sanz, formidables ecologistas en
el tema del transporte. Desde entonces contamos con su gran apoyo en los
asuntos del transporte y la movilidad urbana, lamentable, Antonio, muy
apreciado por los ecologistas españoles, falleció años después, mientras que Alfonso,
es hoy día uno de los ecologistas más reputados en España en los asuntos de
transporte.
A finales de 1992, los compañeros
ecologistas de Ciudad Satélite nos invitan a presentar el caso del Tren
Magnético-Tren Elevado, en un evento en el Parque Naucalli que ellos
organizaron. A consecuencia de esta presentación se moviliza contra este
megaproyecto la profesora Susana López de Carranza de la lucha de la colonia
Irrigación, contra la Colgate-Palmolive; convence a las representantes
vecinales de Polanco, Anzures, Periodista y otras de Miguel Hidalgo de rechazar
la construcción de este Tren Elevado.
A principios de 1993, comienza la
gran movilización vecinal que unifica a representantes de más de 40 colonias
del DF y del Estado de México, contra el Tren Elevado- el Tren Magnético, con
tecnología japonesa fue descartado, por la inmadurez de su tecnología-,
movilización que conduce a la creación de la Unión Vecinal Independiente-UVI-en
la que participan, también, representantes vecinales de la delegación
Cuauhtémoc y otras. A principios de 1994, este megaproyecto fue cancelado.
En el proceso de fundación del
Foro Regional Ecologista del Valle de México en 1991, acordamos dar
continuación a nuestra participación en el gran movimiento democratizador
nacido a raíz del gran sismo de 1985, en las demarcaciones más afectadas del
Distrito Federal. Reconocimos que nuestra movilización ecologista nació como
consecuencia de la conmoción que tuvimos por la gran tragedia del 19 de
septiembre de 1985, y de la gran movilización popular que siguió semanas
después de esa catástrofe.
El regente del DF, Manuel Camacho
(1988- 1994), entra a gobernar esta entidad reconociendo no sólo la excesiva
contaminación del aire del Valle de México, también la pobreza democrática de
su estructura gubernamental: regentes y delegados impuestos por la presidencia
de la Republica: Toluca imponiendo el desastre en esta cuenca; cuatro gobiernos
estatales en el Valle de México (Tlaxcala, Hidalgo. Estado de México, Distrito
Federal) Impone el Hoy No Circula y las verificaciones de vehículos. Reconoce
la movilización popular del Distrito Federal y, a finales de 1992, convoca un
gran foro o parlamento, para presentar propuestas en torno a la
“democratización de la Capital”
Una de las primeras tareas del
nuevo Foro Regional Ecologista del Valle de México en 1992- 1993 fue la
discusión de consensos ecologistas sobre la democratización del Distrito
Federal, un aspecto de gran importancia, para comenzar la emancipación de los pueblos,
ejidos, barrios y colonias del Valle de México y combatir la urbanización e
industrialización de esta cuenca.
En febrero de 1993, en una de las
sesiones del gran foro por “la democratización de la Capital”, convocado por Camacho Solís,
presentamos las propuestas que habíamos consensuado en el seno del Foro
Regional Ecologista; por supuesto, afirmamos que era indispensable elegir al
Jefe de Gobierno del DF a los gobernantes de sus demarcaciones y había que
crear un nuevo estado de la Federación, sin embargo, había que democratizar el
Valle de México en su conjunto, por medio de la creación de un nuevo tipo de
gobierno de Cuenca que sustituyera a los cuatro gobiernos estatales y estuviera
sustentado en los enlaces de las asambleas de los pueblos, ejidos, barrios y
colonias, de las demarcaciones del DF y los municipios de esta cuenca.
Por otra parte, propusimos la
realización de un plebiscito, para legitimar los cambios democratizadores que
se proponen. Cinco asambleístas adoptaron nuestra propuesta: Amalia García,
Demetrio Sodi y Alejandro Rojas Díaz, Pablo Gómez, Patricia Garduño. El
Plebiscito Ciudadano tuvo lugar el 21 de marzo de 1993, con gran éxito.
1991-Fundación del Foro Regional Ecologista
del Valle de México
Imperativa,
la resistencia contra la tiranía tecnológica.
¡Descrecimiento o colapso!
Por
Miguel Valencia Mulkay
20
de junio de 2025
https://dialogosenpluralidad.com/imperativa-la-resistencia-contra-la-tirania-tecnologica-descrecimiento-o-colapso/06/26/2025
Cotidianamente,
las escuelas, las universidades, las grandes televisoras y estaciones de radio
y los gobiernos celebran las nuevas tecnologías, exaltan sus ventajas y beneficios.
Cada año producen una gran cantidad de noticias, videos, imágenes, programas,
documentales, sobre las innovaciones tecnológicas y sobre “la sociedad del conocimiento”
que se nos viene encima. Quieren fortalecer el fervor, la devoción y la pasividad
de la sociedad frente a estas revoluciones conservadoras. Piensan que todos
debemos participar en el proyecto tecnológico de la sociedad industrial. Por
ello, sus representantes se muestran embelesados con el nuevo Ipad, zoom o software,
los últimos drones, la convergencia de las tecnologías, la quinta generación
(5G), los autos eléctricos sin chofer, la edición genética. Se maravillan de
los millones de vidas que se dice salvarán las células madre y otras
innovaciones médicas y de las posibilidades de colonizar Marte.
Los
gobiernos, los legisladores, las universidades, los investigadores en ciencia y
tecnología y, por supuesto, los grandes empresarios, sólo quieren ver los
“beneficios de la ciencia y la tecnología”. Fomentan la fe ciega en la ciencia
y la tecnología, en la “solución” de todos nuestros males, incluyendo aquellos
que han sido creados por la misma tecnología o que no se han resuelto nunca ni
se podrán resolver con tecnología. Profesan el moderno culto a la ciencia y la
tecnología.
Quieren
que ignoremos los resultados del avance tecnológico: los aires cancerígenos que
respiramos, los alimentos chatarra que nos ofrecen los supermercados, las
radiaciones electromagnéticas que reciben nuestros cuerpos cada segundo; el
tsunami de basura que invade nuestras calles; el crecimiento imparable de la
pavimentación; la rápida desaparición de los bosques y las selvas; los ríos,
lagos, manglares y humedales saturados de venenos y desechos industriales; las
islas de plástico en los mares; la muerte de los corales; la desaparición de
los glaciares; los incendios forestales y los huracanes sin precedente; la
sexta extinción de las especies vegetales y animales.
Desean
que olvidemos las elevadas cifras de muertes que se registran por las enfermedades
“creadas por el hombre”[1], como
los canceres provocados por los pesticidas, los COP o Contaminantes Orgánicos
Persistentes, los radioisótopos y muchos otros productos químicos que
respiramos o comemos diariamente o, como la diabetes, las cardiovasculares, las
respiratorias o diarreicas, así como la obesidad, el consumo diario de
medicamentos, creadas por la tecnologización
que nos rodea, o las innumerables muertes y discapacidades provocadas por los
accidentes nucleares (Chernóbil y Fukushima) o, por los accidentes de transporte,
de trabajo u hogareños. Nuestras casas y buena parte de las zonas rurales son ahora
tan tóxicas como nuestras calles.
Pretenden
que despreciemos la enorme destrucción climática y ecológica producida por el
uso del auto, el avión y los trenes de alta velocidad; por la construcción de
supercarreteras, grandes presas, trasvases de agua, ciudades industriales,
torres, o vías rápidas elevadas; por los cultivos industriales de maíz, trigo,
soya, aguacate, café; por el uso de celulares, computadoras, tabletas; por los
servicios de salud, educación y diversión; por la actividad militar, policiaca
y administrativa.
Ansían
que nos desentendamos del negro historial de la tecnología: los gases letales
de la primera guerra mundial; las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki; el
napalm de la guerra de Vietnam; las minas antipersona de Cambodia, Angola,
Bosnia, Colombia; la guerra electrónica realizada en Irak; los agroquímicos en
nuestros alimentos; la introducción de los OGM y las semillas transgénicas.
Desean
que ignoremos las depresiones, las bipolaridades, las angustias, las
esquizofrenias, las psicosis, las toxicomanías (drogas, alcoholes, juegos de
azar, y de dinero), el stress, los desórdenes alimentarios, las sociopatías:
déficits de atención que se desarrollan, a causa de las nuevas tecnologías. Que
olvidemos el desempleo, la pobreza, el relajamiento de los lazos sociales, la
muerte de los colectivos y las comunidades generados por la tecnología que a su
vez se relacionan con las muy altas tasas de suicidio. Quieren que ignoremos la violencia
multiforme que crea el ambiente tecnologizado que vivimos (explotación
económica, agresión publicitaria, embrutecimiento digital, televisivo y
transportista, diversiones alienantes, contaminación visual y sonora), como las
nuevas formas de gerenciar, el acoso sexual, las violaciones y feminicidios, la
pederastia, el bullying o acoso escolar, la violación de la intimidad, la
vigilancia y el voyerismo generalizados[2].
A
causa de la tecnología se disparan las cifras de drogadictos, asesinatos,
desaparecidos y migrantes indocumentados. Se multiplican las guerras del agua,
del petróleo, de los metales, las epidemias, las pandemias y las catástrofes
biogenéticas. Se ha creado el colapso del clima, la biodiversidad, los
acuíferos, el ambiente. La tecnología(neurobiología) prepara muletas
psicosociales, para que el homo economicus pueda sobrevivir al
desquiciamiento mental y se apresta a crear el “nuevo hombre” modificado
genéticamente, liberado de la sexualidad y de la desagradable procreación y el cuidado
maternal. A pesar de la bioética, habrá pronto especies y subespecies humanas.
El “desarrollo personal” y el “coaching” nos han enseñado a valorizarnos como
capital. Se adopta el “constructivismo biológico”, para la feliz transición
hacia la historia posthumana, hacia el tratamiento químico de las pasiones
humanas.
La
sociedad contemporánea se ha vuelto extremadamente tecnológica cuyo factor
determinante ya no es el capital sino es, por un lado, la investigación
científica y por otra, la aplicación de la ciencia bajo la forma de la
tecnología. Estas actividades se han fusionado desde hace casi un siglo, para
lograr la máxima producción de innovaciones- por medio de lo que se llama
tecnociencia o tecnificación de la
ciencia y la cientifización de la tecnología, proceso que se logra en los
grandes centros de investigación de países poderosos-, tales como: las bombas
atómicas, los cohetes militares y espaciales, el glifosato, el internet, las
computadoras personales, el Ipad, las manipulaciones genéticas OGM, la
nanotecnología, el buscador Google, la inteligencia artificial, entre otras.
Desde
hace muchas décadas, esta tecnociencia ha dejado de ocuparse principalmente de
la creación de máquinas, para extenderse a todas las actividades humanas, por
ejemplo, las técnicas para la organización de una sociedad, un grupo, una campaña;
las técnicas psicológicas; las tecnologías para la vigilancia de los ciudadanos;
para la manipulación de los deseos, las opiniones, las verdades, la
información, las elecciones, la salud, la alimentación, las finanzas, el clima;
para la creación de los sistemas de libre comercio, de seguridad, de salud,
agroalimentarios, educativos, y las
guerras cibernéticas. Como lo advertía Iván Illich[3],
al final del siglo XX termina la edad de los instrumentos que comenzó en el
siglo XII e inicia la edad de los sistemas en la que el ser humano pierde la
distancia frente a la tecnología y es devorado por ella; queda “en las garras
del sistema”, según Jean Robert[4]
En
su gran trilogía consagrada a la tecnología, Jacques Ellul[5],
expone cuatro proposiciones: Todo progreso tecnológico se paga. El progreso
tecnológico crea más problemas de los que resuelve. Los efectos nefastos del
progreso tecnológico son inseparables de los efectos favorables. Todo progreso
tecnológico comporta un gran número de efectos imprevisibles. Aún más, la
tecnología es potencialmente autoritaria, agota los recursos naturales y vuelve
impensable el futuro. Describe la gran ambigüedad de la ciencia y la
tecnología[6]:
cada nueva tecnología aporta efectos positivos y efectos negativos,
mezclados los unos con los otros y de los que no sabemos nada, son
imprevisibles, pero, se puede tener la certidumbre que, si el crecimiento
tecnológico continúa, crece el caos en el mundo. Y dice “la tecnología
modifica profundamente el medio en el que se despliega y modela las personas
que la utilizan... La tecnología no es ni buena ni mala, pero, sobre
todo, nunca es neutral. Charbonneau afirma que lo que tomamos por
neutralidad de la tecnología es nuestra neutralidad frente a ella…
Ellul
advierte que la tecnología no se contenta de ser el factor principal o
determinante, ella se vuelve sistema. Un universo que se construye a sí mismo
en sistema simbólico. Ninguna persona ha tomado el comando del sistema
tecnológico para arribar a un orden social o humano correspondiente. Se hacen
las cosas por la fuerza de las cosas… la tecnología se desarrolla por su
propia lógica, fuera de cualquier control humano… avanza por ella misma, por
sus propios motivos, funciona con autonomía… La tecnología es por
consecuencia causa sui, su propia causa, lo que hace de ella un
trascendente, una nueva sacralidad que quita este lugar a la naturaleza destruyéndola
y acostando cada año en el altar de sacrificios a millones de seres humanos. No
es la tecnología la que nos pone a su servicio sino la sacralidad que
transferimos a la tecnología. El fenómeno tecnológico contiene a la vez la
idolatría y el mesianismo… No es la búsqueda de utilidades la que determina el
uso de la tecnología sino el juego de la tecnoestructura… Autónoma con relación
a la moral y la política, la tecnología lo es también con relación a la
economía… La tecnología se realiza a sí misma.
La
ciencia y la tecnología nacida de las filosofías de Francis Bacon y Rene
Descartes y de la creatividad de Leonardo y Galileo, tiene como propósito
principal manipular la materia, con el propósito de hacer la guerra y ganar
poder y dinero. Es una epistemología occidental que ve a la Naturaleza y al
universo como un cuerpo a conquistar y someter, tiene una visión patriarcal,
machista, sexista; una visión que aleja a los seres humanos de la Naturaleza,
que destruye lo sagrado del mundo y con ello induce “el desencanto” de los
seres humanos frente a la Naturaleza (Max Weber) que quiere ver el mundo como
“sistemas” [7] La
ideología del progreso se esconde detrás del culto a la ciencia y la
tecnología. Dos terceras partes de los científicos que trabajan en los grandes
centros de investigación de Estados Unidos, participan en desarrollos
militares.[8]
Los científicos
y los gobernantes no aceptan que la ciencia y la tecnología sean el origen de
daños inconmensurables a la sociedad, que puedan destruir la libertad y la
autonomía de los seres humanos o que puedan producir amenazas existenciales
como el colapso del clima, de la diversidad biológica o de la Paz en el mundo.
No aceptan que la ciencia y la tecnología han fracasado en lo más importante: crear
el Buen Vivir: reducir la violencia, las guerras y la destrucción de la riqueza
natural y las culturas. No quieren admitir que las innovaciones tecnológicas
que se introducen en gran escala, con el fin de ganar guerras o ganar poder o
dinero, como los son la gran mayoría de las que produce la tecnociencia
mundial, son enemigas de los seres humanos y la Naturaleza.
Es
imperativo fortalecer la resistencia contra la tiranía tecnológica tanto en lo
individual (tecno ayuno) como en lo colectivo (creación de la alternativa post
tecnológica)
[1] Dominique Belpomme, Ces maladies créés par l’home, Albin Michel,
Paris, 2004
[2] Paul Ariés. Décroissance ou barbarie. Golias2005 Vers un effondrement
de la personne humaine
[3] Jean Robert- L’Etá dei sistemi, nel pensiero dell’ultimo Illich,
Hermatena, Riola Boloña, 2019
[4] William Ray Arney, A place to Dwell, La
Mirada Invertida, Homenaje a Jean Robert, mayo 2007
[5] Jacques Ellul, La Technique, ou l’enjeu du
siécle. Le Systéme
technicien, Le Bluff technologique. 1954-1987
[6] Bernard Charbonneau
& Jacques Ellul, Jean Bernard-
Maugiron. Penser globalement, 2017, lesamisdebartleby@free.fr
[7] Martin Heidegger “The Age of the
World Picture” The Questions concerning technology and other essays, 1977
[8] Maggie Shou, Climate Justice Now!
Klimaforum 10, Cancun.
¡Descrecimiento o colapso! Primera parte.
Por Miguel Valencia Mulkay
A la memoria de Jean Robert (1937-2020)
La palabra descrecimiento fue inventada en 2007, por
integrantes de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México,
con el fin de traducir la palabra francesa decroissance, utilizada como
slogan o consigna del movimiento de ese nombre nacido en 2002, después del
coloquio Deshacer el desarrollo Rehacer el mundo realizado en la
UNESCO de París[1]. De
entrada, rechazamos traducirla literalmente como “decrecimiento”: esta palabra
es muy utilizada en asuntos económicos, ingenieriles y matemáticos, para
describir la reducción de tamaño, cantidad o intensidad de transformaciones muy
diferentes a los
que persigue el
movimiento francés; de cambios que para nosotros son indeseables, como lo son
el decrecimiento económico y la recesión económica.
Por otra parte, la palabra decrecimiento es una palabra
extraña dentro del idioma español; lo común en este idioma es la utilización
del prefijo des, para describir la acción contraria de muchos verbos:
deshacer, descomponer, desligar, deslustrar, desnudar, destruir, desconstruir,
descolonizar; la palabra decrecimiento parece un galicismo[2].
Con el fin de denotar la voluntad de reducir el
crecimiento de aquello que se ha salido de medida y proporción tanto en el
imaginario social como en las actividades económicas de los países muy
dependientes de los “países desarrollados”, llamados del Sur Global como es el
caso de México, decidimos crear la palabra descrecimiento, más cercana
al idioma español[3]. La
voluntad personal o colectiva de hacer esta reducción es el aspecto central de
esta consigna o eslogan. Es evidente que la reducción del crecimiento económico
en los países del Sur Global no podrá ser igual a la realizada en el Norte
Global. Sus realidades históricas, geopolíticas, climas, ecologías y sus
culturas, son muy diferentes.
Esta palabra fue muy bien recibida por los asistentes al
primer coloquio que organizamos en 2007, como parte del primer Ciclo de
coloquios La Apuesta por el descrecimiento que se realizó a lo largo de
2007-2008: fue adoptada como la consigna de quienes quisieran investigar o
practicar opciones o alternativas, con fundamento en estas ideas[4].
Habrá tantos tipos de descrecimiento como personas, comunidades, ciudades o
países quieran adoptar estas recomendaciones. En el Quinto coloquio, realizado
en 2008, un grupo de ecologistas[5]
adopta la consigna ¡Descrecimiento o colapso!
El descrecimiento que
hemos difundido desde 2008 [6]comparte
muchas ideas de Serge Latouche y Paul Aries, los dos grandes autores del
movimiento francés: nos parecen aplicables a la mayor parte de los países del
mundo. Al igual que este movimiento, no se apoya en una teoría, es una
consigna, con fuertes implicaciones teóricas[7].
Compartimos las ideas de Serge Latouche[8]
sobre el abandono del crecimiento por el crecimiento mismo: no puede haber
crecimiento infinito en un mundo finito; Sobre el abandono de la religión de la
economía, el progreso y el desarrollo y el rechazo al culto a la ciencia y la
tecnología. Reconocemos la emergencia climática y ecológica mundial y el gran
daño creado en los países del Sur Global, por la globalización y las políticas
desarrollistas aplicadas en las últimas siete décadas que han resultado
catastróficas para México. Compartimos plenamente su crítica a la
productividad, el consumismo y el desarrollo sustentable.
Con Paul Aries[9],
coincidimos en la necesidad de un descrecimiento equitativo y en el rechazo a
la ideología del crecimiento nacida en la guerra fría (W.W. Rostow) y en que el
dilema no está entre el crecimiento y el descrecimiento, sino entre la recesión
y el descrecimiento. Nada hay peor que una sociedad de crecimiento sin
crecimiento. El gran reto del siglo es la dualización del mundo entre un 20 %
de ricos y un 80% de seres humanos supernumerarios. El descrecimiento es
anticapitalista, pero, no es sólo esto. No se pueden subestimar los límites
físicos de la Tierra. Tampoco se pueden ignorar nuestros límites humanos...
como lo hacen muchos anticapitalistas.
Por supuesto, existe un desquiciamiento global- el fin de un
mundo, como lo advierte Aries que incluye un desquiciamiento climático y
ambiental. Hay un desquiciamiento social: una explosión de desigualdades; un
quiebre en las instituciones que no permiten vivir de una manera humana. Hay un
desquiciamiento político: el integrismo económico y el complejo tecnocientífico
destruyen la democracia; el individuo y las comunidades han perdido autonomía;
el realismo del sistema confisca las elecciones de los ciudadanos; la política
espectacular aniquila a la sociedad política.
Ciertamente, como lo señala Aries, hay un desquiciamiento
de la persona humana: abunda el homo economicus y el hombre
maquinal; el consumismo produce enfermedades “creadas por el hombre”
(por el sistema; Dominique Belpomme); hay un consumo excesivo de
medicamentos; se producen más suicidios que muertes por accidentes de tránsito;
la violencia explota en el mundo por las nuevas formas de actuar de los
gerentes, por la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana, provocadas
por el sistema (político y económico) Hay una crisis de las culturas, un
etnocidio generalizado; hay un desquiciamiento físico y mental de la persona
humana.
Estamos de acuerdo en que hay un desfondamiento simbólico:
desaparecen las dimensiones del ser humano por el predominio de la dimensión
económica; desaparecen las diferencias entre los seres humanos y los objetos,
entre los sexos, entre las generaciones, entre los seres humanos y los
animales, entre la vida y la muerte, entro lo real y lo virtual. La desmesura
invade todos los ámbitos. La sociedad ya no contiene ni incluye y frena (Jean
Pierre Dupuy) a lo que puede hacerla entrar en descomposición. Vamos hacia “la
multitud en pánico”. La desdiferenciación provoca ya una gran catástrofe
mundial.
Como lo señala Aries, el descrecimiento va más allá del
discurso antieconómico y del discurso ecologista. Propone apoyar la
propuesta de Latouche: descolonizar el imaginario y desconstruir el sistema que
domina al mundo. Y dice: el combate por el imaginario es global, va de lo
poético a lo político. No podemos esperar que quienes objetan el crecimiento
tengan las mismas convicciones y marchen todos al mismo paso… El descrecimiento
no le pertenece a persona alguna… Hay que evitar el juego de competir entre objetores
para ver quien descrece más… Pretendemos ser un círculo de reflexión, un grupo
de presión y un movimiento político… Creemos en la posibilidad de casar los
principios de esperanza y responsabilidad... Combatimos, para desintoxicarnos
del pensamiento dominante.
El descrecimiento, según Aries, es una “moción de orden”
ante el consenso izquierda-derecha en favor del crecimiento económico; expresa
lo que muchos piensan y no han encontrado palabras para decirlo. Y dice: el descrecimiento es una reacción
ante el fracaso conjunto del capitalismo globalizador y el “socialismo
realmente existente” y la social-democracia (convertida en social liberalismo).
El descrecimiento tiene éxito porque una gran parte de la sociedad no quiere
incorporarse a ella tal como va. El
descrecimiento es también una crítica a las falsas soluciones que proliferan en
el neoliberalismo[10]…
El descrecimiento no es de todo para todos.
Por su parte, Serge Latouche, considera[11]
que la dictadura de las tasas de crecimiento obliga a las sociedades
desarrolladas a vivir en un régimen de “sobrecrecimiento”; es decir a producir
y a consumir más allá de cualquier necesidad “razonable”. Y advierte: LA
SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INSOSTENIBLE. Los consumos del ciudadano del Norte
son varias veces lo que consume un ciudadano del Sur. Las comparaciones
del consumo de energía y las emisiones de gases que dañan el clima son aún más
reveladoras… se necesitarían entre tres y seis planetas para generalizar el
modo de vida occidental...Con una tasa del 10% de crecimiento, como ha sido la
de China por muchos años, se obtiene una multiplicación de 736 en un siglo…Con
el fin de conciliar el crecimiento y el respeto al medio ambiente, los expertos y los industriales han desarrollado una serie
de argumentos basados en que el progreso de la ciencia resolverá todos los
problemas. LA SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INDESEABLE… Engendra una escalada de
desigualdades e injusticias, crea un bienestar bastante ilusorio, no suscita
para los opulentos mismos una sociedad convivencial sino una “anti sociedad”
enferma por su riqueza.
Y dice Latouche La construcción de una sociedad en
descrecimiento pasa ciertamente por la desmitificación del índice fetiche del
bienestar moderno, el PIB o Producto Interno Bruto… Algunos creen que sería suficiente calcular
la riqueza de otra forma… La felicidad, esa “idea nueva” en el siglo XVIII, se
materializa en bienestar, versión eufemizada de “bien tener” …Mientras más
aumenta el consumo más la ideología de la felicidad deberá ser potente para
satisfacer el ciclo absurdo en el que se ha comprometido… Los contadores
nacionales declaran que el PIB y el crecimiento no miden el bienestar, no están
hechos para ello. He escrito recientemente un artículo al respecto[12]
¿Es el descrecimiento en efecto una regresión como dicen los
periodistas? Se
pregunta Latouche y comenta En los hechos, la edad de piedra tal como la
analiza Marshall Shalins en su famoso libro Edad de piedra, Edad de la
abundancia, ¡no estaría tan mal! En la época zarista, los campesinos
rusos del siglo XIV tenían 103 días de fiesta al año. El agotamiento del
petróleo barato puede conducirnos a “la vela”, como lo señala Silvia
Pérez-Vitoria en Les paysans son de retour. Y dice Latouche El
descrecimiento no es la recesión como tratan de hacernos creer aquellos que no
quieren oír hablar de cambiar nuestros modos de vida… Se trata de aspirar a un
mejor modo de vida…Queremos reclamar “el progreso” de la belleza de las
ciudades y de los paisajes, la pureza de los mantos acuíferos, la transparencia
de los ríos y la salud de los océanos.
DESCRECIMIENTO, AUSTERIDAD, SIMPLICIDAD. ENCONTRAR EL SENTIDO
DEL LÍMITE. El descrecimiento se asimila frecuentemente a la “simplicidad
voluntaria” dice
Latouche En 1995 el 2% de los activos interrogados en EU habían reducido
voluntariamente su nivel de vida y sus horarios de trabajo…En Australia serían
la cuarta parte de quienes tenían entre 35 y 39 años…Ciertas encuestas revelan
que el número de personas interesadas en un cambio de este tipo sería bastante
mayoritario.
Añade Latouche Una
antigua tradición filosófica preconiza alguna forma de limitación de las
necesidades, para encontrar la felicidad. Según Epicuro, “el hombre que no
se contenta con poco no se contenta con nada”. La búsqueda infinita
termina, de acuerdo a Hans Jonas, en el fracaso infinito. Lucrecio
desarrolla esta idea “Pero si tu deseas siempre lo que no tienes,
desprecias lo que tienes, tu vida transcurre sin plenitud y sin encanto; y
luego, de repente la muerte aparece junto a tu cama antes de que pudieras
sentirte listo para irte feliz y satisfecho.
Hay mucho que decir sobre las ideas que el descrecimiento
comparte no sólo con Latouche y Aries, sino con otros autores ligados al
movimiento decroissance de Francia y por supuesto, sobre la manera de propagar
el descrecimiento en México.
26 de junio de 2025
[1] En este coloquio participa Iván
Illich, poco antes de fallecer. Desde principios de los años 70 del siglo XX, este autor
nacido en Viena influyó mucho en el nacimiento del movimiento ecologista
francés, ver el libro El Ecologismo de Dominique Simonnet, GEDISA, 1979
y también, en mi pensamiento; sus ideas reflejadas en sus famosos libros: La
convivencialidad, La sociedad desescolarizada, Némesis médica, Energía y
equidad, inspiraron mi primer activismo después del sismo de 1985 y más tarde,
mi entrada en 1987, en el movimiento ecologista de México (el Pacto de Grupos
Ecologistas). Este involucramiento me llevó a entrar en contacto en 1990, con
uno de sus principales discípulos, Jean Robert, residente en Cuernavaca,
Morelos desde 1972 hasta su muerte en octubre de 2020, a quien debemos mucho de
lo que ha sido el movimiento descrecimiento.
[2] Años después, tuvimos
conocimiento de que los españoles que se interesaron en difundir las ideas del
movimiento francés adoptaron la palabra decrecimiento, para su
movimiento. En Italia este movimiento se llama decrescita, en
Alemania Postwachstum y para el idioma inglés, en 2008 se inventa
la palabra degrowth.
[3] Para nuestra gran sorpresa, en 2020 nos informaron que la palabra descrecimiento
había sido incluida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, por su creciente utilización.
[4] En 2006 descubrí la existencia de
este movimiento francés por medio de los libros que me regalaron Claudio
Kermaria y Dominique Jonard, amigos franceses residentes en México: Graines
des possibles de Francois Hulot y Pierre Rabhi y Decroissance ou
barbarie de Paul Aries. Me sorprendió mucho encontrar bastantes puntos de
acuerdo con este movimiento francés. Decidí comentar estos libros con nuestro
amigo, Jean Robert, quien fuera parte del legendario Centro Intercultural de
Documentación CIDOC de Cuernavaca, Morelos, animado por Iván Illich entre 1966
y 1976; Jean me muestra el libro Le Pari de la decroissance de Serge
Latouche, amigo suyo y discípulo también de Iván Illich; gentilmente me pone en
contacto con este autor, figura principal de este movimiento francés. Por su
apoyo, en 2010 logramos que Serge Latouche impartiera varias conferencias
magistrales en universidades mexicanas; gracias a la intervención de Latouche
recibo una invitación para participar en la 2nd International Conference on
Degrowth and Social Equity 2010 de Barcelona y me acerco al movimiento
degrowth, promotor de las conferencias internacionales de este nombre.
[5] ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México y
ecologistas cercanos a esta red.
[6] En 2008, ECOMUNIDADES y ecologistas amigos empezamos a discutir
ampliamente el descrecimiento en los coloquios que siguieron al coloquio de
2007 (Ciclo de coloquios, La Apuesta por el descrecimiento) y desde 2009 hasta
2018 ECOMUNIDADES ha organizado charlas, seminarios, foros, reuniones,
encuentros nacionales y la Primera Conferencia Norte Sur sobre
Degrowth-Descrecimiento, Ciudad de México 2018. También, hemos presentado
ponencias en muy diversos eventos sociales y académicos, nacionales e
internacionales.
[7] El movimiento francés reconoce su filiación, con las ideas de más de
50 autores modernos, como Illich, Castoriadis, Georgescu Roeguen, Gorz, Ellul,
Marcuse, Schumacher, Debord, Bookchin, Commoner, Camus, Weil, Polanyi, Kohr,
Arendt, Gandhi, Anders, Orwell, Mumford, Mauss, Geddes, Tolstoi, Thoreau, entre
otros. Si bien actualizadas por el descrecimiento, las filosofías que aparecen
en este movimiento son muy antiguas y cercanas a las expresadas por diversos
grupos étnicos y personajes de las viejas civilizaciones anteriores a la era
cristiana.
[8] Serge Latouche, Le Pari de la decroissance,Fayard
2006- Sortir de la societé de consommation, LLL LES LIENS QUI LIBERENT.
2010 profesor emérito de la universidad de París-Sud (Orsay) Ha sido
investigador de las relaciones económicas y culturales Norte-Sur y de la
epistemología de las ciencias sociales.
[9] Paul Aries. Decroissance ou
barbarie, Golias 2005. Académico
y activista de Lyon en muy diversos frentes políticos, ha sido un gran crítico
de la globalización. Frecuente articulista de la revista La Decroissance.
[10] La privatización de ríos,
lagos, bosques, bahías, playas, vías de comunicación, corredores aéreos, etc.
Entre muchas falsas soluciones: la economía desmaterializada, la economía
circular, la economía verde, el crecimiento verde, el ahorro de energía, las
tecnologías verdes, las energías renovables. La farsa ideológica del desarrollo
sustentable. Son también falsas soluciones: las propuestas “positivas” de
los gobiernos, los empresarios y las ONGs o el diferimiento del descrecimiento
o desaceleración que proponen los partidos y ONGs de izquierda hasta que las
necesidades básicas de la humanidad hayan sido resueltas o que el
descrecimiento de los ricos no tendría incidencia significativa en el
crecimiento de la economía mundial. Las propuestas de los ambientalistas sobre
la explosión de la bomba P (población) o D (demográfica) son condenables:
pretenden desviar la atención sobre el enorme daño que hacen buena parte de las
grandes tecnologías y el crecimiento del PIB.
[11] Le Pari de la decroissance, Chapitre 1 L’enfer de la decroissance
[12] Miguel Valencia, Una
desgracia, el crecimiento del Producto Interno Bruto, octubre de 2020
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