¡Descrecimiento o colapso! Primera parte.
Por Miguel Valencia Mulkay
A la memoria de Jean Robert (1937-2020)
La palabra descrecimiento fue inventada en 2007, por
integrantes de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México,
con el fin de traducir la palabra francesa decroissance, utilizada como
slogan o consigna del movimiento de ese nombre nacido en 2002, después del
coloquio Deshacer el desarrollo Rehacer el mundo realizado en la
UNESCO de París[1]. De
entrada, rechazamos traducirla literalmente como “decrecimiento”: esta palabra
es muy utilizada en asuntos económicos, ingenieriles y matemáticos, para
describir la reducción de tamaño, cantidad o intensidad de transformaciones muy
diferentes a los
que persigue el
movimiento francés; de cambios que para nosotros son indeseables, como lo son
el decrecimiento económico y la recesión económica.
Por otra parte, la palabra decrecimiento es una palabra
extraña dentro del idioma español; lo común en este idioma es la utilización
del prefijo des, para describir la acción contraria de muchos verbos:
deshacer, descomponer, desligar, deslustrar, desnudar, destruir, desconstruir,
descolonizar; la palabra decrecimiento parece un galicismo[2].
Con el fin de denotar la voluntad de reducir el
crecimiento de aquello que se ha salido de medida y proporción tanto en el
imaginario social como en las actividades económicas de los países muy
dependientes de los “países desarrollados”, llamados del Sur Global como es el
caso de México, decidimos crear la palabra descrecimiento, más cercana
al idioma español[3]. La
voluntad personal o colectiva de hacer esta reducción es el aspecto central de
esta consigna o eslogan. Es evidente que la reducción del crecimiento económico
en los países del Sur Global no podrá ser igual a la realizada en el Norte
Global. Sus realidades históricas, geopolíticas, climas, ecologías y sus
culturas, son muy diferentes.
Esta palabra fue muy bien recibida por los asistentes al
primer coloquio que organizamos en 2007, como parte del primer Ciclo de
coloquios La Apuesta por el descrecimiento que se realizó a lo largo de
2007-2008: fue adoptada como la consigna de quienes quisieran investigar o
practicar opciones o alternativas, con fundamento en estas ideas[4].
Habrá tantos tipos de descrecimiento como personas, comunidades, ciudades o
países quieran adoptar estas recomendaciones. En el Quinto coloquio, realizado
en 2008, un grupo de ecologistas[5]
adopta la consigna ¡Descrecimiento o colapso!
El descrecimiento que
hemos difundido desde 2008 [6]comparte
muchas ideas de Serge Latouche y Paul Aries, los dos grandes autores del
movimiento francés: nos parecen aplicables a la mayor parte de los países del
mundo. Al igual que este movimiento, no se apoya en una teoría, es una
consigna, con fuertes implicaciones teóricas[7].
Compartimos las ideas de Serge Latouche[8]
sobre el abandono del crecimiento por el crecimiento mismo: no puede haber
crecimiento infinito en un mundo finito; Sobre el abandono de la religión de la
economía, el progreso y el desarrollo y el rechazo al culto a la ciencia y la
tecnología. Reconocemos la emergencia climática y ecológica mundial y el gran
daño creado en los países del Sur Global, por la globalización y las políticas
desarrollistas aplicadas en las últimas siete décadas que han resultado
catastróficas para México. Compartimos plenamente su crítica a la
productividad, el consumismo y el desarrollo sustentable.
Con Paul Aries[9],
coincidimos en la necesidad de un descrecimiento equitativo y en el rechazo a
la ideología del crecimiento nacida en la guerra fría (W.W. Rostow) y en que el
dilema no está entre el crecimiento y el descrecimiento, sino entre la recesión
y el descrecimiento. Nada hay peor que una sociedad de crecimiento sin
crecimiento. El gran reto del siglo es la dualización del mundo entre un 20 %
de ricos y un 80% de seres humanos supernumerarios. El descrecimiento es
anticapitalista, pero, no es sólo esto. No se pueden subestimar los límites
físicos de la Tierra. Tampoco se pueden ignorar nuestros límites humanos...
como lo hacen muchos anticapitalistas.
Por supuesto, existe un desquiciamiento global- el fin de un
mundo, como lo advierte Aries que incluye un desquiciamiento climático y
ambiental. Hay un desquiciamiento social: una explosión de desigualdades; un
quiebre en las instituciones que no permiten vivir de una manera humana. Hay un
desquiciamiento político: el integrismo económico y el complejo tecnocientífico
destruyen la democracia; el individuo y las comunidades han perdido autonomía;
el realismo del sistema confisca las elecciones de los ciudadanos; la política
espectacular aniquila a la sociedad política.
Ciertamente, como lo señala Aries, hay un desquiciamiento
de la persona humana: abunda el homo economicus y el hombre
maquinal; el consumismo produce enfermedades “creadas por el hombre”
(por el sistema; Dominique Belpomme); hay un consumo excesivo de
medicamentos; se producen más suicidios que muertes por accidentes de tránsito;
la violencia explota en el mundo por las nuevas formas de actuar de los
gerentes, por la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana, provocadas
por el sistema (político y económico) Hay una crisis de las culturas, un
etnocidio generalizado; hay un desquiciamiento físico y mental de la persona
humana.
Estamos de acuerdo en que hay un desfondamiento simbólico:
desaparecen las dimensiones del ser humano por el predominio de la dimensión
económica; desaparecen las diferencias entre los seres humanos y los objetos,
entre los sexos, entre las generaciones, entre los seres humanos y los
animales, entre la vida y la muerte, entro lo real y lo virtual. La desmesura
invade todos los ámbitos. La sociedad ya no contiene ni incluye y frena (Jean
Pierre Dupuy) a lo que puede hacerla entrar en descomposición. Vamos hacia “la
multitud en pánico”. La desdiferenciación provoca ya una gran catástrofe
mundial.
Como lo señala Aries, el descrecimiento va más allá del
discurso antieconómico y del discurso ecologista. Propone apoyar la
propuesta de Latouche: descolonizar el imaginario y desconstruir el sistema que
domina al mundo. Y dice: el combate por el imaginario es global, va de lo
poético a lo político. No podemos esperar que quienes objetan el crecimiento
tengan las mismas convicciones y marchen todos al mismo paso… El descrecimiento
no le pertenece a persona alguna… Hay que evitar el juego de competir entre objetores
para ver quien descrece más… Pretendemos ser un círculo de reflexión, un grupo
de presión y un movimiento político… Creemos en la posibilidad de casar los
principios de esperanza y responsabilidad... Combatimos, para desintoxicarnos
del pensamiento dominante.
El descrecimiento, según Aries, es una “moción de orden”
ante el consenso izquierda-derecha en favor del crecimiento económico; expresa
lo que muchos piensan y no han encontrado palabras para decirlo. Y dice: el descrecimiento es una reacción
ante el fracaso conjunto del capitalismo globalizador y el “socialismo
realmente existente” y la social-democracia (convertida en social liberalismo).
El descrecimiento tiene éxito porque una gran parte de la sociedad no quiere
incorporarse a ella tal como va. El
descrecimiento es también una crítica a las falsas soluciones que proliferan en
el neoliberalismo[10]…
El descrecimiento no es de todo para todos.
Por su parte, Serge Latouche, considera[11]
que la dictadura de las tasas de crecimiento obliga a las sociedades
desarrolladas a vivir en un régimen de “sobrecrecimiento”; es decir a producir
y a consumir más allá de cualquier necesidad “razonable”. Y advierte: LA
SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INSOSTENIBLE. Los consumos del ciudadano del Norte
son varias veces lo que consume un ciudadano del Sur. Las comparaciones
del consumo de energía y las emisiones de gases que dañan el clima son aún más
reveladoras… se necesitarían entre tres y seis planetas para generalizar el
modo de vida occidental...Con una tasa del 10% de crecimiento, como ha sido la
de China por muchos años, se obtiene una multiplicación de 736 en un siglo…Con
el fin de conciliar el crecimiento y el respeto al medio ambiente, los expertos y los industriales han desarrollado una serie
de argumentos basados en que el progreso de la ciencia resolverá todos los
problemas. LA SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INDESEABLE… Engendra una escalada de
desigualdades e injusticias, crea un bienestar bastante ilusorio, no suscita
para los opulentos mismos una sociedad convivencial sino una “anti sociedad”
enferma por su riqueza.
Y dice Latouche La construcción de una sociedad en
descrecimiento pasa ciertamente por la desmitificación del índice fetiche del
bienestar moderno, el PIB o Producto Interno Bruto… Algunos creen que sería suficiente calcular
la riqueza de otra forma… La felicidad, esa “idea nueva” en el siglo XVIII, se
materializa en bienestar, versión eufemizada de “bien tener” …Mientras más
aumenta el consumo más la ideología de la felicidad deberá ser potente para
satisfacer el ciclo absurdo en el que se ha comprometido… Los contadores
nacionales declaran que el PIB y el crecimiento no miden el bienestar, no están
hechos para ello. He escrito recientemente un artículo al respecto[12]
¿Es el descrecimiento en efecto una regresión como dicen los
periodistas? Se
pregunta Latouche y comenta En los hechos, la edad de piedra tal como la
analiza Marshall Shalins en su famoso libro Edad de piedra, Edad de la
abundancia, ¡no estaría tan mal! En la época zarista, los campesinos
rusos del siglo XIV tenían 103 días de fiesta al año. El agotamiento del
petróleo barato puede conducirnos a “la vela”, como lo señala Silvia
Pérez-Vitoria en Les paysans son de retour. Y dice Latouche El
descrecimiento no es la recesión como tratan de hacernos creer aquellos que no
quieren oír hablar de cambiar nuestros modos de vida… Se trata de aspirar a un
mejor modo de vida…Queremos reclamar “el progreso” de la belleza de las
ciudades y de los paisajes, la pureza de los mantos acuíferos, la transparencia
de los ríos y la salud de los océanos.
DESCRECIMIENTO, AUSTERIDAD, SIMPLICIDAD. ENCONTRAR EL SENTIDO
DEL LÍMITE. El descrecimiento se asimila frecuentemente a la “simplicidad
voluntaria” dice
Latouche En 1995 el 2% de los activos interrogados en EU habían reducido
voluntariamente su nivel de vida y sus horarios de trabajo…En Australia serían
la cuarta parte de quienes tenían entre 35 y 39 años…Ciertas encuestas revelan
que el número de personas interesadas en un cambio de este tipo sería bastante
mayoritario.
Añade Latouche Una
antigua tradición filosófica preconiza alguna forma de limitación de las
necesidades, para encontrar la felicidad. Según Epicuro, “el hombre que no
se contenta con poco no se contenta con nada”. La búsqueda infinita
termina, de acuerdo a Hans Jonas, en el fracaso infinito. Lucrecio
desarrolla esta idea “Pero si tu deseas siempre lo que no tienes,
desprecias lo que tienes, tu vida transcurre sin plenitud y sin encanto; y
luego, de repente la muerte aparece junto a tu cama antes de que pudieras
sentirte listo para irte feliz y satisfecho.
Hay mucho que decir sobre las ideas que el descrecimiento
comparte no sólo con Latouche y Aries, sino con otros autores ligados al
movimiento decroissance de Francia y por supuesto, sobre la manera de propagar
el descrecimiento en México.
26 de junio de 2025
[1] En este coloquio participa Iván
Illich, poco antes de fallecer. Desde principios de los años 70 del siglo XX, este autor
nacido en Viena influyó mucho en el nacimiento del movimiento ecologista
francés, ver el libro El Ecologismo de Dominique Simonnet, GEDISA, 1979
y también, en mi pensamiento; sus ideas reflejadas en sus famosos libros: La
convivencialidad, La sociedad desescolarizada, Némesis médica, Energía y
equidad, inspiraron mi primer activismo después del sismo de 1985 y más tarde,
mi entrada en 1987, en el movimiento ecologista de México (el Pacto de Grupos
Ecologistas). Este involucramiento me llevó a entrar en contacto en 1990, con
uno de sus principales discípulos, Jean Robert, residente en Cuernavaca,
Morelos desde 1972 hasta su muerte en octubre de 2020, a quien debemos mucho de
lo que ha sido el movimiento descrecimiento.
[2] Años después, tuvimos
conocimiento de que los españoles que se interesaron en difundir las ideas del
movimiento francés adoptaron la palabra decrecimiento, para su
movimiento. En Italia este movimiento se llama decrescita, en
Alemania Postwachstum y para el idioma inglés, en 2008 se inventa
la palabra degrowth.
[3] Para nuestra gran sorpresa, en 2020 nos informaron que la palabra descrecimiento
había sido incluida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, por su creciente utilización.
[4] En 2006 descubrí la existencia de
este movimiento francés por medio de los libros que me regalaron Claudio
Kermaria y Dominique Jonard, amigos franceses residentes en México: Graines
des possibles de Francois Hulot y Pierre Rabhi y Decroissance ou
barbarie de Paul Aries. Me sorprendió mucho encontrar bastantes puntos de
acuerdo con este movimiento francés. Decidí comentar estos libros con nuestro
amigo, Jean Robert, quien fuera parte del legendario Centro Intercultural de
Documentación CIDOC de Cuernavaca, Morelos, animado por Iván Illich entre 1966
y 1976; Jean me muestra el libro Le Pari de la decroissance de Serge
Latouche, amigo suyo y discípulo también de Iván Illich; gentilmente me pone en
contacto con este autor, figura principal de este movimiento francés. Por su
apoyo, en 2010 logramos que Serge Latouche impartiera varias conferencias
magistrales en universidades mexicanas; gracias a la intervención de Latouche
recibo una invitación para participar en la 2nd International Conference on
Degrowth and Social Equity 2010 de Barcelona y me acerco al movimiento
degrowth, promotor de las conferencias internacionales de este nombre.
[5] ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México y
ecologistas cercanos a esta red.
[6] En 2008, ECOMUNIDADES y ecologistas amigos empezamos a discutir
ampliamente el descrecimiento en los coloquios que siguieron al coloquio de
2007 (Ciclo de coloquios, La Apuesta por el descrecimiento) y desde 2009 hasta
2018 ECOMUNIDADES ha organizado charlas, seminarios, foros, reuniones,
encuentros nacionales y la Primera Conferencia Norte Sur sobre
Degrowth-Descrecimiento, Ciudad de México 2018. También, hemos presentado
ponencias en muy diversos eventos sociales y académicos, nacionales e
internacionales.
[7] El movimiento francés reconoce su filiación, con las ideas de más de
50 autores modernos, como Illich, Castoriadis, Georgescu Roeguen, Gorz, Ellul,
Marcuse, Schumacher, Debord, Bookchin, Commoner, Camus, Weil, Polanyi, Kohr,
Arendt, Gandhi, Anders, Orwell, Mumford, Mauss, Geddes, Tolstoi, Thoreau, entre
otros. Si bien actualizadas por el descrecimiento, las filosofías que aparecen
en este movimiento son muy antiguas y cercanas a las expresadas por diversos
grupos étnicos y personajes de las viejas civilizaciones anteriores a la era
cristiana.
[8] Serge Latouche, Le Pari de la decroissance,Fayard
2006- Sortir de la societé de consommation, LLL LES LIENS QUI LIBERENT.
2010 profesor emérito de la universidad de París-Sud (Orsay) Ha sido
investigador de las relaciones económicas y culturales Norte-Sur y de la
epistemología de las ciencias sociales.
[9] Paul Aries. Decroissance ou
barbarie, Golias 2005. Académico
y activista de Lyon en muy diversos frentes políticos, ha sido un gran crítico
de la globalización. Frecuente articulista de la revista La Decroissance.
[10] La privatización de ríos,
lagos, bosques, bahías, playas, vías de comunicación, corredores aéreos, etc.
Entre muchas falsas soluciones: la economía desmaterializada, la economía
circular, la economía verde, el crecimiento verde, el ahorro de energía, las
tecnologías verdes, las energías renovables. La farsa ideológica del desarrollo
sustentable. Son también falsas soluciones: las propuestas “positivas” de
los gobiernos, los empresarios y las ONGs o el diferimiento del descrecimiento
o desaceleración que proponen los partidos y ONGs de izquierda hasta que las
necesidades básicas de la humanidad hayan sido resueltas o que el
descrecimiento de los ricos no tendría incidencia significativa en el
crecimiento de la economía mundial. Las propuestas de los ambientalistas sobre
la explosión de la bomba P (población) o D (demográfica) son condenables:
pretenden desviar la atención sobre el enorme daño que hacen buena parte de las
grandes tecnologías y el crecimiento del PIB.
[11] Le Pari de la decroissance, Chapitre 1 L’enfer de la decroissance
[12] Miguel Valencia, Una
desgracia, el crecimiento del Producto Interno Bruto, octubre de 2020
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