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jueves, 26 de junio de 2025

 

¡Descrecimiento o colapso! Primera parte.

Por Miguel Valencia Mulkay

A la memoria de Jean Robert (1937-2020)

La palabra descrecimiento fue inventada en 2007, por integrantes de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, con el fin de traducir la palabra francesa decroissance, utilizada como slogan o consigna del movimiento de ese nombre nacido en 2002, después del coloquio Deshacer el desarrollo Rehacer el mundo realizado en la UNESCO de París[1]. De entrada, rechazamos traducirla literalmente como “decrecimiento”: esta palabra es muy utilizada en asuntos económicos, ingenieriles y matemáticos, para describir la reducción de tamaño, cantidad o intensidad de transformaciones muy diferentes a los

 que persigue el movimiento francés; de cambios que para nosotros son indeseables, como lo son el decrecimiento económico y la recesión económica.

Por otra parte, la palabra decrecimiento es una palabra extraña dentro del idioma español; lo común en este idioma es la utilización del prefijo des, para describir la acción contraria de muchos verbos: deshacer, descomponer, desligar, deslustrar, desnudar, destruir, desconstruir, descolonizar; la palabra decrecimiento parece un galicismo[2].

Con el fin de denotar la voluntad de reducir el crecimiento de aquello que se ha salido de medida y proporción tanto en el imaginario social como en las actividades económicas de los países muy dependientes de los “países desarrollados”, llamados del Sur Global como es el caso de México, decidimos crear la palabra descrecimiento, más cercana al idioma español[3]. La voluntad personal o colectiva de hacer esta reducción es el aspecto central de esta consigna o eslogan. Es evidente que la reducción del crecimiento económico en los países del Sur Global no podrá ser igual a la realizada en el Norte Global. Sus realidades históricas, geopolíticas, climas, ecologías y sus culturas, son muy diferentes.  

Esta palabra fue muy bien recibida por los asistentes al primer coloquio que organizamos en 2007, como parte del primer Ciclo de coloquios La Apuesta por el descrecimiento que se realizó a lo largo de 2007-2008: fue adoptada como la consigna de quienes quisieran investigar o practicar opciones o alternativas, con fundamento en estas ideas[4]. Habrá tantos tipos de descrecimiento como personas, comunidades, ciudades o países quieran adoptar estas recomendaciones. En el Quinto coloquio, realizado en 2008, un grupo de ecologistas[5] adopta la consigna ¡Descrecimiento o colapso! 

 El descrecimiento que hemos difundido desde 2008 [6]comparte muchas ideas de Serge Latouche y Paul Aries, los dos grandes autores del movimiento francés: nos parecen aplicables a la mayor parte de los países del mundo. Al igual que este movimiento, no se apoya en una teoría, es una consigna, con fuertes implicaciones teóricas[7]. Compartimos las ideas de Serge Latouche[8] sobre el abandono del crecimiento por el crecimiento mismo: no puede haber crecimiento infinito en un mundo finito; Sobre el abandono de la religión de la economía, el progreso y el desarrollo y el rechazo al culto a la ciencia y la tecnología. Reconocemos la emergencia climática y ecológica mundial y el gran daño creado en los países del Sur Global, por la globalización y las políticas desarrollistas aplicadas en las últimas siete décadas que han resultado catastróficas para México. Compartimos plenamente su crítica a la productividad, el consumismo y el desarrollo sustentable.

Con Paul Aries[9], coincidimos en la necesidad de un descrecimiento equitativo y en el rechazo a la ideología del crecimiento nacida en la guerra fría (W.W. Rostow) y en que el dilema no está entre el crecimiento y el descrecimiento, sino entre la recesión y el descrecimiento. Nada hay peor que una sociedad de crecimiento sin crecimiento. El gran reto del siglo es la dualización del mundo entre un 20 % de ricos y un 80% de seres humanos supernumerarios. El descrecimiento es anticapitalista, pero, no es sólo esto. No se pueden subestimar los límites físicos de la Tierra. Tampoco se pueden ignorar nuestros límites humanos... como lo hacen muchos anticapitalistas.

Por supuesto, existe un desquiciamiento global- el fin de un mundo, como lo advierte Aries que incluye un desquiciamiento climático y ambiental. Hay un desquiciamiento social: una explosión de desigualdades; un quiebre en las instituciones que no permiten vivir de una manera humana. Hay un desquiciamiento político: el integrismo económico y el complejo tecnocientífico destruyen la democracia; el individuo y las comunidades han perdido autonomía; el realismo del sistema confisca las elecciones de los ciudadanos; la política espectacular aniquila a la sociedad política.

Ciertamente, como lo señala Aries, hay un desquiciamiento de la persona humana: abunda el homo economicus y el hombre maquinal; el consumismo produce enfermedades “creadas por el hombre (por el sistema; Dominique Belpomme); hay un consumo excesivo de medicamentos; se producen más suicidios que muertes por accidentes de tránsito; la violencia explota en el mundo por las nuevas formas de actuar de los gerentes, por la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana, provocadas por el sistema (político y económico) Hay una crisis de las culturas, un etnocidio generalizado; hay un desquiciamiento físico y mental de la persona humana.

Estamos de acuerdo en que hay un desfondamiento simbólico: desaparecen las dimensiones del ser humano por el predominio de la dimensión económica; desaparecen las diferencias entre los seres humanos y los objetos, entre los sexos, entre las generaciones, entre los seres humanos y los animales, entre la vida y la muerte, entro lo real y lo virtual. La desmesura invade todos los ámbitos. La sociedad ya no contiene ni incluye y frena (Jean Pierre Dupuy) a lo que puede hacerla entrar en descomposición. Vamos hacia “la multitud en pánico”. La desdiferenciación provoca ya una gran catástrofe mundial.

Como lo señala Aries, el descrecimiento va más allá del discurso antieconómico y del discurso ecologista. Propone apoyar la propuesta de Latouche: descolonizar el imaginario y desconstruir el sistema que domina al mundo. Y dice: el combate por el imaginario es global, va de lo poético a lo político. No podemos esperar que quienes objetan el crecimiento tengan las mismas convicciones y marchen todos al mismo paso… El descrecimiento no le pertenece a persona alguna… Hay que evitar el juego de competir entre objetores para ver quien descrece más… Pretendemos ser un círculo de reflexión, un grupo de presión y un movimiento político… Creemos en la posibilidad de casar los principios de esperanza y responsabilidad... Combatimos, para desintoxicarnos del pensamiento dominante.

El descrecimiento, según Aries, es una “moción de orden” ante el consenso izquierda-derecha en favor del crecimiento económico; expresa lo que muchos piensan y no han encontrado palabras para decirlo.  Y dice: el descrecimiento es una reacción ante el fracaso conjunto del capitalismo globalizador y el “socialismo realmente existente” y la social-democracia (convertida en social liberalismo). El descrecimiento tiene éxito porque una gran parte de la sociedad no quiere incorporarse a ella tal como va.  El descrecimiento es también una crítica a las falsas soluciones que proliferan en el neoliberalismo[10]… El descrecimiento no es de todo para todos.  

Por su parte, Serge Latouche, considera[11] que la dictadura de las tasas de crecimiento obliga a las sociedades desarrolladas a vivir en un régimen de “sobrecrecimiento”; es decir a producir y a consumir más allá de cualquier necesidad “razonable”. Y advierte: LA SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INSOSTENIBLE. Los consumos del ciudadano del Norte son varias veces lo que consume un ciudadano del Sur. Las comparaciones del consumo de energía y las emisiones de gases que dañan el clima son aún más reveladoras… se necesitarían entre tres y seis planetas para generalizar el modo de vida occidental...Con una tasa del 10% de crecimiento, como ha sido la de China por muchos años, se obtiene una multiplicación de 736 en un siglo…Con el fin de conciliar el crecimiento y el respeto al medio ambiente, los expertos  y los industriales han desarrollado una serie de argumentos basados en que el progreso de la ciencia resolverá todos los problemas. LA SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INDESEABLE… Engendra una escalada de desigualdades e injusticias, crea un bienestar bastante ilusorio, no suscita para los opulentos mismos una sociedad convivencial sino una “anti sociedad” enferma por su riqueza.  

Y dice Latouche La construcción de una sociedad en descrecimiento pasa ciertamente por la desmitificación del índice fetiche del bienestar moderno, el PIB o Producto Interno Bruto…  Algunos creen que sería suficiente calcular la riqueza de otra forma… La felicidad, esa “idea nueva” en el siglo XVIII, se materializa en bienestar, versión eufemizada de “bien tener” …Mientras más aumenta el consumo más la ideología de la felicidad deberá ser potente para satisfacer el ciclo absurdo en el que se ha comprometido… Los contadores nacionales declaran que el PIB y el crecimiento no miden el bienestar, no están hechos para ello. He escrito recientemente un artículo al respecto[12]

¿Es el descrecimiento en efecto una regresión como dicen los periodistas? Se pregunta Latouche y comenta En los hechos, la edad de piedra tal como la analiza Marshall Shalins en su famoso libro Edad de piedra, Edad de la abundancia, ¡no estaría tan mal! En la época zarista, los campesinos rusos del siglo XIV tenían 103 días de fiesta al año. El agotamiento del petróleo barato puede conducirnos a “la vela”, como lo señala Silvia Pérez-Vitoria en Les paysans son de retour. Y dice Latouche El descrecimiento no es la recesión como tratan de hacernos creer aquellos que no quieren oír hablar de cambiar nuestros modos de vida… Se trata de aspirar a un mejor modo de vida…Queremos reclamar “el progreso” de la belleza de las ciudades y de los paisajes, la pureza de los mantos acuíferos, la transparencia de los ríos y la salud de los océanos.

DESCRECIMIENTO, AUSTERIDAD, SIMPLICIDAD. ENCONTRAR EL SENTIDO DEL LÍMITE. El descrecimiento se asimila frecuentemente a la “simplicidad voluntaria” dice Latouche En 1995 el 2% de los activos interrogados en EU habían reducido voluntariamente su nivel de vida y sus horarios de trabajo…En Australia serían la cuarta parte de quienes tenían entre 35 y 39 años…Ciertas encuestas revelan que el número de personas interesadas en un cambio de este tipo sería bastante mayoritario.

 Añade Latouche Una antigua tradición filosófica preconiza alguna forma de limitación de las necesidades, para encontrar la felicidad. Según Epicuro, “el hombre que no se contenta con poco no se contenta con nada”. La búsqueda infinita termina, de acuerdo a Hans Jonas, en el fracaso infinito. Lucrecio desarrolla esta idea “Pero si tu deseas siempre lo que no tienes, desprecias lo que tienes, tu vida transcurre sin plenitud y sin encanto; y luego, de repente la muerte aparece junto a tu cama antes de que pudieras sentirte listo para irte feliz y satisfecho.

Hay mucho que decir sobre las ideas que el descrecimiento comparte no sólo con Latouche y Aries, sino con otros autores ligados al movimiento decroissance de Francia y por supuesto, sobre la manera de propagar el descrecimiento en México.

26 de junio de 2025



[1] En este coloquio participa Iván Illich, poco antes de fallecer. Desde principios de los años 70 del siglo XX, este autor nacido en Viena influyó mucho en el nacimiento del movimiento ecologista francés, ver el libro El Ecologismo de Dominique Simonnet, GEDISA, 1979 y también, en mi pensamiento; sus ideas reflejadas en sus famosos libros: La convivencialidad, La sociedad desescolarizada, Némesis médica, Energía y equidad, inspiraron mi primer activismo después del sismo de 1985 y más tarde, mi entrada en 1987, en el movimiento ecologista de México (el Pacto de Grupos Ecologistas). Este involucramiento me llevó a entrar en contacto en 1990, con uno de sus principales discípulos, Jean Robert, residente en Cuernavaca, Morelos desde 1972 hasta su muerte en octubre de 2020, a quien debemos mucho de lo que ha sido el movimiento descrecimiento.         

[2] Años después, tuvimos conocimiento de que los españoles que se interesaron en difundir las ideas del movimiento francés adoptaron la palabra decrecimiento, para su movimiento. En Italia este movimiento se llama decrescita, en Alemania Postwachstum y para el idioma inglés, en 2008 se inventa la palabra degrowth.

[3] Para nuestra gran sorpresa, en 2020 nos informaron que la palabra descrecimiento había sido incluida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, por su creciente utilización.

[4] En 2006 descubrí la existencia de este movimiento francés por medio de los libros que me regalaron Claudio Kermaria y Dominique Jonard, amigos franceses residentes en México: Graines des possibles de Francois Hulot y Pierre Rabhi y Decroissance ou barbarie de Paul Aries. Me sorprendió mucho encontrar bastantes puntos de acuerdo con este movimiento francés. Decidí comentar estos libros con nuestro amigo, Jean Robert, quien fuera parte del legendario Centro Intercultural de Documentación CIDOC de Cuernavaca, Morelos, animado por Iván Illich entre 1966 y 1976; Jean me muestra el libro Le Pari de la decroissance de Serge Latouche, amigo suyo y discípulo también de Iván Illich; gentilmente me pone en contacto con este autor, figura principal de este movimiento francés. Por su apoyo, en 2010 logramos que Serge Latouche impartiera varias conferencias magistrales en universidades mexicanas; gracias a la intervención de Latouche recibo una invitación para participar en la 2nd International Conference on Degrowth and Social Equity 2010 de Barcelona y me acerco al movimiento degrowth, promotor de las conferencias internacionales de este nombre.                      

[5] ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México y ecologistas cercanos a esta red.

[6] En 2008, ECOMUNIDADES y ecologistas amigos empezamos a discutir ampliamente el descrecimiento en los coloquios que siguieron al coloquio de 2007 (Ciclo de coloquios, La Apuesta por el descrecimiento) y desde 2009 hasta 2018 ECOMUNIDADES ha organizado charlas, seminarios, foros, reuniones, encuentros nacionales y la Primera Conferencia Norte Sur sobre Degrowth-Descrecimiento, Ciudad de México 2018. También, hemos presentado ponencias en muy diversos eventos sociales y académicos, nacionales e internacionales.   

[7] El movimiento francés reconoce su filiación, con las ideas de más de 50 autores modernos, como Illich, Castoriadis, Georgescu Roeguen, Gorz, Ellul, Marcuse, Schumacher, Debord, Bookchin, Commoner, Camus, Weil, Polanyi, Kohr, Arendt, Gandhi, Anders, Orwell, Mumford, Mauss, Geddes, Tolstoi, Thoreau, entre otros.   Si bien actualizadas por el descrecimiento, las filosofías que aparecen en este movimiento son muy antiguas y cercanas a las expresadas por diversos grupos étnicos y personajes de las viejas civilizaciones anteriores a la era cristiana.   

[8] Serge Latouche, Le Pari de la decroissance,Fayard 2006- Sortir de la societé de consommation, LLL LES LIENS QUI LIBERENT. 2010 profesor emérito de la universidad de París-Sud (Orsay) Ha sido investigador de las relaciones económicas y culturales Norte-Sur y de la epistemología de las ciencias sociales.

[9] Paul Aries. Decroissance ou barbarie, Golias 2005. Académico y activista de Lyon en muy diversos frentes políticos, ha sido un gran crítico de la globalización. Frecuente articulista de la revista La Decroissance.

[10] La privatización de ríos, lagos, bosques, bahías, playas, vías de comunicación, corredores aéreos, etc. Entre muchas falsas soluciones: la economía desmaterializada, la economía circular, la economía verde, el crecimiento verde, el ahorro de energía, las tecnologías verdes, las energías renovables. La farsa ideológica del desarrollo sustentable. Son también falsas soluciones: las propuestas “positivas” de los gobiernos, los empresarios y las ONGs o el diferimiento del descrecimiento o desaceleración que proponen los partidos y ONGs de izquierda hasta que las necesidades básicas de la humanidad hayan sido resueltas o que el descrecimiento de los ricos no tendría incidencia significativa en el crecimiento de la economía mundial. Las propuestas de los ambientalistas sobre la explosión de la bomba P (población) o D (demográfica) son condenables: pretenden desviar la atención sobre el enorme daño que hacen buena parte de las grandes tecnologías y el crecimiento del PIB.

[11] Le Pari de la decroissance, Chapitre 1 L’enfer de la decroissance

[12] Miguel Valencia, Una desgracia, el crecimiento del Producto Interno Bruto, octubre de 2020

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