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martes, 31 de julio de 2012

Contra el totalitarismo cultural, contra el totalitarismo político. ¡Cambiar de revolución!



Por Miguel Valencia, para el Coloquio Ecologista del 28 de julio de 2012
Todos los días, todas las semanas, se hace más difícil en México conseguir la Paz, la Libertad, la Dignidad, la Buena Vida; empeora continuamente el ambiente físico, cultural, social, económico y político de nuestro país; cada año son más feas las ciudades y los paisajes rurales; una espesa bruma tecnológica invade todos los sitios, por recónditos que sean: la letal bruma que introduce la tecnología, la economía y finalmente lo estatal, burocrático, militar y policiaco a lo que nadie puede escapar en lugar alguno.  El ojo del Mercado y del Estado observa  como un demonio a todas las personas, a todas las plantas y animales, a todos los lugares de la Tierra; estudia la manera de convertirlos en dinero, en valores financieros, en oro, plata y otros metales preciosos; este tecno sistema económico está a punto de imponernos un solo tipo de cultura, de modo de vida y de pensamiento; quiere que todos entreguemos la vida y las riquezas culturales y naturales de nuestro país como tributo al insaciable apetito de algunos locos por ganar dinero. Algo diferente a la cultura quiere terminar con las culturas de la Tierra; quiere la victoria de la Muerte en el mundo.
Cada mes, cada año, rebasamos umbrales que nos dejan más vulnerables, más indefensos ante los ataques de la religión de la economía: aire, agua y alimentos más y más radioactivos; sequías, tormentas, olas de calor, más y más devastadoras; cultivos y forestaciones más y más monstruosos; edificaciones, urbanizaciones y ciudades más y más inhóspitas y peligrosas; tecnologías más y más peligrosas y terminales; sistemas de vigilancia de la visa íntima de los ciudadanos más y más invasores; procedimientos militares y policiacos más y más violentos; instituciones más y más enemigas de las culturas y la Naturaleza; científicos, tecnólogos y académicos más y más carentes de ética; gobiernos y legislaturas más y más alejadas de los ciudadanos; tratados y acuerdos internacionales más y más ecocidas, suicidas y genocidas. Hemos llegado ahora muy cerca de umbrales ecológicos, culturales, sociales, económicos y políticos que pueden desatar pronto todas las calamidades posibles. La situación mundial pende de un hilo, del hilo nuclear.
Con tal de lograr crecimiento económico, los gobiernos sacrifican hoy en día las reservas naturales y culturales del país y sin mayor restricción fomentan su saqueo; contratan deudas con tasas impagables, hacen gastos e inversiones absurdas, extraen el agua, el petróleo y los metales de las futuras generaciones, autorizan megaproyectos ecocidas, fomentan el consumo y los servicios depredadores; promueven, leyes, reglamentos, normas y políticas destructivas. El fetiche del crecimiento económico es la solución a todos nuestros problemas, según las universidades, los empresarios, los partidos y los gobiernos; no se han dado cuenta que en este crecimiento está localizado el origen de todos nuestros problemas.
La economía, el crecimiento económico, apoyan su éxito y eficiencia en el funcionamiento de las escuelas y las universidades, los medios masivos y la publicidad y mercadotecnia y el consumo de las tecnologías o modos de vida; estas instituciones e instrumentos tienen la capacidad de crear deseos, temores y valores, poseen la facultad de colonizar el imaginario de la sociedad, pueden subvertir los valores culturales y producir anti valores que fortalecen la competencia económica; las tecnologías modernas se ligan y devienen en modernos tecno sistemas que son portadores de valores que eliminan el respeto por el ser humano y la naturaleza.  Con el desarrollo de la tecnología de sistemas se han eliminado las restricciones comunitarias, sociales, nacionales; el mundo está en todos lados y en ninguna parte: se han transnacionalizado los tecno- sistemas, potencializando su funcionamiento, provocando la omnimercantilización del mundo: se venden personas, especies y climas. Hemos entrado ya a un tecno sistema económico- científico mundial que es una mega máquina infernal que tritura todas las riquezas de la vida en la Tierra    
Urge recobrar la dignidad y desmontar estos tecno- sistemas económico-científicos que devastan y ponen en peligro de extinción a México y a la humanidad entera; urge refundar las bases de la subsistencia humana en nuestro país y en el mundo entero; urge salir de la tecnologización del diálogo, la educación, el espectáculo y la vida, acabar con la idea de la productividad y la competitividad, eliminar el trabajo y el consumo excesivo, terminar con el culto a la ciencia y la tecnología, las que no pueden resolver nuestros problemas básicos, desmitificar el crecimiento económico y el libre comercio, rechazar el reinado de la finanza y los “mercados”; oponernos a la macro economía, a la guerra “contra el crimen organizado”, a la imposición de presidentes de la República y a la colonización de México .  Podríamos comenzar a trabajar en la descolonización de nuestro imaginario colectivo; estudiar, analizar, reconocer los anti valores que dominan nuestros actos; trabajar colectivamente en prácticas artesanales: ensayar formas de consumir cada día menos alimentos, vestimentas, edificaciones  industrializados; de utilizar cada día menos las maquinas, el transporte, la iluminación; de necesitar menos las escuelas y las universidades, las clínicas y la medicina institucional; de vivir una Vida Simple, alegre y convivencial. 
Podríamos preparar, organizar, momentos de encuentro cara a cara, de conversación, de debate de ideas y experiencias, de convivencia, como este coloquio, para comenzar con la discusión de cómo podríamos colectivamente hacer cambios de vida y apoyar la defensa de las riquezas naturales de nuestro país en todos los niveles: fortalecer la resistencia ecologista local, eco-regional, nacional e internacional; difundir información relevante sobre los efectos culturales, sociales, económicos y políticos de las nuevas tecnologías; crear conciencia de los efectos del pensamiento económico sobre las culturas, las sociedades, las economías y las entidades políticas; crear cultura ecológica que permita hacer revoluciones pacíficas, cambios culturales rápidos; impulsar la construcción de ambientes propicios para la resistencia a la guerra económica y policiaca que se nos viene encima; fortalecer los lazos entre las iniciativas ecologistas locales.
Finalmente, reconocer la creciente tensión mundial entre el aumento en el consumo de materias primas y el agotamiento de los dones de la Naturaleza, conflicto que tiene terribles consecuencias para México, como la explotación minera a tajo abierto, los proyectos de plantas nucleares, los cultivos de maíz transgénico, la introducción del fracking, las presas y los trasvases, los mega establos y mega granjas, el turismo y el llamado ecoturismo, los confinamientos de residuos peligrosos, la híper movilidad urbana,  la verticalización de las ciudades, la militarización y saturación de dispositivos de seguridad, las guerras “contra el crimen organizado” , las migraciones, las intervenciones de la OCDE, el Banco Mundial, el FMI y el G-20, la imposición de presidentes de la República, el invasión de agentes de seguridad de EUA, el aumento en la desinformación en los medios de comunicación, la represión y la criminalización de la protesta. Es necesario luchar contra el totalitarismo cultural y político y ¡cambiar de revolución!         
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Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción! 

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