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jueves, 26 de junio de 2025

18 de junio de 2025   Vigésimo aniversario de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

2005- Fundación de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México.

18 de junio de 2025

Por Miguel Valencia

Hacia finales de 2004, varias ONGs internacionales, con oficinas en México, convocan reuniones en la ciudad de México, para comentar la celebración del Cuarto Foro Mundial del Agua, México 2006, con el apoyo del gobierno de Vicente Fox: un evento promovido por el Consejo Mundial del Agua, integrado básicamente por empresas multinacionales dedicadas a hacer negocios con los asuntos del agua.

El tema del Agua estuvo en el primer lugar de nuestra Agenda Ecologista, desde la fundación del Foro Regional Ecologista del Valle de México en 1991. El 5 de junio de 1995, el Foro Regional presentó la primera Denuncia Popular contra la construcción de la Cuarta Etapa del Sistema Cutzamala, por el enorme daño que hace a la cultura de la conservación del agua en el Valle de México. La Guerra del Agua de 2,000 en Cochabamba, Bolivia, nos había conmovido mucho.   

La introducción del agua embotellada en México, en la última década del siglo XX, revelaba un escalamiento radical en la mercantilización del agua en nuestro país, humillado ya por su primer lugar mundial de varios años en el consumo de Coca-Cola.  La designación en 2001 de Cristóbal Jaime Jacques, exdirector de Coca-Cola- México y exdirector de leche LALA, como titular de la Comisión Nacional del Agua, realizada por Vicente Fox, nos había indignado mucho en años anteriores.

 El Foro Mundial del Agua que simulaba ser parte de la ONU, apoyado por el gobierno de Fox, nos daba motivos suficientes para abrir debates ecologistas sobre la vigencia de los conceptos sanitaristas de la gestión del agua, como el WC o los drenajes, impuestos por Inglaterra y EU; también, debates sobre la pésima gestión y legislación del agua en México y, por otra parte,  para crear consensos en torno a los principios ecologistas de la conservación del agua y unirnos a los grupos que denunciaban los trabajos de este Foro Mundial: rechazaban la mercantilización del agua y la privatización de los servicios municipales de agua.

En las primeras semanas de 2005, ecologistas ligados al Foro Regional Ecologista del Valle de México, nos reunimos para discutir las acciones que podríamos realizar ante el proceso preparatorio hacia el Cuarto Foro Mundial del Agua, México, 2006.  Acordamos las siguientes acciones:

·         Participar en el Segundo Foro Alternativo Mundial del Agua- FAME- que tendría lugar entre el 17 y el 20 de marzo de 2005 en Ginebra, Suiza.

·         Crear una comisión del agua, para coordinar nuestras acciones ecologistas hacia el Cuarto Foro Mundial del Agua, México, 2006. Esta comisión trataría de reunirse quincenalmente, en la Librería El Juglar, para discutir las propuestas de acción en los siguientes 15 días, incluyendo la redacción de diversas declaraciones ecologistas radicales sobre la cultura de la conservación del agua y los sistemas hidráulicos, la gestión y la legislación del agua en México.  

·         Participar en las muchas reuniones y acciones que empezaban a realizar los sindicatos mexicanos y las ONGs, junto con resistencias locales y movimientos sociales y que más tarde se convierten en la Asamblea por la Defensa del Agua y la Tierra.    

Por medio de las aportaciones económicas de varios compañeros ecologistas, familiares y amigos, pude participar en el Segundo Foro Alternativo Mundial del Agua de 2005 en Ginebra, Suiza, un evento dedicado en gran medida a la defensa del derecho al agua y al combate contra la privatización del agua.

En el FAME de Ginebra de 2005 pude conocer de cerca a representantes de diversas corrientes alternativas en los asuntos del agua, muy especialmente, las luchas de juristas en favor de un nuevo Estatuto Mundial del Agua (Riccardo Petrella), la lucha canadiense en defensa del agua, nacida por las afectaciones a sus aguas debido al Tratado de Libre Comercio (NAFTA) El Council of Canadians, encabezado por la aguerrida activista Maude Barlow, autora del famoso libro El Oro Azul. Y otras luchas de África y América Latina.

Además, entré en contacto, con los organizadores del Tribunal Latinoamericano del Agua que preparaban ya la celebración de una Audiencia Pública en la ciudad de México, en marzo de 2006, paralela al Cuarto Foro Mundial del Agua, México 2006, quienes nos invitan a presentar una Petitoria sobre algún caso destacado en este tema.   

En abril de 2005, al comenzar las reuniones regulares de la comisión del agua, aparece la idea de refundar el viejo Foro Regional Ecologista del Valle de México, y crear una nueva red ecologista autónoma de la Cuenca de México, con el fin de realizar las próximas acciones ecologistas por el agua ante el Cuarto Foro Mundial del Agua, y dar continuación a las campañas de años del Foro Regional, por una nueva Ley de la Movilidad Sustentable, el colapso climático y otras.

Por varias semanas, entre abril y junio de 2005, algunos ecologistas nos reunimos en diversos lugares del entonces Distrito Federal, para discutir la propuesta de refundar el Foro Regional Ecologista del Valle de México. ¿Cómo enfrentar en los próximos años, en la Cuenca del Valle de México, el colapso o derrumbe climático, hídrico, agrícola, alimentario, de la salud, de la convivencia, de la urbanización, de la industrialización, de la seguridad personal, de la economía global o nacional y de la Paz en el mundo?  

Advertimos que globalmente las comunidades territoriales; es decir: las ciudades, los pueblos, los ejidos, los barrios y las colonias son las que al mismo tiempo han afrontado la mayor violencia o devastación cultural, ambiental o ecológica generada por el avance tecnológico y el desarrollo o el crecimiento económico y, por otro lado, son las únicas que podrían realmente defender o proteger sus riquezas naturales, su medio ambiente y su tejido social de esta misma violencia o devastación cultural ambiental o ecológica. Los estados, los gobiernos, “las instituciones”, habían demostrado sobradamente su total incapacidad de defenderlas o protegerlas de estas colosales fuerzas destructivas.       

Acordamos que el objetivo principal de esta nueva red ecologista sería, en principio: el apoyo solidario a la ciudad de México y a los pueblos, ejidos, barrios y colonias de la Cuenca de México ante las agresiones tecnológicas y económicas realizadas por los gobiernos y los grandes inversionistas.  Aparece entonces la palabra “ECOMUNIDADES”, como posible nombre de esta nueva red ecologista.

Con el apoyo de la Dra. Gabriela de la Vega, rectora de la universidad de Londres, el 18 de junio de 2005, en un salón de esta universidad localizado en la esquina de Orizaba y Guanajuato, frente a la plaza Luis Cabrera de la colonia Roma, formalizamos la creación de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México. Participan Adriana Matalonga, Ignacio Peón, José Arias, Mauricio Villegas, Dora Romero, Jorge Pérez, Elías García, Gustavo Romero, María Luisa Arias, Rene Torres Bejarano, Roberto Vidales, Miguel Valencia, entre otros.     

Vigésimo aniversario de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México

 

1991-Fundación del Foro Regional Ecologista del Valle de México

18 de junio de 2025

Miguel Valencia

Hacia finales de los años 80, la contaminación del aire del Valle de México se convertía en un gran escándalo nacional e internacional: se decía que la ciudad de México era la más contaminada del mundo. En los últimos y primeros meses del año, un pesado humo negro cubría la ciudad por varias horas del día e impedía ver más allá de dos a tres kilómetros. La velocidad promedio de los autos no era mayor de unos 10 km/h. Los suelos, las aguas y los aires se habían ensuciado mucho.

Investigadores mexicanos residentes en Alemania dedicados a las investigaciones satelitales, vienen a México a advertirnos que los datos que mostraban los satélites revelaban que el Valle de México calificaba como una de las diez zonas de la Tierra con mayor degradación ecológica.

Los megaproyectos construidos en el Valle de México en sexenios anteriores a De la Madrid: ejes viales, circuito interior, líneas de Metro, sistema Cutzamala, “emisores” o drenajes profundos, ciudades universitarias, ciudades industriales, ciudades médicas, torres, grandes centros comerciales y otros, habían creado ya en la Cuenca del Valle de México una excesiva concentración de población, autos y otros transportes motorizados y urbanizaciones; creaban ya una horrenda megalópolis de categoría mundial. Empezaban a conocerse los infiernos ambientales de otros países.  

El sismo de 1985 y las explosiones de San Juanico de 1984 habían conmovido mucho a buena parte de los habitantes del Distrito Federal y de municipios conurbados del Estado de México: crecía la inconformidad por el creciente desquiciamiento urbano, social, ambiental, económico y político en esta Cuenca del Valle de México. Ante esta terrible situación, diversos grupos vecinales y ecologistas del entonces Distrito Federal comenzamos a movilizarnos en diversas direcciones; aparece con fuerza el Movimiento Urbano Popular- MUP.  En 1987 nace la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos Ecologistas.  

En 1990, la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos Ecologistas convoca a ecologistas, ambientalistas y representantes del Movimiento Urbano Popular, a la presentación de propuestas, para enfrentar el desastre ecológico del Valle de México, en las reuniones semanales en el foro de la Librería El Juglar, de Guadalupe Inn, con el propósito de lograr un consenso de las posiciones ecológicas con respecto a temas como: la energía, el transporte, el agua, los megaproyectos, las áreas verdes y la forestación urbana, la basura y residuos.

 Así nace el Consenso de Grupos Ecologistas y de la Sociedad Civil de 1990, denominado “Revivir el Anáhuac para Bien del País y Salvar a nuestra ciudad”, documento que fue suscrito por diversos grupos en un evento realizado en septiembre de ese mismo año en el Salón Verde de la Asamblea de Representantes del DF.   

A principios de 1991, en grandes reuniones de representantes de la “sociedad civil” (ONGs, asociaciones, redes), se crea el Foro Mexicano hacia la Cumbre de la Tierra, Río de Janeiro1992. En estas reuniones planteamos la necesidad de crear foros regionales para llevar a esta Cumbre, casos regionales, como el desastre ecológico del Valle de México, un ejemplo mundial del fracaso de las políticas y proyectos, para sacar a países como México del “subdesarrollo” e imponerle modos de vida “desarrollados”, coloniales, impuestas o impuestos en nuestro país, por el Banco Mundial, el FMI y las embajadas de los países “desarrollados”, colonialistas (EU, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia)  

Finalmente, el Foro Mexicano, dominado por organizaciones nacionales, rechaza nuestra propuesta. En el verano de 1991, los integrantes de la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos Ecologistas, acordamos trabajar en la creación del Foro Regional Ecologista del Valle de México, para llevar al Foro Social de Río de Janeiro92 el caso del desastre ecológico de esta ciudad y esta Cuenca, con el apoyo de ecologistas y ambientalistas interesados en este objetivo y de movimientos vecinales o comunitarios del Valle de México, y, después de la Cumbre, continuar la batalla contra las contaminaciones y la devastación ecológica en este Cuenca de México, nuestra “casa ecológica”.  

Entre julio y noviembre de 1991, los ecologistas y activistas vecinales interesados en la creación del Foro Regional Ecologista nos reunimos quincenalmente en un café del viejo Hotel Aristos de la colonia Juárez, para discutir los posibles principios, propósitos y objetivos de este nuevo colectivo y convocamos los primeros foros regionales ecologistas del Valle de México en lugares como: la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca; un local de activistas contra el Plan de Rescate Ecológico de Xochimilco; un local de la combativa colonia Lomas del Chamizal de Cuajimalpa; un lugar cercano al relleno sanitario de Tepatlaxco, Estado de México; en el Foro Buendía de la Alameda Central.

La fundación del Foro Regional Ecologista del Valle de México tuvo lugar el 9 de diciembre de 1991, en el Salón Verde de la Primera Asamblea de Representantes del Distrito Federal, con el apoyo de colectivos y grupos ecologistas de la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos Ecologistas y de representantes de los movimientos vecinales que apoyaron la organización de los foros regionales ecologistas.

En los primeros meses de 1992 se realiza el consenso en torno a la redacción de la Declaración del Valle de México para Río de Janeiro92 del Foro Regional Ecologista. Una vez aprobada esta Declaración, imprimimos una gran cantidad de copias que en junio de ese año llevamos, para su presentación y distribución en el Foro Social de la Cumbre de la Tierra, Río 92 y en otros lugares y eventos.

En Río 92, pudimos establecer relaciones con muy diversos grupos y personalidades de muchos países. Entramos en contacto con muchas iniciativas ambientalistas o ecologistas, muy especialmente con aquellas ligadas a experiencias o movilizaciones locales, sobre asuntos concretos, comunitarios, con respecto al agua, energía, transporte motorizado, agricultura, bosques, basura y residuos, urbanización, diversidad biológica y cultural.

Ecologistas españoles, presentes en la Cumbre de la Tierra, Río 92, nos invitaron a participar en la Conferencia Mundial de Energía, Madrid 1992. Aprovechamos este evento mundial, para presentar en su Salón de Transporte, el caso del megaproyecto impulsado por Salinas de Gortari desde el comienzo de su mandato: el Tren Magnético – luego, sólo Elevado- entre Bellas Artes y Santa Mónica, Estado de México.

Para nuestra sorpresa, al Salón de Transporte de esta Conferencia Mundial llegamos dos posiciones mexicanas encontradas sobre este megaproyecto: la ambientalista Regina Barba, a favor y nosotros, del Foro Regional, en contra. Después de las presentaciones de estas dos posiciones, los compañeros ecologistas españoles en la mesa de moderación, grandes investigadores de los asuntos del transporte, inmediatamente nos dieron la razón completamente.  

A partir de ese momento sellamos una gran amistad con Antonio Estevan y Alfonso Sanz, formidables ecologistas en el tema del transporte. Desde entonces contamos con su gran apoyo en los asuntos del transporte y la movilidad urbana, lamentable, Antonio, muy apreciado por los ecologistas españoles, falleció años después, mientras que Alfonso, es hoy día uno de los ecologistas más reputados en España en los asuntos de transporte.  

A finales de 1992, los compañeros ecologistas de Ciudad Satélite nos invitan a presentar el caso del Tren Magnético-Tren Elevado, en un evento en el Parque Naucalli que ellos organizaron. A consecuencia de esta presentación se moviliza contra este megaproyecto la profesora Susana López de Carranza de la lucha de la colonia Irrigación, contra la Colgate-Palmolive; convence a las representantes vecinales de Polanco, Anzures, Periodista y otras de Miguel Hidalgo de rechazar la construcción de este Tren Elevado.

A principios de 1993, comienza la gran movilización vecinal que unifica a representantes de más de 40 colonias del DF y del Estado de México, contra el Tren Elevado- el Tren Magnético, con tecnología japonesa fue descartado, por la inmadurez de su tecnología-, movilización que conduce a la creación de la Unión Vecinal Independiente-UVI-en la que participan, también, representantes vecinales de la delegación Cuauhtémoc y otras. A principios de 1994, este megaproyecto fue cancelado.    

En el proceso de fundación del Foro Regional Ecologista del Valle de México en 1991, acordamos dar continuación a nuestra participación en el gran movimiento democratizador nacido a raíz del gran sismo de 1985, en las demarcaciones más afectadas del Distrito Federal. Reconocimos que nuestra movilización ecologista nació como consecuencia de la conmoción que tuvimos por la gran tragedia del 19 de septiembre de 1985, y de la gran movilización popular que siguió semanas después de esa catástrofe.

El regente del DF, Manuel Camacho (1988- 1994), entra a gobernar esta entidad reconociendo no sólo la excesiva contaminación del aire del Valle de México, también la pobreza democrática de su estructura gubernamental: regentes y delegados impuestos por la presidencia de la Republica: Toluca imponiendo el desastre en esta cuenca; cuatro gobiernos estatales en el Valle de México (Tlaxcala, Hidalgo. Estado de México, Distrito Federal) Impone el Hoy No Circula y las verificaciones de vehículos. Reconoce la movilización popular del Distrito Federal y, a finales de 1992, convoca un gran foro o parlamento, para presentar propuestas en torno a la “democratización de la Capital”

Una de las primeras tareas del nuevo Foro Regional Ecologista del Valle de México en 1992- 1993 fue la discusión de consensos ecologistas sobre la democratización del Distrito Federal, un aspecto de gran importancia, para comenzar la emancipación de los pueblos, ejidos, barrios y colonias del Valle de México y combatir la urbanización e industrialización de esta cuenca.

En febrero de 1993, en una de las sesiones del gran foro por “la democratización  de la Capital”, convocado por Camacho Solís, presentamos las propuestas que habíamos consensuado en el seno del Foro Regional Ecologista; por supuesto, afirmamos que era indispensable elegir al Jefe de Gobierno del DF a los gobernantes de sus demarcaciones y había que crear un nuevo estado de la Federación, sin embargo, había que democratizar el Valle de México en su conjunto, por medio de la creación de un nuevo tipo de gobierno de Cuenca que sustituyera a los cuatro gobiernos estatales y estuviera sustentado en los enlaces de las asambleas de los pueblos, ejidos, barrios y colonias, de las demarcaciones del DF y los municipios de esta cuenca.

Por otra parte, propusimos la realización de un plebiscito, para legitimar los cambios democratizadores que se proponen. Cinco asambleístas adoptaron nuestra propuesta: Amalia García, Demetrio Sodi y Alejandro Rojas Díaz, Pablo Gómez, Patricia Garduño. El Plebiscito Ciudadano tuvo lugar el 21 de marzo de 1993, con gran éxito.       

 1991-Fundación del Foro Regional Ecologista del Valle de México

 

 

 

 

Imperativa, la resistencia contra la tiranía tecnológica.

¡Descrecimiento o colapso!

Por Miguel Valencia Mulkay

20 de junio de 2025

Cotidianamente, las escuelas, las universidades, las grandes televisoras y estaciones de radio y los gobiernos celebran las nuevas tecnologías, exaltan sus ventajas y beneficios. Cada año producen una gran cantidad de noticias, videos, imágenes, programas, documentales, sobre las innovaciones tecnológicas y sobre “la sociedad del conocimiento” que se nos viene encima. Quieren fortalecer el fervor, la devoción y la pasividad de la sociedad frente a estas revoluciones conservadoras. Piensan que todos debemos participar en el proyecto tecnológico de la sociedad industrial. Por ello, sus representantes se muestran embelesados con el nuevo Ipad, zoom o software, los últimos drones, la convergencia de las tecnologías, la quinta generación (5G), los autos eléctricos sin chofer, la edición genética. Se maravillan de los millones de vidas que se dice salvarán las células madre y otras innovaciones médicas y de las posibilidades de colonizar Marte.

Los gobiernos, los legisladores, las universidades, los investigadores en ciencia y tecnología y, por supuesto, los grandes empresarios, sólo quieren ver los “beneficios de la ciencia y la tecnología”. Fomentan la fe ciega en la ciencia y la tecnología, en la “solución” de todos nuestros males, incluyendo aquellos que han sido creados por la misma tecnología o que no se han resuelto nunca ni se podrán resolver con tecnología. Profesan el moderno culto a la ciencia y la tecnología.

Quieren que ignoremos los resultados del avance tecnológico: los aires cancerígenos que respiramos, los alimentos chatarra que nos ofrecen los supermercados, las radiaciones electromagnéticas que reciben nuestros cuerpos cada segundo; el tsunami de basura que invade nuestras calles; el crecimiento imparable de la pavimentación; la rápida desaparición de los bosques y las selvas; los ríos, lagos, manglares y humedales saturados de venenos y desechos industriales; las islas de plástico en los mares; la muerte de los corales; la desaparición de los glaciares; los incendios forestales y los huracanes sin precedente; la sexta extinción de las especies vegetales y animales.

Desean que olvidemos las elevadas cifras de muertes que se registran por las enfermedades “creadas por el hombre”[1], como los canceres provocados por los pesticidas, los COP o Contaminantes Orgánicos Persistentes, los radioisótopos y muchos otros productos químicos que respiramos o comemos diariamente o, como la diabetes, las cardiovasculares, las respiratorias o diarreicas, así como la obesidad, el consumo diario de medicamentos,  creadas por la tecnologización que nos rodea, o las innumerables muertes y discapacidades provocadas por los accidentes nucleares (Chernóbil y Fukushima) o, por los accidentes de transporte, de trabajo u hogareños. Nuestras casas y buena parte de las zonas rurales son ahora tan tóxicas como nuestras calles.

Pretenden que despreciemos la enorme destrucción climática y ecológica producida por el uso del auto, el avión y los trenes de alta velocidad; por la construcción de supercarreteras, grandes presas, trasvases de agua, ciudades industriales, torres, o vías rápidas elevadas; por los cultivos industriales de maíz, trigo, soya, aguacate, café; por el uso de celulares, computadoras, tabletas; por los servicios de salud, educación y diversión; por la actividad militar, policiaca y administrativa.

Ansían que nos desentendamos del negro historial de la tecnología: los gases letales de la primera guerra mundial; las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki; el napalm de la guerra de Vietnam; las minas antipersona de Cambodia, Angola, Bosnia, Colombia; la guerra electrónica realizada en Irak; los agroquímicos en nuestros alimentos; la introducción de los OGM y las semillas transgénicas.        

Desean que ignoremos las depresiones, las bipolaridades, las angustias, las esquizofrenias, las psicosis, las toxicomanías (drogas, alcoholes, juegos de azar, y de dinero), el stress, los desórdenes alimentarios, las sociopatías: déficits de atención que se desarrollan, a causa de las nuevas tecnologías. Que olvidemos el desempleo, la pobreza, el relajamiento de los lazos sociales, la muerte de los colectivos y las comunidades generados por la tecnología que a su vez se relacionan con las muy altas tasas de suicidio.   Quieren que ignoremos la violencia multiforme que crea el ambiente tecnologizado que vivimos (explotación económica, agresión publicitaria, embrutecimiento digital, televisivo y transportista, diversiones alienantes, contaminación visual y sonora), como las nuevas formas de gerenciar, el acoso sexual, las violaciones y feminicidios, la pederastia, el bullying o acoso escolar, la violación de la intimidad, la vigilancia y el voyerismo generalizados[2]. 

A causa de la tecnología se disparan las cifras de drogadictos, asesinatos, desaparecidos y migrantes indocumentados. Se multiplican las guerras del agua, del petróleo, de los metales, las epidemias, las pandemias y las catástrofes biogenéticas. Se ha creado el colapso del clima, la biodiversidad, los acuíferos, el ambiente. La tecnología(neurobiología) prepara muletas psicosociales, para que el homo economicus pueda sobrevivir al desquiciamiento mental y se apresta a crear el “nuevo hombre” modificado genéticamente, liberado de la sexualidad y de la desagradable procreación y el cuidado maternal. A pesar de la bioética, habrá pronto especies y subespecies humanas. El “desarrollo personal” y el “coaching” nos han enseñado a valorizarnos como capital. Se adopta el “constructivismo biológico”, para la feliz transición hacia la historia posthumana, hacia el tratamiento químico de las pasiones humanas.          

La sociedad contemporánea se ha vuelto extremadamente tecnológica cuyo factor determinante ya no es el capital sino es, por un lado, la investigación científica y por otra, la aplicación de la ciencia bajo la forma de la tecnología. Estas actividades se han fusionado desde hace casi un siglo, para lograr la máxima producción de innovaciones- por medio de lo que se llama tecnociencia  o tecnificación de la ciencia y la cientifización de la tecnología, proceso que se logra en los grandes centros de investigación de países poderosos-, tales como: las bombas atómicas, los cohetes militares y espaciales, el glifosato, el internet, las computadoras personales, el Ipad, las manipulaciones genéticas OGM, la nanotecnología, el buscador Google, la inteligencia artificial, entre otras.

Desde hace muchas décadas, esta tecnociencia ha dejado de ocuparse principalmente de la creación de máquinas, para extenderse a todas las actividades humanas, por ejemplo, las técnicas para la organización de una sociedad, un grupo, una campaña; las técnicas psicológicas; las tecnologías para la vigilancia de los ciudadanos; para la manipulación de los deseos, las opiniones, las verdades, la información, las elecciones, la salud, la alimentación, las finanzas, el clima; para la creación de los sistemas de libre comercio, de seguridad, de salud, agroalimentarios,  educativos, y las guerras cibernéticas. Como lo advertía Iván Illich[3], al final del siglo XX termina la edad de los instrumentos que comenzó en el siglo XII e inicia la edad de los sistemas en la que el ser humano pierde la distancia frente a la tecnología y es devorado por ella; queda “en las garras del sistema”, según Jean Robert[4]

En su gran trilogía consagrada a la tecnología, Jacques Ellul[5], expone cuatro proposiciones: Todo progreso tecnológico se paga. El progreso tecnológico crea más problemas de los que resuelve. Los efectos nefastos del progreso tecnológico son inseparables de los efectos favorables. Todo progreso tecnológico comporta un gran número de efectos imprevisibles. Aún más, la tecnología es potencialmente autoritaria, agota los recursos naturales y vuelve impensable el futuro. Describe la gran ambigüedad de la ciencia y la tecnología[6]: cada nueva tecnología aporta efectos positivos y efectos negativos, mezclados los unos con los otros y de los que no sabemos nada, son imprevisibles, pero, se puede tener la certidumbre que, si el crecimiento tecnológico continúa, crece el caos en el mundo. Y dice “la tecnología modifica profundamente el medio en el que se despliega y modela las personas que la utilizan... La tecnología no es ni buena ni mala, pero, sobre todo, nunca es neutral. Charbonneau afirma que lo que tomamos por neutralidad de la tecnología es nuestra neutralidad frente a ella…

Ellul advierte que la tecnología no se contenta de ser el factor principal o determinante, ella se vuelve sistema. Un universo que se construye a sí mismo en sistema simbólico. Ninguna persona ha tomado el comando del sistema tecnológico para arribar a un orden social o humano correspondiente. Se hacen las cosas por la fuerza de las cosas… la tecnología se desarrolla por su propia lógica, fuera de cualquier control humano… avanza por ella misma, por sus propios motivos, funciona con autonomía… La tecnología es por consecuencia causa sui, su propia causa, lo que hace de ella un trascendente, una nueva sacralidad que quita este lugar a la naturaleza destruyéndola y acostando cada año en el altar de sacrificios a millones de seres humanos. No es la tecnología la que nos pone a su servicio sino la sacralidad que transferimos a la tecnología. El fenómeno tecnológico contiene a la vez la idolatría y el mesianismo… No es la búsqueda de utilidades la que determina el uso de la tecnología sino el juego de la tecnoestructura… Autónoma con relación a la moral y la política, la tecnología lo es también con relación a la economía… La tecnología se realiza a sí misma.        

La ciencia y la tecnología nacida de las filosofías de Francis Bacon y Rene Descartes y de la creatividad de Leonardo y Galileo, tiene como propósito principal manipular la materia, con el propósito de hacer la guerra y ganar poder y dinero. Es una epistemología occidental que ve a la Naturaleza y al universo como un cuerpo a conquistar y someter, tiene una visión patriarcal, machista, sexista; una visión que aleja a los seres humanos de la Naturaleza, que destruye lo sagrado del mundo y con ello induce “el desencanto” de los seres humanos frente a la Naturaleza (Max Weber) que quiere ver el mundo como “sistemas” [7] La ideología del progreso se esconde detrás del culto a la ciencia y la tecnología. Dos terceras partes de los científicos que trabajan en los grandes centros de investigación de Estados Unidos, participan en desarrollos militares.[8]      

Los científicos y los gobernantes no aceptan que la ciencia y la tecnología sean el origen de daños inconmensurables a la sociedad, que puedan destruir la libertad y la autonomía de los seres humanos o que puedan producir amenazas existenciales como el colapso del clima, de la diversidad biológica o de la Paz en el mundo. No aceptan que la ciencia y la tecnología han fracasado en lo más importante: crear el Buen Vivir: reducir la violencia, las guerras y la destrucción de la riqueza natural y las culturas. No quieren admitir que las innovaciones tecnológicas que se introducen en gran escala, con el fin de ganar guerras o ganar poder o dinero, como los son la gran mayoría de las que produce la tecnociencia mundial, son enemigas de los seres humanos y la Naturaleza. 

Es imperativo fortalecer la resistencia contra la tiranía tecnológica tanto en lo individual (tecno ayuno) como en lo colectivo (creación de la alternativa post tecnológica)

 

 

 



[1] Dominique Belpomme, Ces maladies créés par l’home, Albin Michel, Paris, 2004

[2] Paul Ariés. Décroissance ou barbarie. Golias2005 Vers un effondrement de la personne humaine

[3] Jean Robert- L’Etá dei sistemi, nel pensiero dell’ultimo Illich, Hermatena, Riola Boloña, 2019

[4] William Ray Arney, A place to Dwell, La Mirada Invertida, Homenaje a Jean Robert, mayo 2007

[5] Jacques Ellul, La Technique, ou l’enjeu du siécle. Le Systéme technicien, Le Bluff technologique. 1954-1987

[6] Bernard Charbonneau & Jacques Ellul, Jean Bernard- Maugiron. Penser globalement, 2017, lesamisdebartleby@free.fr

[7] Martin Heidegger “The Age of the World Picture” The Questions concerning technology and other essays, 1977

[8] Maggie Shou, Climate Justice Now! Klimaforum 10, Cancun.

 

¡Descrecimiento o colapso! Primera parte.

Por Miguel Valencia Mulkay

A la memoria de Jean Robert (1937-2020)

La palabra descrecimiento fue inventada en 2007, por integrantes de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, con el fin de traducir la palabra francesa decroissance, utilizada como slogan o consigna del movimiento de ese nombre nacido en 2002, después del coloquio Deshacer el desarrollo Rehacer el mundo realizado en la UNESCO de París[1]. De entrada, rechazamos traducirla literalmente como “decrecimiento”: esta palabra es muy utilizada en asuntos económicos, ingenieriles y matemáticos, para describir la reducción de tamaño, cantidad o intensidad de transformaciones muy diferentes a los

 que persigue el movimiento francés; de cambios que para nosotros son indeseables, como lo son el decrecimiento económico y la recesión económica.

Por otra parte, la palabra decrecimiento es una palabra extraña dentro del idioma español; lo común en este idioma es la utilización del prefijo des, para describir la acción contraria de muchos verbos: deshacer, descomponer, desligar, deslustrar, desnudar, destruir, desconstruir, descolonizar; la palabra decrecimiento parece un galicismo[2].

Con el fin de denotar la voluntad de reducir el crecimiento de aquello que se ha salido de medida y proporción tanto en el imaginario social como en las actividades económicas de los países muy dependientes de los “países desarrollados”, llamados del Sur Global como es el caso de México, decidimos crear la palabra descrecimiento, más cercana al idioma español[3]. La voluntad personal o colectiva de hacer esta reducción es el aspecto central de esta consigna o eslogan. Es evidente que la reducción del crecimiento económico en los países del Sur Global no podrá ser igual a la realizada en el Norte Global. Sus realidades históricas, geopolíticas, climas, ecologías y sus culturas, son muy diferentes.  

Esta palabra fue muy bien recibida por los asistentes al primer coloquio que organizamos en 2007, como parte del primer Ciclo de coloquios La Apuesta por el descrecimiento que se realizó a lo largo de 2007-2008: fue adoptada como la consigna de quienes quisieran investigar o practicar opciones o alternativas, con fundamento en estas ideas[4]. Habrá tantos tipos de descrecimiento como personas, comunidades, ciudades o países quieran adoptar estas recomendaciones. En el Quinto coloquio, realizado en 2008, un grupo de ecologistas[5] adopta la consigna ¡Descrecimiento o colapso! 

 El descrecimiento que hemos difundido desde 2008 [6]comparte muchas ideas de Serge Latouche y Paul Aries, los dos grandes autores del movimiento francés: nos parecen aplicables a la mayor parte de los países del mundo. Al igual que este movimiento, no se apoya en una teoría, es una consigna, con fuertes implicaciones teóricas[7]. Compartimos las ideas de Serge Latouche[8] sobre el abandono del crecimiento por el crecimiento mismo: no puede haber crecimiento infinito en un mundo finito; Sobre el abandono de la religión de la economía, el progreso y el desarrollo y el rechazo al culto a la ciencia y la tecnología. Reconocemos la emergencia climática y ecológica mundial y el gran daño creado en los países del Sur Global, por la globalización y las políticas desarrollistas aplicadas en las últimas siete décadas que han resultado catastróficas para México. Compartimos plenamente su crítica a la productividad, el consumismo y el desarrollo sustentable.

Con Paul Aries[9], coincidimos en la necesidad de un descrecimiento equitativo y en el rechazo a la ideología del crecimiento nacida en la guerra fría (W.W. Rostow) y en que el dilema no está entre el crecimiento y el descrecimiento, sino entre la recesión y el descrecimiento. Nada hay peor que una sociedad de crecimiento sin crecimiento. El gran reto del siglo es la dualización del mundo entre un 20 % de ricos y un 80% de seres humanos supernumerarios. El descrecimiento es anticapitalista, pero, no es sólo esto. No se pueden subestimar los límites físicos de la Tierra. Tampoco se pueden ignorar nuestros límites humanos... como lo hacen muchos anticapitalistas.

Por supuesto, existe un desquiciamiento global- el fin de un mundo, como lo advierte Aries que incluye un desquiciamiento climático y ambiental. Hay un desquiciamiento social: una explosión de desigualdades; un quiebre en las instituciones que no permiten vivir de una manera humana. Hay un desquiciamiento político: el integrismo económico y el complejo tecnocientífico destruyen la democracia; el individuo y las comunidades han perdido autonomía; el realismo del sistema confisca las elecciones de los ciudadanos; la política espectacular aniquila a la sociedad política.

Ciertamente, como lo señala Aries, hay un desquiciamiento de la persona humana: abunda el homo economicus y el hombre maquinal; el consumismo produce enfermedades “creadas por el hombre (por el sistema; Dominique Belpomme); hay un consumo excesivo de medicamentos; se producen más suicidios que muertes por accidentes de tránsito; la violencia explota en el mundo por las nuevas formas de actuar de los gerentes, por la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana, provocadas por el sistema (político y económico) Hay una crisis de las culturas, un etnocidio generalizado; hay un desquiciamiento físico y mental de la persona humana.

Estamos de acuerdo en que hay un desfondamiento simbólico: desaparecen las dimensiones del ser humano por el predominio de la dimensión económica; desaparecen las diferencias entre los seres humanos y los objetos, entre los sexos, entre las generaciones, entre los seres humanos y los animales, entre la vida y la muerte, entro lo real y lo virtual. La desmesura invade todos los ámbitos. La sociedad ya no contiene ni incluye y frena (Jean Pierre Dupuy) a lo que puede hacerla entrar en descomposición. Vamos hacia “la multitud en pánico”. La desdiferenciación provoca ya una gran catástrofe mundial.

Como lo señala Aries, el descrecimiento va más allá del discurso antieconómico y del discurso ecologista. Propone apoyar la propuesta de Latouche: descolonizar el imaginario y desconstruir el sistema que domina al mundo. Y dice: el combate por el imaginario es global, va de lo poético a lo político. No podemos esperar que quienes objetan el crecimiento tengan las mismas convicciones y marchen todos al mismo paso… El descrecimiento no le pertenece a persona alguna… Hay que evitar el juego de competir entre objetores para ver quien descrece más… Pretendemos ser un círculo de reflexión, un grupo de presión y un movimiento político… Creemos en la posibilidad de casar los principios de esperanza y responsabilidad... Combatimos, para desintoxicarnos del pensamiento dominante.

El descrecimiento, según Aries, es una “moción de orden” ante el consenso izquierda-derecha en favor del crecimiento económico; expresa lo que muchos piensan y no han encontrado palabras para decirlo.  Y dice: el descrecimiento es una reacción ante el fracaso conjunto del capitalismo globalizador y el “socialismo realmente existente” y la social-democracia (convertida en social liberalismo). El descrecimiento tiene éxito porque una gran parte de la sociedad no quiere incorporarse a ella tal como va.  El descrecimiento es también una crítica a las falsas soluciones que proliferan en el neoliberalismo[10]… El descrecimiento no es de todo para todos.  

Por su parte, Serge Latouche, considera[11] que la dictadura de las tasas de crecimiento obliga a las sociedades desarrolladas a vivir en un régimen de “sobrecrecimiento”; es decir a producir y a consumir más allá de cualquier necesidad “razonable”. Y advierte: LA SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INSOSTENIBLE. Los consumos del ciudadano del Norte son varias veces lo que consume un ciudadano del Sur. Las comparaciones del consumo de energía y las emisiones de gases que dañan el clima son aún más reveladoras… se necesitarían entre tres y seis planetas para generalizar el modo de vida occidental...Con una tasa del 10% de crecimiento, como ha sido la de China por muchos años, se obtiene una multiplicación de 736 en un siglo…Con el fin de conciliar el crecimiento y el respeto al medio ambiente, los expertos  y los industriales han desarrollado una serie de argumentos basados en que el progreso de la ciencia resolverá todos los problemas. LA SOCIEDAD DE CRECIMIENTO ES INDESEABLE… Engendra una escalada de desigualdades e injusticias, crea un bienestar bastante ilusorio, no suscita para los opulentos mismos una sociedad convivencial sino una “anti sociedad” enferma por su riqueza.  

Y dice Latouche La construcción de una sociedad en descrecimiento pasa ciertamente por la desmitificación del índice fetiche del bienestar moderno, el PIB o Producto Interno Bruto…  Algunos creen que sería suficiente calcular la riqueza de otra forma… La felicidad, esa “idea nueva” en el siglo XVIII, se materializa en bienestar, versión eufemizada de “bien tener” …Mientras más aumenta el consumo más la ideología de la felicidad deberá ser potente para satisfacer el ciclo absurdo en el que se ha comprometido… Los contadores nacionales declaran que el PIB y el crecimiento no miden el bienestar, no están hechos para ello. He escrito recientemente un artículo al respecto[12]

¿Es el descrecimiento en efecto una regresión como dicen los periodistas? Se pregunta Latouche y comenta En los hechos, la edad de piedra tal como la analiza Marshall Shalins en su famoso libro Edad de piedra, Edad de la abundancia, ¡no estaría tan mal! En la época zarista, los campesinos rusos del siglo XIV tenían 103 días de fiesta al año. El agotamiento del petróleo barato puede conducirnos a “la vela”, como lo señala Silvia Pérez-Vitoria en Les paysans son de retour. Y dice Latouche El descrecimiento no es la recesión como tratan de hacernos creer aquellos que no quieren oír hablar de cambiar nuestros modos de vida… Se trata de aspirar a un mejor modo de vida…Queremos reclamar “el progreso” de la belleza de las ciudades y de los paisajes, la pureza de los mantos acuíferos, la transparencia de los ríos y la salud de los océanos.

DESCRECIMIENTO, AUSTERIDAD, SIMPLICIDAD. ENCONTRAR EL SENTIDO DEL LÍMITE. El descrecimiento se asimila frecuentemente a la “simplicidad voluntaria” dice Latouche En 1995 el 2% de los activos interrogados en EU habían reducido voluntariamente su nivel de vida y sus horarios de trabajo…En Australia serían la cuarta parte de quienes tenían entre 35 y 39 años…Ciertas encuestas revelan que el número de personas interesadas en un cambio de este tipo sería bastante mayoritario.

 Añade Latouche Una antigua tradición filosófica preconiza alguna forma de limitación de las necesidades, para encontrar la felicidad. Según Epicuro, “el hombre que no se contenta con poco no se contenta con nada”. La búsqueda infinita termina, de acuerdo a Hans Jonas, en el fracaso infinito. Lucrecio desarrolla esta idea “Pero si tu deseas siempre lo que no tienes, desprecias lo que tienes, tu vida transcurre sin plenitud y sin encanto; y luego, de repente la muerte aparece junto a tu cama antes de que pudieras sentirte listo para irte feliz y satisfecho.

Hay mucho que decir sobre las ideas que el descrecimiento comparte no sólo con Latouche y Aries, sino con otros autores ligados al movimiento decroissance de Francia y por supuesto, sobre la manera de propagar el descrecimiento en México.

26 de junio de 2025



[1] En este coloquio participa Iván Illich, poco antes de fallecer. Desde principios de los años 70 del siglo XX, este autor nacido en Viena influyó mucho en el nacimiento del movimiento ecologista francés, ver el libro El Ecologismo de Dominique Simonnet, GEDISA, 1979 y también, en mi pensamiento; sus ideas reflejadas en sus famosos libros: La convivencialidad, La sociedad desescolarizada, Némesis médica, Energía y equidad, inspiraron mi primer activismo después del sismo de 1985 y más tarde, mi entrada en 1987, en el movimiento ecologista de México (el Pacto de Grupos Ecologistas). Este involucramiento me llevó a entrar en contacto en 1990, con uno de sus principales discípulos, Jean Robert, residente en Cuernavaca, Morelos desde 1972 hasta su muerte en octubre de 2020, a quien debemos mucho de lo que ha sido el movimiento descrecimiento.         

[2] Años después, tuvimos conocimiento de que los españoles que se interesaron en difundir las ideas del movimiento francés adoptaron la palabra decrecimiento, para su movimiento. En Italia este movimiento se llama decrescita, en Alemania Postwachstum y para el idioma inglés, en 2008 se inventa la palabra degrowth.

[3] Para nuestra gran sorpresa, en 2020 nos informaron que la palabra descrecimiento había sido incluida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, por su creciente utilización.

[4] En 2006 descubrí la existencia de este movimiento francés por medio de los libros que me regalaron Claudio Kermaria y Dominique Jonard, amigos franceses residentes en México: Graines des possibles de Francois Hulot y Pierre Rabhi y Decroissance ou barbarie de Paul Aries. Me sorprendió mucho encontrar bastantes puntos de acuerdo con este movimiento francés. Decidí comentar estos libros con nuestro amigo, Jean Robert, quien fuera parte del legendario Centro Intercultural de Documentación CIDOC de Cuernavaca, Morelos, animado por Iván Illich entre 1966 y 1976; Jean me muestra el libro Le Pari de la decroissance de Serge Latouche, amigo suyo y discípulo también de Iván Illich; gentilmente me pone en contacto con este autor, figura principal de este movimiento francés. Por su apoyo, en 2010 logramos que Serge Latouche impartiera varias conferencias magistrales en universidades mexicanas; gracias a la intervención de Latouche recibo una invitación para participar en la 2nd International Conference on Degrowth and Social Equity 2010 de Barcelona y me acerco al movimiento degrowth, promotor de las conferencias internacionales de este nombre.                      

[5] ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México y ecologistas cercanos a esta red.

[6] En 2008, ECOMUNIDADES y ecologistas amigos empezamos a discutir ampliamente el descrecimiento en los coloquios que siguieron al coloquio de 2007 (Ciclo de coloquios, La Apuesta por el descrecimiento) y desde 2009 hasta 2018 ECOMUNIDADES ha organizado charlas, seminarios, foros, reuniones, encuentros nacionales y la Primera Conferencia Norte Sur sobre Degrowth-Descrecimiento, Ciudad de México 2018. También, hemos presentado ponencias en muy diversos eventos sociales y académicos, nacionales e internacionales.   

[7] El movimiento francés reconoce su filiación, con las ideas de más de 50 autores modernos, como Illich, Castoriadis, Georgescu Roeguen, Gorz, Ellul, Marcuse, Schumacher, Debord, Bookchin, Commoner, Camus, Weil, Polanyi, Kohr, Arendt, Gandhi, Anders, Orwell, Mumford, Mauss, Geddes, Tolstoi, Thoreau, entre otros.   Si bien actualizadas por el descrecimiento, las filosofías que aparecen en este movimiento son muy antiguas y cercanas a las expresadas por diversos grupos étnicos y personajes de las viejas civilizaciones anteriores a la era cristiana.   

[8] Serge Latouche, Le Pari de la decroissance,Fayard 2006- Sortir de la societé de consommation, LLL LES LIENS QUI LIBERENT. 2010 profesor emérito de la universidad de París-Sud (Orsay) Ha sido investigador de las relaciones económicas y culturales Norte-Sur y de la epistemología de las ciencias sociales.

[9] Paul Aries. Decroissance ou barbarie, Golias 2005. Académico y activista de Lyon en muy diversos frentes políticos, ha sido un gran crítico de la globalización. Frecuente articulista de la revista La Decroissance.

[10] La privatización de ríos, lagos, bosques, bahías, playas, vías de comunicación, corredores aéreos, etc. Entre muchas falsas soluciones: la economía desmaterializada, la economía circular, la economía verde, el crecimiento verde, el ahorro de energía, las tecnologías verdes, las energías renovables. La farsa ideológica del desarrollo sustentable. Son también falsas soluciones: las propuestas “positivas” de los gobiernos, los empresarios y las ONGs o el diferimiento del descrecimiento o desaceleración que proponen los partidos y ONGs de izquierda hasta que las necesidades básicas de la humanidad hayan sido resueltas o que el descrecimiento de los ricos no tendría incidencia significativa en el crecimiento de la economía mundial. Las propuestas de los ambientalistas sobre la explosión de la bomba P (población) o D (demográfica) son condenables: pretenden desviar la atención sobre el enorme daño que hacen buena parte de las grandes tecnologías y el crecimiento del PIB.

[11] Le Pari de la decroissance, Chapitre 1 L’enfer de la decroissance

[12] Miguel Valencia, Una desgracia, el crecimiento del Producto Interno Bruto, octubre de 2020

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