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lunes, 30 de julio de 2018

El crecimiento, manifestación del cáncer, el colapso y la muerte de las sociedades modernas.

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Autor: Miguel Valencia Mulkay Coordinador General. First North-South Conference on Degrowth, Mexico City, 2018 

Las escuelas y universidades nos enseñan a ver el crecimiento como una bendición, una fortuna, una solución a nuestras desgracias o un camino al paraíso. Nos enseñan a mitificar el crecimiento por el crecimiento mismo sin importar la naturaleza del crecimiento: le atribuyen propiedades mágicas (produce bienestar, empleo, prosperidad, felicidad, para todos) Hay un culto, una adoración por el crecimiento de la tecnosfera en las universidades, los gobiernos, los cámaras, los congresos, los partidos, las organizaciones empresariales y de la sociedad civil y en una parte importante de la sociedad. Una desquiciada manera de ver el mundo que fabrica diariamente su propia destrucción.   
Se habla cotidianamente de crecer, crecer y crecer (un mantra) sin mencionar hasta dónde hasta cuándo debemos crecer, una indefinición que revela la existencia de ambiciones desmesuradas en aquellos que lo proponen. No hay arañas de un metro de altura, elefantes de 100 m de altura o jirafas de 150 m de altura o árboles de 300 m de altura. Todo crecimiento físico en la naturaleza se detiene hasta llegar a un punto en que empieza a ser negativo (produce cáncer). Nada hay viviente sobre la tierra que crezca sin límites.  Sin embargo, la gran mayoría los economistas nos proponen el crecimiento perpetuo, infinito, de la economía, del Producto Interno Bruto, PIB. Sus mentes crean conceptos, abstracciones, quimeras, monstruosidades que quieren imponerle a la realidad, con el apoyo de los poderosos del mundo( el país vecino).    Atrapados en la lógica de la escasez, la mayor parte de los economistas, políticos, empresarios y científicos dedican ingentes esfuerzos para lograr el crecimiento de la urbanización, la industria y los servicios. Lo logran a costa del desastre generalizado.
El crecimiento físico perpetuo, sin límites, se logra, de acuerdo a estos poderosos manipuladores de la sociedad, por medio del inveterado deseo del ser humano de acumular poder y dinero, y sobre todo, con fundamento en la pasión de las sociedades modernas por la tecnología, la superioridad que le atribuyen, lo entregadas que están a ella, de manera que casi todos sus miembros trabajan, sin importar el oficio o el empleo que tengan, en la búsqueda del perfeccionamiento tecnológico: los dogmas de la eficiencia y la productividad  invaden las mentes de una gran parte de las sociedades modernas. Según la ley de Gabor, todo lo que se puede hacer será hecho.  Autónoma con relación a la moral y la política, la tecnología lo es también frente a la economía. Obedece a su propia lógica y crece y se realiza a sí misma, como consecuencia del esfuerzo común. Sin la participación y el consentimiento de los seres humanos no sería posible el crecimiento físico, perpetuo, infinito que impulsa la tecnología creada en los grandes centros de investigación de los gobiernos desarrollados y de sus transnacionales.       
Los nuevos edificios inteligentes, centros comerciales gigantescos, vías rápidas en segundo y tercer piso, trenes de alta velocidad, supercarreteras, autos eléctricos y sin chofer, aviones de gran capacidad, mega aeropuertos, supertanqueros, trasvases a gran distancia, drenajes profundos, satélites diversificados, plantas de incineración de basura, parques eólicos o solares, pozos de fracking o en aguas profundas, cultivos genéticamente modificados (transgénicos), grandes tajos para la extracción de minerales o las nuevas formas de contar con más información, escolaridad, certificaciones, medicación, diversión, seguridad, espionaje de la vida de los ciudadanos (Facebook, Google y otros), los robots para la eliminación de empleos, los drones para la ejecución de personas, los productos nanotecnológicos para la potabilización del agua o de biología sintética para la construcción de sistemas biológicos artificiales, los ensayos de geoingeniería, para manipular el clima,  son manifestaciones del cáncer que carcome las entrañas de la sociedad moderna y que las hace colapsar y morir gradualmente.
El crecimiento exponencial de la economía del último medio siglo ha dejado en ruinas las bases de la vida en la tierra. El clima, los mares, la biodiversidad, los ríos, los acuíferos, los suelos, están severamente afectados, al borde del colapso, sin embargo, gobiernos, partidos, bancos, congresos, cámaras, universidades, centros de investigación, ONGs, asociaciones civiles, proponen consumos crecientes de agua, electricidad, gas, gasolinas, metales, maderas, para las próximas décadas.  El colmo: se propone el crecimiento económico para resolver las calamidades que ha creado el crecimiento económico.
El crecimiento, manifestación del cáncer, el colapso y la muerte de las sociedades modernas.




Facebook: First North-South Conference on Degrowth, Mexico City, 2018 (http://bit.ly/2oGly72)
Twitter: @FNSDegrowth2018
Canal Youtube: Degrowth México 2018 FNSC (https://bit.ly/2IrrOeY)

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