Buscar este blog

domingo, 2 de mayo de 2021

Catastrofico, el crecimiento de la aviación comercial- recuperación 2016

 

Catastrófico, el crecimiento de la aviación comercial- Primera parte

14 de junio de 2016

Por su gran tamaño, la aviación comercial hace un daño excesivo al clima y a la ecología de los territorios donde despega y aterriza.  A pesar de sus altas tasas medias de ocupación, el avión es el máximo consumidor de energía por kilometro pasajero, 5.7 Kilos Equivalentes de Petróleo, KEP por 100 unidades de transporte( viajeros-Km), un poco arriba de las camionetas SUV(Sport Utility Vehicle) y un 12 % arriba del Tren de Alta Velocidad que son los medios de transporte que más dañan el clima y el medio ambiente: consumen entre 4 y 5 veces más energía (petróleo)  por km-pasajero que los transportes terrestres tradicionales, como el autobús, el ferrocarril, el tren suburbano, que por otro lado, se vuelven ineficientes por la menor ocupación que sufren debido a los subsidios a los primeros[1].

Por su consumo energético, el uso del avión es la actividad comercial en la que una persona puede perjudicar más el clima y la ecología de la Tierra; su crecimiento resulta catastrófico. Viajar en avión es un privilegio que muy pocas personas se pueden permitir: sólo el 2% de la población mundial participa activamente en el tráfico aéreo[2]Las mejoras tecnológicas de la aviación comercial, en la reducción del consumo de energía y producción de emisiones, tienen el efecto perverso de aumentar el uso del avión, eliminando así rápidamente cualquier ganancia en la reducción del daño climático y ambiental. El precio mundial de los combustibles fósiles determina mucho su crecimiento, por lo que crece y decrece con relativa rapidez.  Los agrocombustibles, la gran solución del daño al clima aportada por la industria, han confirmado ya que más bien lo dañan y están a punto de ser descartados por la UE y la empresa Lufthansa.

De acuerdo a la industria misma (Airbus- Oneair-España-Crecimiento Mundial de la Aviación Comercial 2014-2034), la aviación comercial mundial tiene un crecimiento exponencial: duplicará sus operaciones en 15 años, con un crecimiento promedio del 4.6% anual; en 20 años habrá crecido 145%; Latinoamérica crecerá al 5.2%; en México crecerá 4.1% promedio hasta el 2020. Sin embargo, según la misma fuente, el transporte aéreo entre mega ciudades- la Ciudad de México es una de ellas- crecerá cuatro veces en los próximos 20 años; el 77% del transporte aéreo a larga distancia se realizará entre mega ciudades; la región Asia-Pacifico tendrá un crecimiento aun mayor que el resto del mundo.  El turismo es un factor central en el crecimiento exponencial de la aviación. Entre 2010 y 2013 aumentó 21% el tráfico global de pasajeros sumando 3.1 mil millones de pasajeros[3]. La aviación comercial y el turismo, actividades que por sí mismas son muy intensivas en la producción de emisiones, reciben subvenciones muy importantes de los gobiernos: el combustible de los aviones está exento de impuestos energéticos y no se aplica ningún impuesto de valor añadido a los vuelos internacionales[4].  

La aviación comercial es considerada la fuente de mayor crecimiento en cuanto a emisiones climáticas perjudiciales. Entre 1990 y 2006 se duplicaron estas emisiones convirtiéndose en el séptimo contaminante mayor, desproporcionadamente grande dado que es producido por el 2% de la población mundial. Hasta el final del milenio tuvo la habilidad de disimular su impacto climático y ambiental, no obstante, es todavía uno de los pocos sectores mundiales que aun no tiene objetivos en la reducción de emisiones que dañan el clima.  Bajo este esquema sus emisiones podrían aumentar 700% hacia 2050. En 2007, el muy asediado, por los empresarios, IPCC (Panel Internacional del Cambio Climático), calcula entre 2 y 8% la cuota correspondiente de calentamiento climático de la aviación comercial, pero, científicos más críticos encabezados por David Lee, parten de una base hasta el 14%. Como las emisiones en el transporte aéreo son expulsadas en grandes alturas atmosféricas, sus efectos climáticos son particularmente graves[5]

Las organizaciones mundiales de aviación y turismo sólo quieren hablar de CO2 y hacen todo lo posible por ignorar el Factor RFI de la aviación: Aparte del CO2, en los vuelos a gran altura se emiten sustancias dañinas adicionales, como el óxido de nitrógeno y partículas de hollín, además de vapor de agua, los cuales a esas alturas contribuyen a un calentamiento adicional de la atmosfera. El vapor de agua y las partículas de hollín liberadas forman estelas de condensación y cirros que vuelven a reflejar la radiación de calor de la superficie terrestre, y así refuerzan el efecto de invernadero. Hoy en día, gran parte de los cirros se debe a los aviones. Por esta razón, la relevancia climática de las emisiones resultantes del tráfico aéreo se distinguen  claramente de las emisiones a nivel de tierra; es decir, por un factor medio del 2.7. El llamado índice de forzamiento radiativo (Radiative forcing Index, RFI) describe la relación del potencial de calentamiento de todas las emisiones versus el potencial de calentamiento del CO2 por sí solo[6]La aviación comercial es responsable del 65% de las emisiones que produce el turismo, una actividad que por sí misma es muy intensiva en la producción de emisiones: hacia 2035 aumentarán sus emisiones en 150%. El año 1990 es la base que menciona el IPCC, para establecer los objetivos necesarios en la reducción de emisiones, sin embargo, la mayoría de las instituciones relacionadas con la transportación aérea y el turismo refieren al año 2005 como base; así en cifras absolutas las reducciones se hacen bastante más pequeñas[7]

Como los políticos, los grandes empresarios y  los científicos que participan en las negociaciones de las cumbres del clima son “viajeros frecuentes” internacionales, no debe sorprendernos la gran anomalía que representa la falta total de acciones ante el crecimiento exponencial de las emisiones que dañan el clima de la Tierra de la aviación comercial.  Tampoco debe sorprender  la desvergüenza de la IATA y la ICAO (International  Civil Aviation Organization) que proponen estrategias de “crecer y reducir”  y que pretenden adoptar en septiembre próximo- en el 39 Encuentro de la ICAO,  el offsetting (compensación) del carbón, para lograr “el crecimiento carbón-neutro”. El offsetting es un truco político-empresarial que traslada emisiones a otra parte, pero, no las reduce, es un juego suma cero, para engañar a la opinión pública. Los proyectos  de offsetting no respetan ningún principio según lo demuestra la experiencia.

En la Segunda parte analizaremos otros daños que provoca la aviación comercial.          

 Miguel Valencia Mulkay 

 



[1] Hacia la reconversión ecológica del transporte en España, Estevan y Sanz, Centro de Investigación para la Paz. 

[2] Aumentar la sensación de urgencia, Reflexiones sobre el turismo y el cambio climático. Brot fur die welt (Pan para el mundo- Servicio Protestante para el Desarrollo) Alemania. 

[3] Ibídem

[4] Ibídem

[5] Ibidem

[6] Ibídem

[7] Ibidem

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Los resultados de la COP 28 de Dubai, un gran desafío a los movimientos sociales, en particular a los climáticos, ecologistas y ambientali...

Popular en Descrecimiento