FORMAS DE ENFRENTAR EN MÉXICO LA EMERGENCIA CLIMÁTICA.
Presentación del 5 de mayo de 2022 en el evento en línea MANERAS DE ENFRENTAR LA EMERGENCIA CLIMÁTICA EN AMÉRICA LATINA, paralelo al Foro Social Mundial, Ciudad de México 2022
Por Miguel Valencia Mulkay de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México.
Frente a la Emergencia Climática, el Estado mexicano ha conservado desde hace más de una década una actitud parecida a la que tienen los gobiernos del Norte global: simular que se hace algo al respecto, por medio de una legislación climática irrelevante, un esfuerzo gubernamental de mitigación y adaptación, también irrelevante, junto con una gran negación de la existencia de la Emergencia Climática, por medio del silencio: en estos últimos tres años, nada ha dicho el gobierno mexicano sobre este tema.
Ante las grandes iniciativas internacionales por la Emergencia Climática que jóvenes generosos han tratado de promover en México, como la de FFF (Fridays For Future) de Greta Thunberg y la de XR-(Extinction Rebellion), fuerzas ligadas al poder político y económico mexicano han realizado esfuerzos exitosos para secuestrarlas e inmovilizarlas, por medio de falsas representaciones, y tratan de hacer algo parecido con las iniciativas nacionales que demandan al Estado mexicano medidas extraordinarias urgentes acompañadas de la publicación de una declaratoria de Estado de Emergencia Climática, como es el caso de la iniciativa del colectivo Cambiemos el Sistema No el Clima (CSNC).
CSNC se creó en abril de 2019 a consecuencia del alarmante informe del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) de 2018, con el propósito de hacer conciencia social sobre la emergencia climática y el colapso climático y ecológico. Nace con el apoyo de viejas organizaciones ecologistas mexicanas, como ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, Klimaforum México, Salir del petróleo y otras. Comienza sus actividades con acciones quincenales frente al monumento nacional llamado “Ángel de la Independencia” y con reuniones también quincenales en el Museo de las Culturas de la Ciudad de México, por espacio de cuatro meses, con el objetivo de convocar aliados en apoyo a esta movilización y discutir acciones climáticas colectivas.
En agosto de 2019, CSNC acuerda presentar una carta al Estado mexicano, suscrita por cientos de organizaciones, para solicitarle la aplicación de medidas extraordinarias para hacer frente a la Emergencia Climática, acompañadas de una declaración de Estado de Emergencia Climática. Al amanecer del 9 de septiembre de 2019 se hace entrega de esta carta suscrita por más de 250 organizaciones, acompañada de un performance realizado por más de 25 personas ante el Palacio Nacional de México. Semanas después, CSNC lanza, por medio de la plataforma change.org, una petición similar que ahora tiene más de 78,000 firmas; los invitamos a añadir su firma en: http://chng.it/T79f4q98 . El 9 de septiembre de 2021, CSNC vuelve a entregar nuevamente una carta con más o menos las mismas demandas.
Las cartas y peticiones al Estado mexicano entregadas en los últimos tres años contienen básicamente estas demandas:
1. Dar a conocer la gravedad de la situación climática y ecológica del mundo y las causas o el origen de esta calamidad, de acuerdo a la ciencia climática internacional, así como de las posibles consecuencias del colapso climático en la política, las monedas, la economía, la seguridad personal, la alimentación, la salud, el arraigo, el lazo social, la visión del mundo; en los niños, las mujeres y los ancianos.
2. Adoptar cambios trascendentales en las formas de producción y consumo de alimentos y otras manufacturas, en la urbanización y el transporte nacional e internacional, para reducir el consumo de agua, electricidad, hidrocarburos y metales. Reducir el consumo de carnes rojas, alimentos procesados, y el transporte en avión y en automóvil.
3. Fortalecer la producción local para consumo local y reducir radicalmente la dependencia de productos y servicios de otros países y regiones lejanas; además, fortalecer, la autonomía, la autogestión y apoyar la autoproducción alimentaria en pequeña escala y el cuidado de los bienes comunes.
4. Apoyar las movilizaciones de los pueblos, ejidos, barrios y colonias, para alertar a sus poblaciones sobre la gravedad de la Emergencia Climática y de los megaproyectos que la propician. Así como iniciar la reconversión hacia hábitos o modos de vida más convivenciales enfocados hacia la construcción de una era post industrial, post petrolera y post patriarcal.
En octubre de 2021, por fin recibimos una respuesta del Estado mexicano a nuestra petición, por parte de la Dirección de Políticas para el Cambio Climático de la Secretaría (Ministerio) del Medio Ambiente y Recursos Naturales, SEMARNAT, del Gobierno Mexicano. En esta respuesta, el Gobierno mexicano rechaza tanto la aplicación de las medidas extraordinarias que demandamos como la publicación de la declaración de Estado de Emergencia Climática que proponemos.
La pandemia covid19 frenó la realización de acciones directas de nuestro colectivo en la vía pública, sin embargo, entre mayo de 2020 y abril de 2022, CSNC organiza más de 20 eventos en línea, algunos internacionales, para tratar diversos asuntos ligados a la Emergencia Climática.
En agosto de 2021, CSNC acuerda apoyar la organización de una marcha alternativa para el 24 de septiembre de 2021, en apoyo a la Huelga Climática convocada por Greta Thunberg, promovida por la disidencia de simpatizantes de FFF-México y de XR-México. De esta marcha nace un grupo mayor, denominado Movimiento Mexicano ante la Emergencia Climática (MMEC) en el que participamos colectivos con posiciones encontradas en lo que concierne a las llamadas “energías limpias y renovables”, en la forma de parques eólicos y solares, y las reformas constitucionales, promovidas por las más grandes empresas de México, como FEMSA-Coca-Cola-OXXO, Wal Mart, BIMBO y otras, con el apoyo de multinacionales de la energía españolas, como Iberdrola, Abengoa, Acciona, Repsol, Alten, Fisterra, Naturgy, y de grandes ONGS ambientalistas, como Greenpeace y CEMDA.
Desde hace más de 25 años, estas corporaciones multinacionales mexicanas, españolas y estadounidenses han introducido en México las llamadas “energías limpias y renovables” en diversos territorios del país, primero de manera ilegal, perjudicando mucho a los propietarios de las tierras y al medio ambiente local, y luego, de manera ilegítima, por medio de una reforma constitucional realizada en 2013, durante la presidencia de Peña Nieto, a espaldas de la sociedad mexicana y con el apoyo de grandes sobornos a los legisladores.
Esta reforma constitucional espuria garantiza un enorme subsidio a la electricidad producida por estos megaproyectos de falsas energías limpias y encarece la electricidad de los usuarios pequeños y medianos del servicio eléctrico. Además, entrega la generación de electricidad del país a manos de empresas multinacionales, principalmente españolas, como Iberdrola, Acciona, Endesa y otras y SEMPRA de EU. El gobierno de EU y la Unión Europea han presionado mucho al gobierno mexicano, para que conserve los enormes privilegios que la reforma de 2013 concede a estas multinacionales de la generación de electricidad.
CSNC, considera que las llamadas “energías limpias y renovables”, como los parques eólicos y solares, son una falsa solución a la Emergencia Climática y ambiental debido a los enormes efectos secundarios que ellas tienen y al efecto rebote que tienen las tecnologías verdes que nulifica sus posibles beneficios. También, por la gran intermitencia negativa (horario de producción) que tienen este tipo de energías, una condición que obliga a tener un enorme respaldo en la generación de electricidad, por medio de termoeléctricas, con base en carbón y petróleo.
No encontramos evidencia científica alguna de que las falsas energías limpias y renovables hayan tenido efecto alguno en la reducción global del consumo de gas, carbón y petróleo, y sí en cambio hemos visto cómo se destruye gran cantidad de zonas de vida silvestre o rural para la instalación de parques eólicos y solares que despojan a los propietarios de las tierras y alteran el equilibrio político y económico del país. A esto hay que añadir el subsidio de decenas de millones de dólares al mes a las empresas multinacionales que operan los parques eólicos y solares.
El caso de la Energiewende de Alemania ha sido muy ilustrativo de la muy pobre contribución que pueden hacer estas tecnologías a la mitigación de la Emergencia Climática, especialmente ahora, frente a los efectos locales de la guerra de Ucrania. Vemos a las llamadas energías limpias y renovables como el gran Greenwashing o Lavado Verde de los países del Norte global.
No creemos que la tecnología verde que promueven empresas multinacionales, como lo son los parques eólicos y solares, pueda servir para hacer frente a la Emergencia Climática, en cambio la percibimos como una forma de frenar o diferir la introducción de las medidas extraordinarias que podrían servir para reducir realmente el consumo de gas, carbón y petróleo y de esta manera hacer frente a esta calamidad apocalíptica.
Desde hace décadas, la tecnología verde ha sido el gran recurso, para engañar a la sociedad o hacer una cortina de humo ante el crecimiento en el consumo de gas, carbón y petróleo en los países del Norte global.
Muchos millones de personas podrían morir, enfermarse o caer en la miseria debido al diferimiento de las medidas extraordinarias que verdaderamente puedan reducir antes de 8 años el consumo de gas, gasolinas, electricidad, carbón y petróleo, como lo pide el IPCC. Ahora más que nunca son intolerables las falsas soluciones que propone la tecnología verde. No tenemos muchos años para mitigar el daño inmenso que puede provocar a los más débiles, frágiles y vulnerables el colapso del clima y el medio ambiente.
Los gobiernos poderosos, el G-7, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, hacen todo lo que pueden, para simular que hacen algo para reducir el consumo de gas, carbón y petróleo, pero, su industria militar, la mayor consumidora del mundo de gas, carbón y petróleo no está dispuesta a reducir el aumento en su consumo. La existencia de estos países se sustenta en las guerras contra la Naturaleza y contra los más pobres y vulnerables del mundo.
La Emergencia Climática es un fenómeno global que debe ser enfrentado con información, conocimientos y alianzas alternativas globales o internacionales. Creo necesario vincular a los movimientos nacionales ante la Emergencia Climática de América Latina.