Las organizaciones sociales en la
defensa de medio ambiente
Con base en los apuntes para la conferencia
del 5 de junio de 2023, por el Día Mundial del Medio Ambiente, en el teatro
Matamoros de Morelia, Michoacán
Primera parte. Antecedentes y orientaciones
8 de julio de 2023
Miguel Valencia Mulkay
Hoy día, la mayor parte de las
organizaciones sociales, sean cual fueren sus objetivos, dicen defender el
medio ambiente: indigenistas, campesinas, sindicalistas, feministas,
libertarias, liberales, socialistas, democráticas, vecinales, consumidores, usuarios,
animalistas, ciclistas; o de artesanos, artistas, profesionistas; o académicas,
científicas, eclesiales, religiosas, comerciales, empresariales, económicas,
financieras, políticas, no gubernamentales, gubernamentales, pero,
muy pocas de ellas dan muy alta prioridad a los asuntos del medio
ambiente o van más allá del combate a las contaminaciones y la protección o conservación de las
riquezas naturales y se ocupan de discernir las causas profundas, históricas, filosóficas,
de la pésima relación de la sociedad moderna(industrial), con la Naturaleza y
las culturas ancestrales.
La gran cantidad de desastres
ecológicos o ambientales que se han dado en las últimas décadas, en todos los
continentes, han obligado a los estados, los gobiernos, las organizaciones
internacionales, como la ONU, el FMI o el Banco Mundial, los fondos de
inversión, las empresas multinacionales, las aseguradoras, a tener al menos una
coartada en torno al cuidado del medio ambiente. Les gustaría mucho no hablar
de estos temas que ensombrecen su futuro: hacen grandes esfuerzos por minimizar
u ocultar la gravedad de la emergencia ecológica, climática y ambiental.
Sin embargo, cada día les resulta
más difícil ignorarlas: cada día recurren más a maniobras extraordinarias que
van desde la simulación de grandes acciones en favor del medio ambiente, por
medio de novedosas tecnologías que en la realidad son “falsas soluciones”
y “lavado verde”; el apoyo de
despachos de Relaciones Públicas, con el fin de hacer campañas sobre la “limpieza”
de sus productos y servicios, o meter sospechas sobre la realidad científica de
las advertencias sobre el colapso del clima y el colapso ecológica global y
fomentar así, el “negacionismo” climático y ecológico; o el
Cabildeo(Lobbying) intensivo, para influir en la redacción de tratados,
legislaciones, normas, proyectos que pudieran afectar significativamente sus
intereses, por asuntos ambientales, o la creación de organizaciones que aparentan
defender el medio ambiente, pero, en la realidad sirven para influir en los
gobiernos y en las organizaciones
ambientalistas y hasta el asesinato de activistas en defensa del
territorio y la represión policiaca de las protestas climáticas y ambientales.
Las organizaciones que formalmente
se ocupan de hacer frente al creciente deterioro del medio ambiente nacieron a
principios de los años 70, en los países que entonces eran los más
industrializados y poderosos del mundo- principalmente, EEUU, Alemania, Inglaterra,
Francia, Italia- y nacieron, además, en dos sectores sociales opuestos o en
conflicto permanente: las primeras nacieron en los niveles más altos del poder
político: gobiernos poderosos y empresas transnacionales mientras que las
segundas nacieron como producto de las ideas y acciones de pensadores y
movimientos sociales contestatarios que les antecedieron.
Ciertamente la defensa del medio
ambiente y del equilibrio o estabilidad ecológica, apareció primero en las
sociedades más industrializadas de esos años. Fue un producto de los países que
hoy llamamos del Norte global (Occidente) debido a que estos países
fueron los primeros en industrializarse y en desarrollar la economía moderna de
crecimiento sin límites y que eran entonces los países que ya habían producido
la mayor cantidad de contaminantes en el mundo y la mayor devastación global
del medio ambiente y de las riquezas de la Naturaleza. Es en esos países ricos y poderosos y muy
industrializados que se dan las primeras grandes críticas a las ideas de
progreso, desarrollo y modernización, las mejores descripciones de los efectos
perversos de la sociedad industrial contra la Naturaleza y las culturas
ancestrales y las grandes propuestas que dieron sustento al nacimiento de las
organizaciones en defensa del medio ambiente.
Antes de la Segunda Guerra Mundial,
surgen las primeras manifestaciones de lo que podría calificarse como formas
concretas más completas o complejas de la defensa del medio ambiente,
significativamente en posiciones diametralmente opuestas. Por un lado, hacia
1937, en Burdeos, muy cerca de Los Pirineos, Bernard Charbonneau quiere crear
una Federación de Amigos de la Naturaleza y empieza a escribir en una revista
sobre El Sentimiento de la Naturaleza, fuerza revolucionaria y la forma
o los estatutos que debería tener esta organización- la Segunda Guerra Mundial
arruinó su iniciativa-, pero en estos artículos establece las bases de lo que
será su primer libro al respecto publicado en 1944 con el nombre de Pan se
muere y luego, su gran obra El Jardín de Babilonia, que integra su
visión completa de la defensa del medio ambiente, por lo que es considerado en
Francia, como el fundador de la Ecología Política. Por el otro lado,
Himmler establece una granja orgánica en el campo de concentración de Dachau;
tanto Himmler como Hitler eran vegetarianos, defensores de los derechos de los
animales y estaban en contra de la vivisección (experimentaciones con
animales).
Las bombas atómicas de Hiroshima y
Nagasaki anuncian el fin de un mundo y el nacimiento de uno nuevo: el mundo de
las bombas atómicas en el que la Humanidad en adelante estará a minutos de
extinguirse por su propia mano. En este
contexto aparece el movimiento contra las armas nucleares, precursor de la
defensa del medio ambiente. Por otra parte, las bombas atómicas anuncian,
también, la aparición de formas industriales de contaminar nunca antes vistas-
las centrales nucleares (“átomos para la Paz”) e imposibles de detectar
por los sentidos del ser humano: los isótopos radiactivos. Al mismo tiempo
emerge la crítica a la tecnología, creadora de las nuevas formas de
contaminación del ambiente.
Otra vez en Burdeos, el teólogo
protestante Jacques Ellul, el gran amigo del pensador revolucionario y no
creyente, Charbonneau, se ocupa de hacer la crítica a fondo de la técnica a la
que considera alienante y dañina en muchos sentidos. Nos dice que “la
técnica en sí es ambivalente ni buena ni mala, pero, modifica profundamente el
medio donde se desarrolla y moldea a las personas que la utilizan y al entorno
; no se contenta de ser el factor principal o determinante, se convierte en un
medio, en un sistema, en un universo que se constituye por sí mismo en sistema
simbólico: la técnica se desarrolla según su propia lógica fuera del control
humano: hace de sí misma un valor trascendente, una nueva sacralidad que le
quita este lugar a la Naturaleza destruyendo y acostando cada año sobre su
altar de sacrificio a millones de seres humanos”.
“No es la técnica la que nos somete
sino la sacralidad que le transmitimos a ella”, nos dice
Ellul quien publica en 1954 La Técnica o el reto del siglo, la primera parte de
su gran trilogía sobre la técnica. Tan trascendente ha sido la crítica de Ellul
a la técnica que hoy día existe una Sociedad Internacional de Amigos de
Jacques Ellul, con base en Berkley. https://ellul.org/
En 1955, el gran filósofo y
matemático Sir Bertrand Russell, apoyado por Albert Einstein, publican un
Manifiesto contra las Armas Nucleares, con la firma de unos 12 científicos de
gran reputación y con ello crea las bases de lo que serán las conferencias de
científicos preocupados por los grandes riesgos y peligros del avance
tecnológico, las conferencias Pugwash, debido al pueblo canadiense de
este nombre donde se realizó la primera en 1957.
También, sienta las bases de las
que serán las organizaciones de científicos o profesionistas comprometidos con
la sociedad que realizarán las investigaciones sobre los peligros o los riesgos
de las nuevas tecnologías y que son un apoyo fundamental a las acciones
ecologistas. Las pruebas nucleares entre la década de los 40 a los años 80
crearon fuertes reacciones y protestas en los países que las realizaban y abren
un profundo cuestionamiento de la sociedad industrial.
En 1961 Jane Jacobs, esposa del más
importante urbanista de EEUU en esos años, publica el libro más relevante que
se haya escrito sobre las grandes ciudades americanas, La Muerte y la Vida
de las Grandes Ciudades Americanas, donde nos muestra una visión femenina
sobre el funcionamiento de las ciudades; es un referente fundamental, para los
asuntos del medio ambiente en las ciudades y el desarrollo urbano. Gracias a su
activismo se frenó en Nueva York la construcción de vías rápidas y es la ciudad
americana en la que menos se utiliza el auto particular. Es un gran referente
para los asuntos ambientales de las zonas urbanas.
En 1962, el obrero autodidacta
anarcosindicalista de Nueva York, Murray Bookchin (seudónimo Lewis Herber,
publica el libro Our Syntetic Environment (Nuestro ambiente sintético)
que es el primer gran libro ambientalista de EEUU que trata sobre los efectos
de los productos químicos sobre el medio ambiente. En las siguientes décadas,
Bookchin se convertirá en el primer gran ecologista de Estados Unidos, con una
erudición y profundidad incomparables.
Bookchin es el fundador de la
corriente de “Ecología Social” y el “comunalismo” que hoy día
tiene grupos de adeptos en muchos países. Para los ecologistas, es un gran
referente en los asuntos de las ciudades y el medio ambiente. Bookchin anticipa
lo que escribirá en ese mismo año la bióloga Rachel Carson, en su famoso libro La
Primavera Silenciosa en el que denuncia con rigor científico y con pasión
por la defensa de la Naturaleza y la Humanidad, el uso de plaguicidas químicos-
el DDT-, por sus efectos sobre los animales en la cercanía de los grandes
monocultivos de alimentos o desiertos verdes de la agroindustria.
Muchos consideran a Rachel Carson
como la primera ecologista del mundo, por la manera en la que manejó el
conocimiento científico, con una gran sensibilidad por la Naturaleza: fue una
gran educadora.
La crítica que ella realizó de la
agroindustria sigue viva: los monocultivos de alimentos son enemigos de la
ecología y la salud de los consumidores: para operar, exigen demasiados
productos químicos, sin embargo, hoy dependemos como nunca antes de la muy
contaminante agroindustria y apenas estamos empezando a combatir el glifosato
después de más de 40 años de su utilización. En los asuntos del campo estamos
muy entrampados: ahora el campo tiene mayor contaminación del aire, del agua y
los suelos que las ciudades.
En 1965 aparece en Ámsterdam un
gran movimiento contracultural, contra la creciente circulación de autos en esa
ciudad- el movimiento PROVO de resonancia internacional, basado en el humor
absurdo y la no violencia, que crea eventos artísticos y los planes blancos,
como la obstaculización de la circulación de autos en la zona central de la
ciudad y la colocación de bicicletas blancas disponibles a quien quisiera
utilizarlas.
Este movimiento tan creativo
establece las bases de lo que después serán, a partir de los años 70, las or
ganizaciones que defienden la
caminata en la ciudad o al peatón y el uso de la bicicleta y luchan contra el
uso excesivo del auto en la ciudad o contra el auto particular que requiere dos
estacionamientos en la ciudad y solo circula en promedio 3-4 horas al día y
también, contra el uso excesivo del transporte urbano, o la pérdida de tiempo
en días de trabajo en el transporte urbano ( 4 o 5 horas perdidas) y el
desarrollo urbano centrado en el uso excesivo del auto y de los transportes
colectivos.
No sólo los movimientos pacifistas,
antinucleares, anti químicos, anti basura y anti automóviles preparan la
emergencia de las organizaciones en la defensa del medio ambiente, también lo
hacen: el movimiento naturalista que siempre ha existido en todos los países y
en todas las épocas, y los grandes movimientos contraculturales, como el
movimiento Hippie, la Internacional Situacionista, el movimiento del 68, el
movimiento contra la guerra de Vietnam.
Algunos autores notables fertilizan el terreno de donde van a nacer las
organizaciones ambientalistas y las ecologistas de los países “desarrollados”:
Huxley, Orwell, Marcuse, Iván Illich, Barry Commoner, Serge Moscovici, Rene
Dumont, Jacques Ellul, Leopoldo Kohr, Denis de Ruguemont, JK Galbraith; Paul
Goodman, EF Shumacher, entre otros.
En los años 60, los directores de
las grandes empresas transnacionales llegaron a estar tan preocupados por los
asuntos ecológicos o ambientales que en 1968 fundan el Club de Roma (a
iniciativa de Peccei de la FIAT) y en 1970 ordenan al Massachussets
Institute of Technology MIT, una investigación que sería publicada en 1972,
sobre Los Límites del crecimiento, informe que ha sido considerado el
más subversivo del siglo XX. En EEUU, el
país que en esos años había ya producido más contaminaciones en la historia, se
celebró por primera vez el Día de la Tierra, el 22 de abril de 1970, con la
participación de más de 20 millones de personas. En 1970 nacen las primeras
grandes organizaciones en defensa del medio ambiente, con apoyos privados: Friends
of the Earth y Greenpeace.
Ante el creciente descontento
social en los países del “primer mundo” o “desarrollados”, por
las contaminaciones de suelos, aguas y aires y la desertificación y pérdida de
biodiversidad, las Naciones Unidas convocan en 1972 la Primera Conferencia
Mundial del Medio Ambiente en Estocolmo. En esta ciudad, fuera de esta “Cumbre
de la Tierra”, decenas de miles de activistas empiezan a protestar por la
poca voluntad de los gobiernos poderosos, para actuar en la defensa del Medio
Ambiente: se empieza a gestar el movimiento ecologista que en los siguientes
años crecerá y realizará grandes manifestaciones debido a la construcción de
muchas centrales nucleares, particularmente en Francia y en EEUU- las centrales
nucleares unificarán a muchas corrientes en defensa del medio ambiente- y de
esta manera conformará grandes redes y organizaciones políticas (partidos
verdes) y adoptará las más radicales posiciones en defensa de la “ecología”.
También, los gobiernos europeos empezarán a crear los ministerios del Medio
Ambiente o “ministerios de lo imposible”, de acuerdo a Robert Poujade, primer
ministro del Medio Ambiente de Francia (1971).
Por otra parte, al iniciar los años
70s llegaba a su fin ese período que los economistas han llamado “Los
Treinta Años Gloriosos” (1945-1975), por el gran crecimiento económico y
pleno empleo que se lograron en estos años en los países industrializados y en
algunos otros en proceso de industrialización, como México. Empezaba la era del
desempleo, la precarización del empleo, el Final del Petróleo
Barato(convencional) y el fracaso de las políticas de desarrollo de los países
productores de materias primas(colonizados o dependientes de las tecnologías de
los países ricos y poderosos)También empezaba, entre los círculos políticos más
poderosos de EEUU, la aceptación generalizada de un nuevo pensamiento económico
para hacer crecer la economía de ese país y las de otros países “desarrollados”
que iba a sustituir al keynesiano vigente: aparece la “ideología” o
doctrina neoliberal que prioriza el fortalecimiento de los mercados, con el
apoyo del Estado.
Esta nueva doctrina o “ideología”
proponía hacer crecer la economía a como diera lugar, para arreglar
posteriormente la desigualdad y los asuntos del Medio Ambiente, inclusive, por
medio de una gran violencia contra sociedad, la cultura, el Medio Ambiente y la
Naturaleza: la doctrina del shock, para desmantelar el Estado social. El primer
ensayo de esta nueva “ideología” política se realizó, por medio de un
golpe de Estado en Chile (Pinochet- 1973) y luego, con los resultados de esta
experiencia, se aplica en Inglaterra, con el gobierno de la Sra. Margaret
Thatcher, a finales de los años 70 y a principios de los años 80, en EEUU, con
el gobierno de Ronald Reagan.
A consecuencia del surgimiento del
ideario neoliberal, en los años 70 se polarizaron las nacientes organizaciones
para la defensa del medio ambiente: por un lado, los gobiernos de los países “desarrollados”
se vieron obligados a adoptar las propuestas individualistas y tecnológicas de
las empresas multinacionales y las grandes universidades de sus países y
adoptaron el nombre de “ambientalistas”, y por otro lado, las
organizaciones sociales- indígenas, campesinas y otras que querían un cambio en
la visión del mundo-un cambio epistemológico- o una “descolonización del
imaginario social” que pudiera conducir a una sociedad post desarrollo o
post industrial y que adoptaron el nombre de “ecologistas”.
Primera parte. Las organizaciones sociales en la defensa
de medio ambiente
Con base en los apuntes de la conferencia del 5 de junio de
2023, por el Día Mundial del Medio Ambiente, en el teatro Matamoros de Morelia,
Michoacán
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