En torno a las críticas de AMLO contra los “seudo ambientalistas” o los “seudo ecologistas” y las críticas de la oposición a su gobierno.
Miguel Valencia Mulkay
10 de marzo de 2024
Las frecuentes críticas virulentas de AMLO en sus mañaneras, contra ambientalistas o ecologistas, me parecen están cerca del infundio y la calumnia; por el tono de sus palabras me parece que revela el poco conocimiento que me parece tiene de estos movimientos sociales y un gran desprecio por el ambientalismo o el ecologismo en general.
Me parece que pone de manifiesto que le duele mucho lo que dicen vecinas y vecinos contra las grandes obras o megaproyectos que construye: madres, mujeres, jóvenes indígenas, campesinos, artesanos, trabajadores, artistas, profesionistas, ciudadanos que tienen sensibilidad ambiental y/o información sobre el impacto de estas obras y que frecuentemente han sido previa y malévolamente calificados de “ambientalistas”, por constructores, periodistas o funcionarios, y también, lo que dicen ambientalistas o ecologistas declarados: ellas y ellos critican las grandes obras que construye- los megaproyectos-, por los daños enormes que hacen al ser construidos o que pueden hacer en los próximos años contra el equilibrio ecológico o cultural de los territorios afectados.
Estas críticas vecinales y especializadas parecen contradecir sus certidumbres o creencias políticas en favor del Desarrollo o el Progreso o el Crecimiento Económico, y por supuesto sus intereses políticos y por ello hace estas críticas virulentas en sus mañaneras. Nos hace pensar que hay algo de verdad en lo que dicen estos vecinos calificados de “ambientalistas” o estos ambientalistas o ecologistas declarados.
Algunos de estos vecinos “ambientalistas” y algunos artistas, ambientalistas o ecologistas creen que hay algunos impactos socio ambientales excesivos en alguno o algunos megaproyectos, como el Tren Maya o el Corredor Transístmico o el AIFA o el NAIM de Texcoco o la Refinería Dos Bocas.
Por otro lado, varios movimientos sociales y ciertos ecologistas o ambientalistas creemos que, con fundamento en sus antecedentes similares y/o en análisis y estudios multidimensionales internacionales, todos los megaproyectos tienen un intolerable impacto socio ambiental y por ello no deben construirse.
Podemos demostrar que por décadas hemos calificado a estas obras como “megaproyectos de muerte”.
En cambio, AMLO cree que sus megaproyectos no tienen demasiados impactos socioambientales; que los supuestos beneficios económicos que podrían tener son mucho mayores a los daños y perjuicios irrevocables que podrían generar en las próximas décadas.
En 1989, la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos Ecologista adoptó el lema “No a los megaproyectos”, como reacción a la introducción en el debate político del concepto neoliberal de “megaproyecto”, realizado por Carlos Salinas de Gortari, en su propaganda como candidato y como presidente, para calificar las obras mayores que pensaba realizar en su sexenio, como la autopista del Sol a Acapulco.
En 1990, por la convocatoria de la comisión del Valle de México de este Pacto se somete a consulta el Consenso del Anáhuac a lo largo de más de 6 meses entre ecologistas y otros grupos del movimiento urbano popular de la ciudad de México; se adoptó el lema “No a los megaproyectos”. Hay un documento al respecto.
En 1991, por primera vez utilizamos las primeras argumentaciones generales o comunes contra los megaproyectos en el debate que sostuvimos con el ingeniero Heberto Castillo, por su propuesta de construir grandes ventiladores al sur de la ciudad de México para sacar hacia Cuernavaca la contaminación del aire.
El Foro Regional Ecologista del Valle de México, fundado en 1991, con el fin de participar en el Foro Social de la Cumbre de la Tierra de Río, 1992, participó en la denuncia de al menos 8 megaproyectos en esta cuenca o ecorregión hasta su refundación en 2005, como ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México.
En 1992, algunos ecologistas españoles nos invitaron a participar en el Congreso Mundial de Energía de Madrid. En el Foro Regional acordamos presentar en el salón de Transporte de ese congreso la denuncia contra el megaproyecto de Salinas de Gortari “Tren Magnético” – más tarde “Tren Elevado” entre Bellas Artes y Santa Mónica, en el Estado de México. La ambientalista gubernamental mexicana Regina Barba tuvo conocimiento de nuestra intención y presentó en ese mismo salón la defensa de este megaproyecto. Los ecologistas españoles asistentes en este salón nos dieron la razón. El megaproyecto fue cancelado dos años después.
Posteriormente, presentamos ante la Procuraduría Federal del Medio Ambiente y o los amigos de nuestro grupo o periodistas, críticas formales contra la Cuarta Etapa del Sistema Cutzamala, la carretera La Venta-Colegio Militar, el WTC, el proyecto Alameda, la línea B del Metro, el estadio Cruz Azul en la ciudad deportiva de la Magdalena Mixhuca; el proyecto de Vicente Fox para nuevo aeropuerto en la cercanía de Texcoco; el segundo piso en el Viaducto y el Periférico.
Desde tiempos inmemoriales, la sensibilidad naturalista que rechaza abiertamente el daño realizado por el ser humano contra plantas o animales ha estado presente en mayor o menor medida entre las vecinas y vecinos y entre los artistas o artesanos de las ciudades y de los pueblos, barrios o colonias de todos los países.
Habitualmente, estos vecinos o artistas o artesanos sensibles ante la devastación ambiental no se reconocen como ambientalistas o ecologistas, sin embargo, en México ciertos constructores, periodistas y funcionarios públicos indebidamente o malévolamente los etiquetan de ecologistas o ambientalistas.
Desde hace algunas décadas, el Dr. Joan Martínez Alier de la universidad autónoma de Barcelona, ha calificado a las protestas de indígenas, campesinos, artesanos y estos vecinos de pueblos y barrios que defienden el medio ambiente de sus comunidades de “ecologismo de los pobres” o de “ambientalismo de los pobres”
Por otra parte, el ecologismo y el ambientalismo, son luchas políticas que parten de muy diferentes principios filosóficos en la lucha contra las contaminaciones, la devastación de los Suelos, las Aguas y los Aires y la rápida desaparición de la diversidad biológica y el mal uso de la riqueza natural del territorio, no obstante, ambos movimientos son producto del catastrófico estado del medio ambiente en el mundo desde hace al menos medio siglo: son producto del colapso del clima y del equilibrio ecológico global
Ciertamente, hay algo de razón en las críticas de AMLO contra ambientalistas y casi nada contra los ecologistas: en México somos muy pocos los grupos sociales que nos reconocemos como ecologistas: el PVEM ha degradado mucho la idea de lo significa el ecologismo en México. Muy lamentable que la Sra. Claudia Sheinbaum se haya visto obligada a defender su alianza con este deplorable partido político.
AMLO tiene mucha razón en sus críticas contra ambientalistas en lo que concierne a los ambientalistas profesionales que han trabajado en la SEMARNAT y las secretarías del Medio Ambiente de la ciudad de México y de los estados: han sido los grandes protectores de las depredaciones ambientales de México: han autorizado horrendas manifestaciones de Impacto Ambiental a modo de los grandes contaminadores, con el apoyo de bufetes y despachos ambientalistas que fabrican estas manifestaciones a modo del constructor, como las que se han hecho para construir el Tren Maya, el Corredor Transístmico, AIFA, Dos Bocas.
Las vecinas de Cancún que en 1986 crearon el grupo ecologista GEMA, para luchar entre otros asuntos, contra el megaproyecto CALICA- Vulcan, no pudo prosperar en varios años, por la férrea defensa que han tenido todos los megaproyectos que se han construido en México de parte de los ambientalistas de la SEMARNAT y las entidades que le antecedieron.
Habría que preguntarle a AMLO ¿dónde estaba usted mientras los ambientalistas de la SEMARNAT y de las secretarías del Medio Ambiente de los estados, incluyendo la ciudad de México, protegían todos los megaproyectos que se han construido en el país, incluyendo CALICA-Vulcan y el Segundo Piso en el Viaducto y el Periférico y el Tren Maya?
Por lo que concierne a las críticas y acciones judiciales contra los megaproyectos de AMLO, realizadas por organizaciones ambientalistas formales tipo Asociación Civil o ONG o IAP, creo que en efecto ha habido un cierto sesgo ideológico y político de este tipo de entidades debido a los fondos que reciben de agencias del Depto. de Estado de EU o de la Unión Europea o de Alemania o Inglaterra o de grandes fundaciones de estos países o de México.
En mi opinión, algunos de ellos han sido muy radicales en sus críticas contra los megaproyectos de la 4T cuando en sexenios anteriores fueron más bien tolerantes o inclusive celebraron la construcción de megaproyectos de los gobiernos pasados. No obstante, han aprovechado el evidente error de AMLO, de construir megaproyectos cuando estas obras han sido denunciadas en México, por más de 30 años. En las luchas políticas, los políticos oportunistas, como los ambientalistas opositores de AMLO, buscan los grandes errores de sus adversarios o enemigos.
Como el feminismo, o el movimiento de los pueblos indígenas u originarios, dentro del ecologismo o el ambientalismo hay mucha diversidad de opiniones que AMLO no quiere reconocer. Tal parece que cree que casi todos los vecinos o los artistas e integrantes de la cultura o ambientalistas o ecologistas que protestan contra obras públicas- por motivos socio ambientales- pertenecen a una secta o una red política secreta que los coordina, para rechazar las obras públicas que “se realizan en beneficio de los pobres”.
AMLO tampoco quiere reconocer que hay profundas diferencias filosóficas y políticas entre los ambientalistas profesionales y los ecologistas en resistencia contra la sociedad de crecimiento. Los primeros tienen mucha fe en la ciencia y la tecnología, para mitigar las contaminaciones y el mal uso de las riquezas naturales del territorio mientras que los segundos tenemos mucha fe en la descolonización del imaginario social y el cambio de axiomas o certidumbres, como manera de hacer el cambio hacia una sociedad post desarrollo, post industrial.
Por otro lado, en las últimas décadas, las universidades mexicanas han producido una gran cantidad de ambientalistas profesionales (ingenieros, arquitectos, abogados, biólogos, economistas, científicos, ambientalistas) que rara vez manifiestan sus opiniones en público: trabajan principalmente para el gobierno o multinacionales y sus convicciones profundas sobre el medio ambiente y sus propuestas son bastante cuestionables.
Hoy día, la gran mayoría de los empresarios, los políticos, los académicos y los profesionistas tienen al menos una coartada ambientalista, sin embargo, sólo una pequeña minoría de ellos tiene verdaderas convicciones ambientalistas.
En el caso de los artistas de TV que hacen denuncias contra obras gubernamentales, como el tramo 5 del Tren Maya, con un fuerte sesgo político, me parece que lo hacen principalmente por las presiones de los grandes empresarios que controlan estos medios de manipulación masiva. No obstante, es un grave error la colocación de más de 15,000 pilotes atravesando los cenotes de la Riviera Maya, para hacer rodar el mal llamado Tren Maya.
ECOMUNIDADES ha rechazado la construcción de los megaproyectos de AMLO, desde su aparición en la opinión pública, muy especialmente: el Tren Maya, el Corredor Transístmico, la refinería Dos Bocas, el aeropuerto AIFA.
Además, en los últimos 5 años, ECOMUNIDADES ha criticado el muy peligroso negacionismo climático del gobierno de AMLO: se ha negado a reconocer la emergencia climática y ambiental, lo que podría tener un enorme costo humano y económico en los próximos años. No alertar a la sociedad mexicana sobre las posibles consecuencias del colapso climático constituye un gravísimo error del gobierno de AMLO.
La crítica que ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México ha realizado contra el Tren Maya y otros megaproyectos impulsados por el gobierno de la 4T, ha sido consistente con sus más de 30 años en la crítica y denuncia de megaproyectos. Algo similar podemos decir de nuestro reclamo por el negacionismo climático de este gobierno. No es un ataqué contra todo lo que hace este gobierno.
Por otra parte, ECOMUNIDADES reconoce grandes aciertos de AMLO en asuntos ambientales, como lo son:
· El rechazo de su gobierno al uso del glifosato y las semillas transgénicas u OGM; es el primer gobierno mexicano que hace la denuncia del glifosato y emprende acciones, para eliminarlo lo más rápidamente posible, y es también el primer gobierno en denunciar las muy nefastas semillas transgénicas promovidas por anteriores gobiernos mexicanos al servicio de gobiernos extranjeros. AMLO ha realizado la mejor defensa del maíz en el último medio siglo. Esto entraña un cambio radical con respecto a la alimentación, la agricultura, el medio ambiente. Un cambio de este tipo era impensable en los anteriores gobiernos mexicanos de este siglo.
· El rechazo de su gobierno a la aplicación de la tecnología fracking en la extracción de gas y petróleo, por el excesivo daño ambiental que ocasiona. Es el primer gobierno mexicano que adopta esta revolucionaria decisión que era impensable en gobiernos anteriores. Su gobierno ha resistido la enorme presión de las grandes petroleras y de los gobiernos de EU y Canadá, para conseguir la aplicación del fracking en México.
· El rechazo de su gobierno a la Reforma Energética de Peña Nieto, una reforma hecha a espaldas de la sociedad mexicana, por medio de grandes sobornos. Una muy calamitosa reforma constitucional.
· El rechazo de su gobierno a La Ley de Ciencia y Tecnología impuesta por los gobiernos de Calderón y Peña Nieto y el funcionamiento de CONACYT en esos gobiernos anteriores. Sacar a la ciencia y la tecnología del control de empresas multinacionales y grandes empresarios mexicanos y crear la nueva Ley de Humanidades, Ciencia y Tecnología ha sido un gran acierto de AMLO y de la Dra. Elena Alvarez-Buylla.
· El rechazo de su gobierno a las ideas neoliberales que han dominado a la política mexicana desde hace más de cuatro décadas:
· El rechazo de su gobierno a dar mucha importancia a los megaproyectos de solares y eólicas; no son la mejor respuesta, para Salir del Gas y el Petróleo.
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