1980-2000 Recuperación del crecimiento económico global con el neoliberalismo y el nacimiento de una nueva globalización.
SOBRE LOS ESCOMBROS DEL
CRECIMIENTO EMERGE EL DESCRECIMIENTO
Tercera parte
Por Miguel Valencia
Mulkay
7 de julio de 2022
En las últimas dos décadas del siglo XX se logra una cierta
recuperación del crecimiento económico global, con fundamento en las brutales
reformas y políticas neoliberales y el crecimiento económico de China y otros
países asiáticos. Esta recuperación tuvo como antecedente inmediato grandes
acontecimientos de los años 70, tales como:
·
La reactivación del
crecimiento económico de EU realizado por Nixon en 1971, por medio de una
devaluación del dólar provocada por el abandono del patrón oro (Acuerdo de
Breton Woods)
·
La primera gran crisis del
petróleo entre 1973 y 1979, debida al fortalecimiento de la OPEP y el
agotamiento del petróleo convencional en EU.
·
La introducción de una
economía capitalista dentro de un estado comunista, como lo es China (1977,
Deng Xiaoping) y la adopción del modelo japonés de crecimiento en países como
Corea del Sur, Vietnam, Tailandia y en parte, en India.
·
Las experiencias
derivadas del ensayo piloto de reformas y políticas neoliberales, por medio de
la dictadura pinochetista en Chile y luego, la de Argentina y de los primeros
años del gobierno autoritario de Margaret Thatcher (La doctrina del Shock-
Naomi Klein).
·
El gran endeudamiento de los países dizque en desarrollo,
como México, impulsado por la necesidad de reactivar su crecimiento económico y
la abundancia de petrodólares en bancos de EU.
En los últimos dos siglos, la economía industrial ha resuelto sus
crisis de crecimiento, por medio de dislocamientos de la producción y el
consumo; por medio de muy sangrientas revoluciones que entrañan una fuga hacia
adelante: en lugar de un cambio o corrección en sus principios, un mayor rigor
en su aplicación. Hacia el final de los 70, los gobiernos más
poderosos perciben ya la necesidad de crear una nueva globalización, para evitar
por más tiempo la recesión o el decrecimiento, con el apoyo de diversas tecnologías,
especialmente, de información y comunicación y con nuevos tipos de
industrialización; también, perciben ya los límites de la riqueza natural del mundo
(recursos no renovables; agotamiento del petróleo convencional o pico del
petróleo) y la creciente inconformidad de las sociedades de crecimiento ricas y
poderosas, con las contaminaciones producidas por la industria. Empieza a fortalecerse
globalmente el ambientalismo o defensa de Mi Ambiente: No en mi patio
trasero.
En los 80 se reconoce ya un Norte global: países ricos y poderosos que
explotan sin medida las riquezas naturales, culturales y sociales de un Sur
global: países empobrecidos, por el gran endeudamiento internacional derivado
de los “programas para el desarrollo” de las décadas anteriores. El Norte global
se desentiende del fracasado desarrollo de los países del Sur global y de la miseria
en sus propios países: se necesitarían más de 7 planetas Tierra, para hacer
universal el modo de vida “desarrollado”. En los países del Norte global
crece un Sur global (la pobreza y la miseria) y en los países del Sur global crece
un Norte global (la riqueza extrema de unos pocos) Se dispara el desempleo en
el Norte y en el Sur globales. Se vuelve supernumerario el 80% de la población
humana.
Entre las primeras medidas neoliberales orientadas a reactivar el
crecimiento económico estuvo el ataque brutal al mundo del trabajo: la Thatcher
y Reagan descargan fuertes golpes a los grandes sindicatos de sus países que
logran reducir radicalmente el poder político de estas organizaciones y las
condiciones económicas de sus trabajadores; por otro lado, se introducen nuevas
políticas y prácticas en la administración de las grandes corporaciones, con el
fin de obtener la máxima productividad y competitividad y la “Calidad de
Clase Mundial” . Se colocan las utilidades de las empresas como la máxima
prioridad de la dirección- los directores de empresas empiezan a ganar fortunas
en un solo año de trabajo y la gran mayoría de sus empleados a perder
rápidamente poder adquisitivo: la violencia laboral conoce nuevos máximos
históricos: se introducen tecnologías industriales para automatizar, como la
robótica o la mecatrónica que pueden eliminar gran cantidad de puestos de
trabajo; se eliminan gran cantidad de empleos por medio de poderosas tecnologías
de administración (método Jack Welch) y se trasladan gran cantidad de
industrias a China, India, Pakistán, México. Las viejas grandes ciudades
industriales como Liverpool, Manchester, Detroit, Cleveland, Pittsburg,
Filadelfia, Lyon, Barcelona, Torino, Porto Marghera (Mestre-Venecia) ven cerrar
casi todas sus grandes industrias.
Las tecnologías de extracción se tornan mucho más depredadoras: se
eleva enormemente el uso de agroquímicos en la agricultura, como el glifosato (revolución
verde) y su automatización electrónica; la minería adopta tecnologías de tajo
abierto y gran uso de venenos químicos como el cianuro; crece mucho la extracción
de petróleo no convencional de muy alto riesgo e impacto ambiental: perforación
en aguas someras(Cantarell- Ixtoc-México) y profundas (Mar del Norte), la
extracción de petróleo en las arenas bituminosas en los grandes bosques de Alberta
en Canadá y los ensayos para fracturar esquistos bituminosos del subsuelo por
medio de grandes inyecciones de aguas, con productos químicos, para perfeccionar
la técnica del fracking; las centrales nucleares se multiplican por el
mundo hasta que el accidente de Chernóbil(1986) cambia radicalmente su
situación.
Frente a un horizonte de hidrocarburos cada década más caros
(agotamiento del petróleo convencional), se inician las grandes inversiones en
el desarrollo de la extracción de gas y petróleo no convencional y las
“energías limpias” (solares y eólicas gigantescas) Los megaproyectos empiezan a revelarse como
una gran inversión, si se construyen con acuerdos gubernamentales y tratados de
inversiones, favorecidos por la emergencia de gobiernos neoliberales en el Sur
global, elegidos con un fuerte apoyo de los gobiernos del G-7 y de técnicas
para la manipulación de las opiniones ciudadanas, creadas en el Norte global. En
su campaña electoral de 1988 Salinas de Gortari anuncia la construcción de
varios megaproyectos.
En estos años comienza el rápido escalamiento de las cuotas de la
educación y los estudios superiores; los costos de las medicinas y las tarifas
y honorarios en los servicios médicos; las tarifas del transporte urbano y los
servicios de municipales de agua potable. Sólo una pequeña parte de los jóvenes
logra tener acceso a un empleo bien pagado. Otros se quedan endeudados por
décadas, para pagar sus estudios superiores. Familias se ven obligadas a vender
su casa para pagar los gastos médicos de alguno de sus integrantes. El
consumismo empieza a colonizar intensamente el tiempo libre. Los gobiernos
impulsan la omnimercantilización del mundo: las personas (capital humano), los
órganos, el agua, el aire, los servicios públicos, las playas, los bosques, las
selvas, los mares, los bienes comunes, todo debe convertirse en mercancía. El
agua embotellada se convierte en el Oro Azul: un litro de agua embotellada resulta
más caro que un litro de gasolina.
A principios de los 80, EU logra reducir el precio del petróleo, por
medio de acuerdos con las monarquías y dictaduras árabes, la extracción de
petróleo en aguas someras y profundas y en arenas bituminosas (Canadá) y la
guerra Irán-Iraq, entre otras acciones. Con este esfuerzo quiso no solo
favorecer el crecimiento global, también quiso debilitar a la Unión Soviética
cuya existencia, sostenida en la venta de petróleo, frenaba una mayor
explotación de los trabajadores en el “mundo libre” y estorbaba para la
introducción de la nueva globalización. Lo consigue al empezar los 90, con la Caída
del Muro de Berlín. Las patronales del mundo reaccionaron inmediatamente y parece
que dijeron En los próximos años habrá que trabajar el doble para ganar el
mismo salario, lo que pronto lograron. En adelante aumentan las
horas de trabajo mensuales y se reducen mucho los ingresos y las prestaciones
de los trabajadores. Tal como lo predijo Hannah Arendt en 1958 Nada es peor
que una sociedad hecha para el trabajo en la que no hay trabajo. La
economía informal se convirtió en la gran salida para los perdedores en esta
guerra: la mayor parte de la población (en México ha llegado a ser del 60% de
la fuerza de trabajo) Se eleva rápidamente el consumo de drogas, la
criminalidad y por supuesto, se fortalece mucho el crimen organizado.
La brutal devastación del mundo del trabajo y el nuevo crecimiento
económico realizados por las políticas neoliberales disparan las disfunciones
sociales: se triplican las personas en la cárcel en los países de la OCDE. Los
médicos franceses estiman en 3% del PIB de su país el costo del stress. Se
desploma el “bienestar” en el Norte global y se eleva enormemente la
violencia intrafamiliar, escolar, laboral y urbana, la toxicomanía, las
depresiones, los suicidios (muy por arriba de los homicidios y las víctimas de
guerra), las conductas de riesgo. La miseria moral de los opulentos escala a
niveles inauditos.
La contaminación global producida por Chernóbil, el reconocimiento de
la catástrofe climática y ecológica, los peligros de la era nuclear y otras
nuevas tecnologías, según Ulrich Beck revelan la entrada en una nueva
modernidad, La Sociedad del Riesgo (1986). Por su parte, Iván
Illich, al finalizar los años 80, anuncia el advenimiento de una nueva era, La
Edad de los Sistemas, en la que el ser humano se vuelve parte de los
nuevos sistemas; ya no hay ventanas, para ver fuera del sistema. Triunfa el
Hombre Unidimensional descrito por Marcuse en los 60: la economía se vuelve
religión.
En los 80 China empieza a crecer con tasas de dos dígitos a costa de un
terrible sufrimiento humano, por la brutal eliminación de su campesinado, un
crecimiento que sostiene hasta hace pocos años. Desarrollando sus propias tecnologías y
aprovechando la nueva globalización y sin tratados de libre comercio, Corea del
Sur, Vietnam, Tailandia e India despuntan como grandes potencias comerciales.
Asia empieza a fortalecer sus relaciones económicas con Europa, debilitando las
relaciones trasatlánticas (NATO) .
A principios de los 90, el Norte global pudo contar con los elementos
técnicos y políticos para impulsar una nueva globalización que le permitiera
hacer más “sostenible” el crecimiento económico global: Con fundamento en avances
informáticos de los 70 y 80, se crea en 1992 la WWW o Word Wide Web que en 1995
se volvería de acceso a las personas de muchos países. La Caída del Muro de Berlín abría la
posibilidad de integrar a las antiguas repúblicas soviéticas y socialistas de
la Europa Oriental a la Comunidad Europea de Libre Comercio: en 1992 se firma
el Tratado de Maastricht, para hacer posible la Unión Europea. En 1990, EU y
Canadá le proponen a un México gobernado por un presidente neoliberal, Salinas
de Gortari, impuesto por estos países, por medio de un fraude electoral, firmar
un tratado de libre comercio. Sin mayor problema, este tratado leonino sería
firmado a finales de 1992 y entraría en vigor el 1 de enero de 1994, con la fuerte
oposición de grupos indígenas (rebelión zapatista en Chiapas), campesinos (La
Vía Campesina), ecologistas, sindicalistas y otras organizaciones sociales.
En el famoso NAFTA, Estados Unidos no queda sujeto a las practicas del
derecho internacional o sujeto a las leyes de otros estados; algo muy peculiar
en un “tratado”. Se intensifica así, el saqueo de la riqueza natural, cultural
y social de México y su dependencia de estos muy poderosos países que
rápidamente exigen cambios constitucionales que permitieran a sus empresas
transnacionales realizar la extracción en gran escala de metales, petróleo,
agua, tierras (Calica), maderas e imponer el uso de sus tecnologías en el campo
(semillas transgénicas) y en la ciudad y eliminar al campesinado mexicano. En
la década de los 90, más de 10 millones de campesinos mexicanos se ven
obligados a migrar principalmente a EU y Canadá y más de un millón de jóvenes
con buena educación superior hacen lo mismo. La mayor parte de la pequeña y
mediana empresa mexicana desaparece.
En su libro El Horror Económico de 1996, Viviane Forrester
denuncia el engaño, la burla y la culpabilización que los economistas, los políticos
y los empresarios les hacían en esos años a los desempleados, haciéndoles creer
que era posible y probable tener en esta nueva época neoliberal un trabajo
digno y pasablemente bien remunerado para la mayor parte de las personas que
tienen capacidad de realizarlo y que era su falta de actitud y preparación la
razón de su desempleo. Ella dice: la sociedad hecha para vivir de un empleo ha
muerto. Denuncia la tragedia que
significa el desempleo para quien lo sufre y para la sociedad en su conjunto. Con
el neoliberalismo, el empleo se empieza a precarizar y a finales del siglo XX, la
mayor parte del empleo en Occidente, es ya empleo precario, deleznable. Las
migraciones de los países del Sur global al Norte global crecen a grandes tasas
al mismo tiempo que crecen en el mundo las dificultades, los obstáculos, para migrar
y para viajar a los países opulentos.
En las últimas dos décadas del siglo XX, el crecimiento económico de solo
un punto porcentual necesitó cada vez más devastación climática, ecológica,
ambiental, cultural, social, económica, política y simbólica; necesitó de mucha
más muerte, enfermedad, contaminación, destrucción ecológica, exclusión y
violencia política y económica.
¡Descrecimiento o
colapso!
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