2000-2010 Nace en Francia el movimiento contra el crecimiento sin límites; aparece una nueva manera de hacer la guerra y estalla en 2008 el crack de Wall Street que hace naufragar la fe neoliberal en los mercados
SOBRE LOS ESCOMBROS DEL
CRECIMIENTO EMERGE EL DESCRECIMIENTO
Cuarta parte
Miguel Valencia Mulkay
30 de julio de 2022
Varios acontecimientos
de la última década del siglo XX tendrán un gran efecto sobre el crecimiento
económico global de la primera década del siglo XXI y hasta nuestros días:
·
La Batalla de Seattle: entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre de
1999, decenas de miles de activistas toman por asalto las calles de esa ciudad
de EU y hacen fracasar la Ronda del Milenio de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), con la participación de sindicalistas, estudiantes,
ecologistas, feministas, anarquistas, comunistas, religiosos, defensores de los
derechos humanos: “altermundistas”. Había ya bastantes datos contra el
neoliberalismo; se conocía bastante el “lado oscuro de la nueva globalización”.
Empiezan a defeccionar grandes
defensores de la globalización neoliberal, como Soros, Stiglitz y J. Sachs.
·
En 1999, el presidente Clinton apoya las demandas de quienes,
ante la baja rentabilidad de la producción industrial, quieren hacer grandes
apuestas financieras: cancela la vieja Ley Glass Steagall para apoyar
la desregulación de las actividades financieras. Sienta las bases para la gran
crisis financiera de 2008.
·
La brutal globalización en ascenso en esta década provoca desde 1994 diversas
crisis financieras que llevan a la pobreza a cientos de millones de personas:
el efecto Tequila, el efecto Caipiriña, el efecto Vodka, el efecto Arroz;
este último provocado por el FMI en el sureste asiático.
·
Desintegración de Yugoslavia y Checoeslovaquia en 1991, por las
maniobras políticas de EU, Alemania y Francia contra Rusia y su área de
influencia; guerra de Bosnia y Croacia.
·
Desintegración de la Unión Soviética en 1991, golpeada por Chernóbil y
las maniobras políticas de EU: se inicia el mundo unipolar.
·
Desde 1990 se aplica con rigor en muchos países, especialmente de
América Latina, el Consenso de Washington: las recetas para hacer crecer el PIB
de los países del Sur Global, del FMI, Banco Mundial, BID, Departamento del
Tesoro de EU. (disciplina fiscal, reducción del gasto público, liberaciones de
tasas, comercio e inversiones, privatizaciones y otras)
·
Primera Guerra Postguerra Fría o Primera Guerra del Golfo (Irak), en
1990, para empezar a controlar el resto de las grandes reservas de petróleo convencional
(de bajo costo de extracción) en el Medio Oriente y ensayar nuevas formas de
hacer guerras en el mundo, en favor del crecimiento económico global.
En México, en esta
última década del siglo XX se dan ciertos acontecimientos de importancia para
el crecimiento económico global:
·
El colapso económico de 1994 o “error de diciembre” que estalla a unos
días de iniciada la presidencia de Zedillo debido al impago de grandes deudas contraídas
por el gobierno mexicano, para diferir la crisis (Tesobonos). Clinton rescata a
este gobierno, a condición de que aplique rigurosamente las recetas del
Consenso de Washington que implican entregar la economía mexicana a los grandes
capitales mexicanos y extranjeros, llevar a la pobreza y a la miseria a cientos
de miles de familias mexicanas, obligar a migrar a millones de mexicanos y que,
además, extreman el saqueo de la riqueza natural y cultural de México y una
intensa devastación ambiental.
·
La rebelión indígena zapatista del 1 de enero de 1994 en las Cañadas,
los Altos y el Norte de Chiapas, el mismo día de entrada en vigor el TLC-Nafta,
apoyada por una gran cantidad de organizaciones civiles y sociales de México y
de otros países.
·
En los primeros años de esta última década, aparecen varios supermillonarios
mexicanos en la revista Forbes (La lista de los hombres más ricos del mundo):
Carlos Slim, German Larrea, Alberto Bailleres, Roberto Hernández y otros. Algo
insólito: se confirma que la creación de riqueza crea la pobreza y la miseria.
La primera década del
siglo XXI se estrena con una avalancha de alertas globales de organizaciones,
como la ONU[1] ,
varias ONGs, el Pentágono, y diversos
autores que confirman la existencia de la “catástrofe productivista[2]”global,
advertida desde el principio del siglo XX, por diversos autores: la primera, en
2022, del científico Svante Arrhenius[3]
por el cambio del clima y luego, por el Informe del Club de Roma, Los
Límites del crecimiento de 1972, las vehementes advertencias de Rene Dumont[4]
de 1974 y por Pierre Thuiller[5]
en 1995.
Destacan en este período
las terribles advertencias de muy renombrados científicos mundiales como Sir
Martin Rees, astrónomo real del Reino Unido[6]
que concede a la Humanidad un 50% de probabilidades de sobrevivir este siglo, o
la de François Ramade[7]
sobre la desaparición de especies a una velocidad entre mil y treinta mil veces
más rápida a la desaparición de especies en otras edades geológicas y la muy
pesimista del ecologista Sir James Lovelock[8]
que concede muy pocas posibilidades a la supervivencia de la civilización.
En este contexto de
advertencias apocalípticas, un conjunto de pensadores que desde los años 70 habían
trabajado en Francia en la reflexión teórica sobre el Postdesarrollo,
con fundamento en las ideas de Nicholas Georgescu Roegen, Iván Illich, André
Gorz, principalmente, organizan en 2002, en la UNESCO de Paris, el coloquio Deshacer
el desarrollo Rehacer el mundo, donde se “lanza” la idea de la decroissance
que en México hemos traducido (ECOMUNIDADES) desde 2007 como descrecimiento
y en España han traducido como decrecimiento y en Italia,
como decrescita.
En este coloquio
histórico empieza a dominar la idea de que la “catástrofe productivista” o el
desquiciamiento ecológico, cultural, social, económico, político y simbólico
del mundo no tiene su origen en las ideas neoliberales o ultraliberales o la
globalización o la “economía formal” sino en la lógica del crecimiento
percibida como esencia de la economicidad[9]…No
se trata de sustituir una “buena economía” en lugar de “una mala economía” , un
“buen crecimiento” en lugar de un “mal crecimiento” o un “buen desarrollo” en
lugar de un “mal desarrollo”…; se trata de salir de la economía. Esta fórmula
generalmente no es comprendida por nuestros contemporáneos que no tienen
conciencia del hecho de que la economía es una religión[10].
Serge Latouche,
diplomado en ciencias políticas, filosofía y ciencias económicas, africanista emérito
de la universidad Paris-Sud (Orsay), figura principal de la Asociación La Línea
del Horizonte, que es organizadora principal de este coloquio, lanza el slogan
o consigna ¡decroissance!
que en 2003 se vuelve rápidamente objeto de debate público en Francia debido a
la publicación en Le Monde Diplomatique, del artículo de Latouche “Por
una sociedad de decroissance”. Los Verdes, la Confederación
Campesina, los Altermundistas o globalifóbicos de ese país muestran un gran
interés por esa consigna política.
En 2004 se funda en ese
país el periódico La Decroissance, El periódico de la alegría de vivir,
que hasta la fecha ha contribuido mucho a la difusión de esta consigna en ese
país y fuera de él. En los años siguientes aparecen movimientos similares en
otros países europeos tanto en la academia como entre las organizaciones
sociales.
Paul Aries, ligado al
periódico La Decroissance, publica en 2005 el libro Decroissance
ou barbarie (Descrecimiento o barbarie) que tiene gran impacto en ese país,
por su vigor. François Schneider, ingeniero industrial belga, hace una gira en
burro de unos seis meses por Francia, con la bandera de la decroissance. Se
multiplican los grupos locales que quieren luchar por esta causa en varios
países europeos.
Latouche, frecuentemente
designado como “teórico del descrecimiento” señala en su libro de 2006, La Apuesta por el Descrecimiento, Se trata de demostrar que, si bien un cambio
radical es una necesidad absoluta, la elección voluntaria de una sociedad de
descrecimiento es una apuesta que vale la pena de ser llevada a la práctica,
para evitar un regreso brutal y dramático[11].
Por
la iniciativa del activista François Schneider, se organiza en 2008 la Primera
Conferencia Internacional Degrowth (neologismo aprobado en este evento), que
tendrá lugar en Paris y buscará la equidad social y la lucha ecologista. Tiene el propósito de ligar movimientos de
varios países. En adelante, se celebrará cada dos años en diferentes países,
principalmente europeos.
El siglo XXI nos trae
una manera radicalmente nueva de hacer la guerra: el oscuro atentado contra las
torres gemelas del WTC sirve de base a los gobiernos del G-7, para hacer
grandes cambios globales, como hacer la “guerra preventiva”, “contra
el terrorismo”, “contra “estados canalla”: la seguridad nacional ahora destruye la
privacidad de las personas. Los poderosos del mundo están dispuestos a explorar
cualquier alternativa, por devastadora que sea, para hacer crecer la economía
mundial. Esta locura desemboca en la guerra de Irak (2003), declarada con
mentiras, para controlar el petróleo de ese país y evitar la venta del petróleo
en una moneda diferente al dólar; millones de personas mueren en esta guerra 7
años, incluyendo cientos de miles de niños, sin embargo, para evitar otro
Vietnam, se lleva al mínimo la presencia de cámaras y periodistas. Contra esta
locura, en 2006 nace Wikileaks.
La fe neoliberal o
sacralización de los mercados conoce su esplendor en los primeros años de la
primera década de este siglo, por el crecimiento económico global que consigue,
con fundamento en la nueva globalización impuesta desde finales de los años 80,
el crecimiento de China y otros “tigres asiáticos”, y sobre todo, en las muy
devastadoras políticas, proyectos y tecnologías que aplican, desde los 80, los
gobiernos neoliberales del Norte y el Sur globales que provocan un terrible
daño o costo climático, ecológico, ambiental, cultural, social, económico,
político y simbólico. Se vuelven comunes noticias en los medios, como esta: “La
economía japonesa va bien, los japoneses no tan bien” Crece el PIB, pero,
la mayor parte de la población se vuelve más pobre.
No obstante, en esta
primera década la fe neoliberal conoce también el inicio de su decadencia: aparece
el Cisne Negro descrito por el matemático Nassim Taleb, cuando el 15 de
septiembre de 2008 sucede la quiebra del Banco Lehman Brothers, derivada de la
burbuja inmobiliaria (hipotecas subprime o basura; créditos Ninja) que tiene un
efecto dominó en todo el mundo; se dice que provocó la mayor crisis económica
mundial de la historia y provocó la quiebra de otros bancos y hace quebrar a
Wall Street; años más tarde hace quebrar a varios países de la Unión Europea
(Grecia, Irlanda, Portugal). Se
pierde la fe en la capacidad de los mercados, aun los más sofisticados, para
autorregularse. El gobierno de Obama y el Banco Central Europeo trasladan en
los siguientes años las pérdidas de los bancos a la población y a las nuevas
generaciones: “demasiado grandes para permitir su quiebra” (Too Big to Fail)
Debido
al gran tamaño que logra tener la economía mundial en las últimas décadas del
siglo XX, al iniciar el nuevo siglo, se acelera la devastación del clima, la
ecología, las culturas, el tejido social, las economías comunitarias, la
democracia, los derechos humanos, las certidumbres o valores: los eventos
climáticos extremos se volvieron más frecuentes; la desaparición de especies y
lenguajes aún más rápida; la violencia social se dispara; el crimen organizado
se globaliza rápidamente; la miseria y las migraciones crecen a grandes tasas;
los gobiernos se vuelven bastante más débiles e incapaces frente al colapso
social; una parte importante de la sociedad se convierte a la religión económica;
la tecnología se sacralizó en gran medida: hay un gran cambio cultural. El
futuro de las comunidades y los países se volvió impensable.
2000-2010 Nace en
Francia el movimiento contra el crecimiento sin límites; aparece una nueva
manera de hacer la guerra y estalla en 2008 el crack de Wall Street que hace naufragar
la fe neoliberal en los mercados
SOBRE LOS ESCOMBROS DEL
CRECIMIENTO EMERGE EL DESCRECIMIENTO
[1]
Millenium Ecosystem Assesment Report, Living Beyond Our Means
[3] La
Biosphere de l’Anthropocene. Climat et petrole, la double menace. Jacques
Grinevald, Georg, Geneve, 2007
[4] A
vous de choisir. L’ecologie ou la mort , Paris, Pauvert, 1974
[5] La
Grande Implosion, Rapport sur l’effondrement de l’Occident, Fayard, Paris,
1995
[6] Our
Final Century, Arrow Books,2004
[7] Le
Gran Massacre, l’avenir des especes vivantes
[8] The
Revenge of Gaia, 2006
[9] Sortir
de la Societé de Consomation. Serge Latouche, Les Liens qui Liberen, 2010,
p 55
[10]
Ibid, p 55
[11] Le
Pari de la decroissance, Fayard, 2006
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