Mesa Redonda “Sustentabilidad y soberanía alimentaria; en la búsqueda del buen comer y el hambre cero”
4 de agosto
de 2022
Dentro del ciclo LA RIQUEZA NATURAL DE MÉXICO ¿HASTA
CUANDO?
Convocado por la
Dirección de Comunicación del Conocimiento de la Rectoría General, de la
Universidad Autónoma Metropolitana, UAM
Preguntas de
Raúl Anthony Olmedo, FCPS- UNAM
Respuestas
(revisadas) de Miguel Valencia Mulkay
1. ¿Cómo definiría la soberanía alimentaria y qué tan pertinente
es hablar de ella en el marco de la globalización?
La
soberanía alimentaria, en mi opinión, es la consecuencia de contar con una producción
nacional de alimentos que, después de cubrir la mayor parte de las necesidades de
alimentos básicos, tiene todavía capacidad de hacer algunas exportaciones
debido a diversos factores, entre ellos, que el país tiene una sociedad bien
informada sobre los asuntos alimentarios, muy especialmente a lo que concierne
a la calamidad que representa la industria agropecuaria y otras industrias, por
lo que tiene un gobierno legítimo (elegido democráticamente) y autonomía política
en sus ecorregiones.
Ciertamente,
La Vía campesina, tiene una definición de soberanía alimentaria más amplia,
pero, no muy diferente a la que he dado al empezar mi respuesta que toma en
cuenta las relaciones de poder entre los países del Norte global y el Sur
global, muy afectadas por la dependencia financiera y tecnológica de estos
últimos.
La Vía
Campesina, con sus mas de doscientos millones de miembros en el mundo, es sin
lugar a dudas la organización que tiene las mejores propuestas del mundo en
asuntos de soberanía alimentaria y la producción de alimentos. Lamentablemente,
tiene poca presencia en México por el viejo control de los campesinos mexicanos
que tiene el gobierno mexicano, corporativizados por medio del PRI y los
“apoyos para el campo”.
En 1973,
Henry Kissinger resume en una frase histórica la política o estrategia para el
control del mundo que adoptaría EU en las siguientes décadas: “Controla los alimentos y
controlaras a la gente; controla el petróleo y controlaras las naciones;
controla el dinero y controlaras al mundo” En las últimas décadas, EU ha
querido controlar a la gente, las naciones y el mundo, por medio del control de
los alimentos; por medio de tecnologías, como los Organismos Genéticamente
Modificados o transgénicos y los agroquímicos (glifosato) y por medio de
poderosas transnacionales, como Monsanto-Bayer, Du Pont, Dow, Cargill o Archer Daniells Midland, Coca-Cola y otras
que tienen un gran control de los alimentos en el mundo.
La devastación cultural de los países del Sur global ha sido la gran
estrategia de los países del Norte global, con el propósito de hacerlos
depender de sus muy depredadoras tecnologías y sus muy nocivos alimentos que
crean grandes problemas de salud pública. Hace décadas, han convencido a los
gobiernos poco democráticos del Sur global que deben eliminar la anacrónica e
improductiva cultura campesina- que no genera empleo convencional y utiliza muy
poca tecnología-, con el propósito de propiciar el crecimiento de los
agricultores, de los negocios de los empresarios agrícolas que cultivan con
maquinaria y equipos vendidos por estos países y siguen la lógica de
crecimiento económico sin límites. También, los han convencido que deben apoyar
la introducción en sus países de formas de comercialización de alimentos ultra
procesados, por medio de supermercados y super franquicias de Fast Food o
Comida Rápida, para desplazar o falsificar la culinaria tradicional.
Las universidades mexicanas,
incluyendo Chapingo, hicieron su parte en esta devastación cultural. Una gran muestra de esta política
anticultural fue la frase pronunciada hacia 1990, por Hank González, designado
secretario de Agricultura por Salinas de Gortari: “es mi tarea principal sacar del campo a 15 millones de campesinos,
para traerlos a las ciudades” Logró su propósito: la mayor parte de ellos
migraron en los siguientes tres lustros a EU y Canadá. Otra
muestra, la entrega del subsidio a la tortilla
La Evaluación Internacional del Papel
del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD,
por su sigla en inglés) es la más amplia y rigurosa evaluación de la
agricultura realizada hasta la fecha.
2. ¿De qué manera podría vincular la soberanía
alimentaria con el buen comer o con el Objetivo de Desarrollo Sustentable de
Hambre Cero?
Kissinger; Hank
Gonzalez Mas de 10 millones de campesinos migraron entre 1995 y 2005 debido al
TLC. La Vía Campesina en México. Chapingo . Las Vacas europeas
El Buen
Comer es posible cuando lo que se come se produce en buena parte en la cercanía
donde se consume, utilizando poco transporte. Cuando los que se come proviene de un
productor artesanal, conocido por el consumidor, que por otra parte, consume
parte de lo que produce porque lo que produce es de muy buena calidad, por
hacerse en pequeña escala y de esta manera no utiliza productos químicos para
su producción, equipos importados para realizar sus cultivos, semillas
patentadas, gran consumo de agua y energía, y sobre todo no tiene una gran huella
de transporte, enemigo del clima, como lo tienen los alimentos importados.
Productiviad
industrial es contraria a la productividad
El Buen
Comer es posible cuando se recuperan las formas antiguas de cultivar y cocinar alimentos
de la ecorregión mientras se conservan los conocimientos científicos. El Buen
comer es un arte; es una poiesis que requiere protección social y política:
entraña la desindustrialización de la producción de alimentos.
El Buen
Comer exige un cuidado muy grande con los tiempos y los lugares. No se debe
comer frecuentemente a destiempo y en cualquier lugar que no sea convivencial.
No es posible el Buen Comer en las ciudades, como la ciudad de México, en la
que los trabajadores dedican cuatro horas promedio al transporte puerta a
puerta y se ven obligados a comer en No lugares de Comida Rápida, por falta de
tiempo para los asuntos familiares o domésticos.
El Buen
Comer requiere de un entorno social que proteja el arte de comer, como la
construcción de eco-comunidades en cada pueblo, ejido, barrio o colonia, con el
fin de evitar la colonización del modo de vida desarrollado, occidental que
exige un consumo excesivo de energía tanto en la generación de electricidad,
como en el transporte y las comunicaciones, tal como se observa en los países
del Norte global, cuyos estilos o modos de vida son el ejemplo de lo que no
debe hacerse para lograr la sustentabilidad y la resistencia frente al colapso
climático y ambiental.
Solo por
medio de la relocalización de la producción y el consumo de alimentos, acordada
por un conjunto de eco-comunidades, se podría lograr la soberanía alimentaria y
el objetivo de Hambre Cero. Sólo por medio de un cambio cultural se podría
lograr la soberanía alimentaria y el objetivo de Hambre Cero.
3. Como consumidores, ¿cómo podemos contribuir a
la soberanía alimentaria?
Como
consumidores podemos contribuir a la soberanía alimentaria:
·
tratando de producir en nuestra vivienda un poco de lo que consumimos,
por ejemplo, vegetales que se pueden cultivar en ventanas, terrazas, azoteas,
jardines o en huertos urbanos (colectivos); es decir: practicar la urbicultura.
Sin ser productores no podemos ser buenos consumidores. Podemos regalar, hacer
trueque, o vender parte de lo que cultivamos a vecinos o a una cooperativa de
la comunidad donde vivimos; esto fortalece la economía local que ahora esta
devastada por la globalización.
·
tratando de consumir lo que producen los productores locales de nuestra
ecorregión y dejando de consumir tanto como se pueda los alimentos
industrializados, especialmente los tienen una gran huella de transporte o procesamiento
industrial excesivo.
·
apoyando la creación de cooperativas comunitarias o vecinales que hagan
la redistribución de los alimentos cultivados en las comunidades y de otras
comunidades vecinas o cercanas. Hacer
colectivamente el cambio cultural es más fácil.
·
Investigando, con apoyo de información alternativa (fuera del
sistema político y económico), de cómo se producen nuestros alimentos en el
campo y en los establos y de las consecuencias de la producción industrial, con
respecto al consumo de los venenos químicos, el material radioactivo o tóxico, fármacos
que utilizan en la industria y como es el proceso de comercialización ( especulación
con alimentos), transporte, venta al menudeo y sobre todo la transportación
involucrada en el alimento que llevamos a nuestros labios y el desperdicio en
cada etapa de este proceso.
·
apoyando la lucha global contra el crecimiento sin límites (descrecimiento)
de la economía y, por supuesto, contra las industrias que intervienen en la
producción de alimentos, como: la agropecuaria, la química, la petrolera, la eléctrica,
por sus malas prácticas, tanto por el uso de agroquímicos y fármacos que han
conducido a una crisis de salud mundial por los monstruosos productos que
comercializa. Los grandes productores globales de alimento producen los peores
alimentos porque tienen efectos nefastos en varias dimensiones, entre ellas la
salud, la convivencia, las economías locales. La industria agropecuaria tiene
un consumo excesivo de petróleo y agua, para producir y hacer llegar a los labios
del consumidor un kg de alimento. El transporte de alimentos producidos
industrialmente hace una gran contribución al desastre climático.
·
Movilizándonos para crear conciencia entre nuestros familiares, amigos y
conocidos sobre lo que sucede en los asuntos de la alimentación en México y en
el mundo.
·
conociendo de la existencia de la emergencia climática y ecológica global
que entre otras cosas exige reducir el consumo de gas, carbón y petróleo a la
mitad antes del 2030, para evitar un rápido aumento en la temperatura sobre la
superficie de la tierra que puede significar la multiplicación de hecatombes de
millones de personas en las próximas décadas.
·
reconociendo que antes que consumidores somos seres humanos que habitan
en algún lugar del mundo donde los sistemas globales (políticas y económicas)
nos fuerzan a producir y consumir lo que no nos conviene como personas y como
nación. La mercadotecnia es capaz de imponer productos y consumos completamente
contrarios a la convivencia social. Tanto la escolarización como la publicidad
han contribuido mucho a colonizar el imaginario social, por lo que se consume
lo que no se produce en el país, con gravísimas consecuencias para el
consumidor, la ecología o el medio ambiente que lo rodea y desde luego, para el
país.
·
Descolonizando nuestra mente de ideas económicas, economistas,
economicistas que impiden que podamos entender la sociedad industrial
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