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viernes, 20 de enero de 2023

Mesa Redonda “Sustentabilidad y soberanía alimentaria; en la búsqueda del buen comer y el hambre cero”

4 de agosto de 2022

Dentro del ciclo LA RIQUEZA NATURAL DE MÉXICO ¿HASTA CUANDO?

Convocado por la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la Rectoría General, de la Universidad Autónoma Metropolitana, UAM

Preguntas de Raúl Anthony Olmedo, FCPS- UNAM

Respuestas (revisadas) de Miguel Valencia Mulkay

1.      ¿Cómo definiría la soberanía alimentaria y qué tan pertinente es hablar de ella en el marco de la globalización?

La soberanía alimentaria, en mi opinión, es la consecuencia de contar con una producción nacional de alimentos que, después de cubrir la mayor parte de las necesidades de alimentos básicos, tiene todavía capacidad de hacer algunas exportaciones debido a diversos factores, entre ellos, que el país tiene una sociedad bien informada sobre los asuntos alimentarios, muy especialmente a lo que concierne a la calamidad que representa la industria agropecuaria y otras industrias, por lo que tiene un gobierno legítimo (elegido democráticamente) y autonomía política en sus ecorregiones.

Ciertamente, La Vía campesina, tiene una definición de soberanía alimentaria más amplia, pero, no muy diferente a la que he dado al empezar mi respuesta que toma en cuenta las relaciones de poder entre los países del Norte global y el Sur global, muy afectadas por la dependencia financiera y tecnológica de estos últimos.

La Vía Campesina, con sus mas de doscientos millones de miembros en el mundo, es sin lugar a dudas la organización que tiene las mejores propuestas del mundo en asuntos de soberanía alimentaria y la producción de alimentos. Lamentablemente, tiene poca presencia en México por el viejo control de los campesinos mexicanos que tiene el gobierno mexicano, corporativizados por medio del PRI y los “apoyos para el campo”. 

Hay que reconocer que los países del Norte global utilizan los alimentos como forma de guerra de baja intensidad, para someter a los países del Sur global a sus objetivos estratégicos de dominio sobre las formas de producir alimentos, con el fin de que sean globales, para consumo global, y con ello, no solo controlar los mercados globales de alimentos, también, obtener de estos países las materias primas que necesitan a bajo precio.

 

 

Los países del Sur Global, como México, reciben fuertes presiones políticas y económicas de los países del Norte Global, con el fin de que utilicen en el campo las tecnologías monopolizadoras que ellos producen y no subsidien a sus agricultores mientras esos países poderosos los subsidian enormemente. De esta forma, los hacen muy dependientes y, además, obtienen beneficios por la tecnología que venden a estos países vulnerables. Los tratados de libre comercio revelan la enorme desinformación social en los países del Sur global, con respecto a los alimentos, como parte de una guerra global, por el control de los cuerpos de los seres humanos y la poca legitimidad de los gobiernos del Sur global que firman estos tratados.

En 1973, Henry Kissinger resume en una frase histórica la política o estrategia para el control del mundo que adoptaría EU en las siguientes décadas: Controla los alimentos y controlaras a la gente; controla el petróleo y controlaras las naciones; controla el dinero y controlaras al mundo” En las últimas décadas, EU ha querido controlar a la gente, las naciones y el mundo, por medio del control de los alimentos; por medio de tecnologías, como los Organismos Genéticamente Modificados o transgénicos y los agroquímicos (glifosato) y por medio de poderosas transnacionales, como Monsanto-Bayer, Du Pont, Dow, Cargill o  Archer Daniells Midland, Coca-Cola y otras que tienen un gran control de los alimentos en el mundo.  

La globalización impuesta por el Norte global tiende a destruir la soberanía alimentaria de los países del Sur global: es la mayor amenaza a la soberanía alimentaria de estos países: se imponen cambios constitucionales muy favorables a los intereses globalizadores lo que hace que se corrompan completamente los controles de calidad de los alimentos - caso COFEPRIS- por lo que no deben estar a negociación de libre comercio las necesidades básicas o elementales de alimentación. La cultura y la ecología del país no debe ser negociable.

Por ello, me parece fundamental el alejamiento de los países del Sur global de las tecnologías para la agricultura (monocultivos, agroquímicos, OGM, ) desarrolladas en el Norte global y de los mercados globales de alimentos.  Por otro lado, es fundamental el fortalecimiento de la autonomía política de las ecorregiones del país, para que se eviten los cultivos globalizados y se hagan los cultivos que garantizan la producción de las necesidades alimentarias del territorio y apropiados al clima, aires y suelos de la ecorregión.

La devastación cultural de los países del Sur global ha sido la gran estrategia de los países del Norte global, con el propósito de hacerlos depender de sus muy depredadoras tecnologías y sus muy nocivos alimentos que crean grandes problemas de salud pública. Hace décadas, han convencido a los gobiernos poco democráticos del Sur global que deben eliminar la anacrónica e improductiva cultura campesina- que no genera empleo convencional y utiliza muy poca tecnología-, con el propósito de propiciar el crecimiento de los agricultores, de los negocios de los empresarios agrícolas que cultivan con maquinaria y equipos vendidos por estos países y siguen la lógica de crecimiento económico sin límites. También, los han convencido que deben apoyar la introducción en sus países de formas de comercialización de alimentos ultra procesados, por medio de supermercados y super franquicias de Fast Food o Comida Rápida, para desplazar o falsificar la culinaria tradicional. 

Las universidades mexicanas, incluyendo Chapingo, hicieron su parte en esta devastación cultural.  Una gran muestra de esta política anticultural fue la frase pronunciada hacia 1990, por Hank González, designado secretario de Agricultura por Salinas de Gortari: es mi tarea principal sacar del campo a 15 millones de campesinos, para traerlos a las ciudades” Logró su propósito: la mayor parte de ellos migraron en los siguientes tres lustros a EU y Canadá. Otra muestra, la entrega del subsidio a la tortilla

 

 

 

La Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD, por su sigla en inglés) es la más amplia y rigurosa evaluación de la agricultura realizada hasta la fecha.

 

2.      ¿De qué manera podría vincular la soberanía alimentaria con el buen comer o con el Objetivo de Desarrollo Sustentable de Hambre Cero?

Kissinger; Hank Gonzalez Mas de 10 millones de campesinos migraron entre 1995 y 2005 debido al TLC. La Vía Campesina en México. Chapingo . Las Vacas europeas

El Buen Comer es posible cuando lo que se come se produce en buena parte en la cercanía donde se consume, utilizando poco transporte.  Cuando los que se come proviene de un productor artesanal, conocido por el consumidor, que por otra parte, consume parte de lo que produce porque lo que produce es de muy buena calidad, por hacerse en pequeña escala y de esta manera no utiliza productos químicos para su producción, equipos importados para realizar sus cultivos, semillas patentadas, gran consumo de agua y energía, y sobre todo no tiene una gran huella de transporte, enemigo del clima, como lo tienen los alimentos importados.

Productiviad industrial es contraria a la productividad

El Buen Comer es posible cuando se recuperan las formas antiguas de cultivar y cocinar alimentos de la ecorregión mientras se conservan los conocimientos científicos. El Buen comer es un arte; es una poiesis que requiere protección social y política: entraña la desindustrialización de la producción de alimentos.

El Buen Comer exige un cuidado muy grande con los tiempos y los lugares. No se debe comer frecuentemente a destiempo y en cualquier lugar que no sea convivencial. No es posible el Buen Comer en las ciudades, como la ciudad de México, en la que los trabajadores dedican cuatro horas promedio al transporte puerta a puerta y se ven obligados a comer en No lugares de Comida Rápida, por falta de tiempo para los asuntos familiares o domésticos.  

El Buen Comer requiere de un entorno social que proteja el arte de comer, como la construcción de eco-comunidades en cada pueblo, ejido, barrio o colonia, con el fin de evitar la colonización del modo de vida desarrollado, occidental que exige un consumo excesivo de energía tanto en la generación de electricidad, como en el transporte y las comunicaciones, tal como se observa en los países del Norte global, cuyos estilos o modos de vida son el ejemplo de lo que no debe hacerse para lograr la sustentabilidad y la resistencia frente al colapso climático y ambiental.

Solo por medio de la relocalización de la producción y el consumo de alimentos, acordada por un conjunto de eco-comunidades, se podría lograr la soberanía alimentaria y el objetivo de Hambre Cero. Sólo por medio de un cambio cultural se podría lograr la soberanía alimentaria y el objetivo de Hambre Cero.

3.      Como consumidores, ¿cómo podemos contribuir a la soberanía alimentaria?

Como consumidores podemos contribuir a la soberanía alimentaria:

·         tratando de producir en nuestra vivienda un poco de lo que consumimos, por ejemplo, vegetales que se pueden cultivar en ventanas, terrazas, azoteas, jardines o en huertos urbanos (colectivos); es decir: practicar la urbicultura. Sin ser productores no podemos ser buenos consumidores. Podemos regalar, hacer trueque, o vender parte de lo que cultivamos a vecinos o a una cooperativa de la comunidad donde vivimos; esto fortalece la economía local que ahora esta devastada por la globalización.

·         tratando de consumir lo que producen los productores locales de nuestra ecorregión y dejando de consumir tanto como se pueda los alimentos industrializados, especialmente los tienen una gran huella de transporte o procesamiento industrial excesivo.

·         apoyando la creación de cooperativas comunitarias o vecinales que hagan la redistribución de los alimentos cultivados en las comunidades y de otras comunidades vecinas o cercanas.  Hacer colectivamente el cambio cultural es más fácil.

·         Investigando, con apoyo de información alternativa (fuera del sistema político y económico), de cómo se producen nuestros alimentos en el campo y en los establos y de las consecuencias de la producción industrial, con respecto al consumo de los venenos químicos, el material radioactivo o tóxico, fármacos que utilizan en la industria y como es el proceso de comercialización ( especulación con alimentos), transporte, venta al menudeo y sobre todo la transportación involucrada en el alimento que llevamos a nuestros labios y el desperdicio en cada etapa de este proceso.

·         apoyando la lucha global contra el crecimiento sin límites (descrecimiento) de la economía y, por supuesto, contra las industrias que intervienen en la producción de alimentos, como: la agropecuaria, la química, la petrolera, la eléctrica, por sus malas prácticas, tanto por el uso de agroquímicos y fármacos que han conducido a una crisis de salud mundial por los monstruosos productos que comercializa. Los grandes productores globales de alimento producen los peores alimentos porque tienen efectos nefastos en varias dimensiones, entre ellas la salud, la convivencia, las economías locales. La industria agropecuaria tiene un consumo excesivo de petróleo y agua, para producir y hacer llegar a los labios del consumidor un kg de alimento. El transporte de alimentos producidos industrialmente hace una gran contribución al desastre climático.

·         Movilizándonos para crear conciencia entre nuestros familiares, amigos y conocidos sobre lo que sucede en los asuntos de la alimentación en México y en el mundo.

·         conociendo de la existencia de la emergencia climática y ecológica global que entre otras cosas exige reducir el consumo de gas, carbón y petróleo a la mitad antes del 2030, para evitar un rápido aumento en la temperatura sobre la superficie de la tierra que puede significar la multiplicación de hecatombes de millones de personas en las próximas décadas.

·         reconociendo que antes que consumidores somos seres humanos que habitan en algún lugar del mundo donde los sistemas globales (políticas y económicas) nos fuerzan a producir y consumir lo que no nos conviene como personas y como nación. La mercadotecnia es capaz de imponer productos y consumos completamente contrarios a la convivencia social. Tanto la escolarización como la publicidad han contribuido mucho a colonizar el imaginario social, por lo que se consume lo que no se produce en el país, con gravísimas consecuencias para el consumidor, la ecología o el medio ambiente que lo rodea y desde luego, para el país.

·         Descolonizando nuestra mente de ideas económicas, economistas, economicistas que impiden que podamos entender la sociedad industrial  

 

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