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lunes, 13 de diciembre de 2021

 

Trampas en la consulta del proyecto de NAICM

20 de septiembre de 2018

Miguel Valencia Mulkay de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México    

Con mucha frecuencia los gobiernos mexicanos han realizado falsas consultas populares, especialmente cuando se ha tratado de consultar a pueblos indígenas, campesinos y vecinos de pueblos, ejidos, barrios y colonias, sobre asuntos trascendentes, de vida o muerte, como lo es el impacto socio ambiental o cultural de megaproyectos.

Los responsables de organizar estas consultas normalmente detestan escuchar, conocer, explicar, argumentar o debatir sobre temas culturales, climáticos, ecológicos, ambientales y sociales que son muy ajenos a la religión de la economía y el poder que han jurado defender con su vida.

Viven en la fantasía y la quimera: prefieren hablar de la gran ingeniería y la maravillosa arquitectura del proyecto, sus enormes beneficios económicos, el apoyo a la competitividad y la urgente necesidad de infraestructura en el rubro. Funcionan como solapados vendedores del proyecto; habitualmente utilizan los mismos argumentos que han servido por muchos años para justificar las obras que han llevado al país a la ruina ecológica, cultural y económica.   

De tal manera los gobiernos han estado empecinados en sus proyectos que han hecho toda clase de maniobras para simular que hacen una consulta.  La Semarnat y la Seduvi pueden dar cátedra en artimañas y marrullerías en asuntos de consultas de ese tipo.

La consulta de la Semarnat sobre el impacto del NAICM fue realizada en Ecatepec, en 2014, de manera semiclandestina. Por otra parte, los institutos electorales han resultado muy poco confiables en las consultas de proyectos que afectan a localidades, por su gran dependencia de los partidos que los eligen y su poco conocimiento de los sufrimientos de las comunidades.

En estos días López Obrador nos da tantas sorpresas desagradables que no es descartable que sus representantes incurran en las mismas prácticas. El Tren Maya nos hace recordar su inveterada debilidad por los megaproyectos (recordar el Segundo Piso en el Viaducto y Periférico).

Hacer preguntas ambiguas o capciosas es un ardid muy socorrido en las consultas públicas mexicanas; también lo es promover un intenso debate sobre la ingeniería, el financiamiento y el impacto del proyecto, en el empleo y la economía regional y nacional, con el fin de evitar la discusión sobre sus aspectos siniestros, como la muerte de los equilibrios hídricos y ecológicos de la Cuenca o de la economía campesina o de los cientos de miles de personas, a lo largo de varias décadas, a causa de las consecuencias ecológicas, climáticas, culturales, sociales, urbanísticas, económicas y políticas de su construcción.

El exceso de información de ciertos aspectos de un proyecto produce desinformación en los enfoques que se quieren ocultar. No puede ser aceptada una consulta que se realiza ocultando o minimizando información sobre los ángulos de alto riesgo, funestos o catastróficos del proyecto.

 Tampoco puede ser aceptada una consulta en la que sólo han debatido en TV y radio tendenciosos y sedicentes expertos al servicio de grandes empresarios y políticos y no se escuchan las voces frente al megaproyecto NAICM, de los artistas, los defensores de los lagos, las aves, los bosques, el agua, el suelo y el aire limpio, la biodiversidad, el clima, las culturas, las reservas de petróleo, la minimización del transporte aéreo y urbano, los vestigios arqueológicos, la Cuenca de México, la historia, la geografía, la filosofía, entre otros.    

Sobre todo, sería inaceptable una consulta sobre NAICM que no reconociera las conclusiones de las asambleas autónomas comunitarias, municipales, regionales o de cuenca, convocadas por organizaciones no partidistas de la Cuenca de México.

Sólo la discusión cara a cara de los vecinos de pueblos, ejidos, barrios o colonias más directamente afectados de esta cuenca puede generar una decisión popular legítima sobre este megaproyecto. En una fecha tan cercana a su realización, no está claro el procedimiento de la consulta de AMLO sobre el NAICM. La votación con voto secreto puede ser otra trampa.

Independientemente de la organización de la consulta, el megaproyecto NAICM constituye un atentado contra la cultura, el clima, la ecología, el medio ambiente, la salud, el Buen Vivir, el tejido social, la economía y la política regional de la Cuenca de México. Es producto de la insensibilidad, incultura, cerrazón de pensamiento, y barbarie economicista que han creado en México sus gobernantes y sus grandes empresarios, por medio de las escuelas, las universidades, los medios masivos de comunicación y los modos de vida hipertecnificados de los últimos 30 años.

Sólo una sociedad desquiciada puede pavimentar un lago que es fundamental para la conservación de sus escasas buenas costumbres (valores, cultura) climáticas y ecológicas y fomentar aquello que degrada su vida presente y futura: el transporte, una de las actividades más nocivas del mundo.

La construcción del NAICM, implica tirar a la basura cualquier discurso gubernamental y universitario sobre la defensa del clima, la ecología y el medio ambiente.

Las universidades mexicanas necesitan demostrar que la defensa del clima y la ecología está por encima de la siniestra economía. López Obrador hará una historia atroz o gloriosa, con su decisión sobre el NAICM.   

Trampas en la consulta del proyecto de NAICM

 

   

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