Trampas en la consulta del proyecto de NAICM
20 de septiembre de 2018
Miguel Valencia Mulkay de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
Con mucha frecuencia los gobiernos mexicanos han realizado
falsas consultas populares, especialmente cuando se ha tratado de consultar a
pueblos indígenas, campesinos y vecinos de pueblos, ejidos, barrios y colonias,
sobre asuntos trascendentes, de vida o muerte, como lo es el impacto socio
ambiental o cultural de megaproyectos.
Los responsables de organizar estas consultas normalmente detestan
escuchar, conocer, explicar, argumentar o debatir sobre temas culturales, climáticos,
ecológicos, ambientales y sociales que son muy ajenos a la religión de la
economía y el poder que han jurado defender con su vida.
Viven en la fantasía y la quimera: prefieren hablar de la
gran ingeniería y la maravillosa arquitectura del proyecto, sus enormes beneficios
económicos, el apoyo a la competitividad y la urgente necesidad de
infraestructura en el rubro. Funcionan como solapados vendedores del proyecto; habitualmente
utilizan los mismos argumentos que han servido por muchos años para justificar las
obras que han llevado al país a la ruina ecológica, cultural y económica.
De tal manera los gobiernos han estado empecinados en sus
proyectos que han hecho toda clase de maniobras para simular que hacen una
consulta. La Semarnat y la Seduvi pueden
dar cátedra en artimañas y marrullerías en asuntos de consultas de ese tipo.
La consulta de la Semarnat sobre el impacto del NAICM fue
realizada en Ecatepec, en 2014, de manera semiclandestina. Por otra parte, los
institutos electorales han resultado muy poco confiables en las consultas de
proyectos que afectan a localidades, por su gran dependencia de los partidos
que los eligen y su poco conocimiento de los sufrimientos de las comunidades.
En estos días López Obrador nos da tantas sorpresas
desagradables que no es descartable que sus representantes incurran en las
mismas prácticas. El Tren Maya nos hace recordar su inveterada debilidad por
los megaproyectos (recordar el Segundo Piso en el Viaducto y Periférico).
Hacer preguntas ambiguas o capciosas es un ardid muy
socorrido en las consultas públicas mexicanas; también lo es promover un
intenso debate sobre la ingeniería, el financiamiento y el impacto del proyecto,
en el empleo y la economía regional y nacional, con el fin de evitar la
discusión sobre sus aspectos siniestros, como la muerte de los equilibrios
hídricos y ecológicos de la Cuenca o de la economía campesina o de los cientos
de miles de personas, a lo largo de varias décadas, a causa de las
consecuencias ecológicas, climáticas, culturales, sociales, urbanísticas,
económicas y políticas de su construcción.
El exceso de información de ciertos aspectos de un proyecto
produce desinformación en los enfoques que se quieren ocultar. No puede ser
aceptada una consulta que se realiza ocultando o minimizando información sobre
los ángulos de alto riesgo, funestos o catastróficos del proyecto.
Tampoco puede ser aceptada
una consulta en la que sólo han debatido en TV y radio tendenciosos y sedicentes
expertos al servicio de grandes empresarios y políticos y no se escuchan las
voces frente al megaproyecto NAICM, de los artistas, los defensores de los
lagos, las aves, los bosques, el agua, el suelo y el aire limpio, la
biodiversidad, el clima, las culturas, las reservas de petróleo, la
minimización del transporte aéreo y urbano, los vestigios arqueológicos, la
Cuenca de México, la historia, la geografía, la filosofía, entre otros.
Sobre todo, sería inaceptable una consulta sobre NAICM que no
reconociera las conclusiones de las asambleas autónomas comunitarias, municipales,
regionales o de cuenca, convocadas por organizaciones no partidistas de la
Cuenca de México.
Sólo la discusión cara a cara de los vecinos de pueblos,
ejidos, barrios o colonias más directamente afectados de esta cuenca puede generar
una decisión popular legítima sobre este megaproyecto. En una fecha tan cercana
a su realización, no está claro el procedimiento de la consulta de AMLO sobre
el NAICM. La votación con voto secreto puede ser otra trampa.
Independientemente de la organización de la consulta, el megaproyecto
NAICM constituye un atentado contra la cultura, el clima, la ecología, el medio
ambiente, la salud, el Buen Vivir, el tejido social, la economía y la política
regional de la Cuenca de México. Es producto de la insensibilidad, incultura, cerrazón
de pensamiento, y barbarie economicista que han creado en México sus
gobernantes y sus grandes empresarios, por medio de las escuelas, las
universidades, los medios masivos de comunicación y los modos de vida hipertecnificados
de los últimos 30 años.
Sólo una sociedad desquiciada puede pavimentar un lago que es
fundamental para la conservación de sus escasas buenas costumbres (valores,
cultura) climáticas y ecológicas y fomentar aquello que degrada su vida presente
y futura: el transporte, una de las actividades más nocivas del mundo.
La construcción del NAICM, implica tirar a la basura
cualquier discurso gubernamental y universitario sobre la defensa del clima, la
ecología y el medio ambiente.
Las universidades mexicanas necesitan demostrar que la
defensa del clima y la ecología está por encima de la siniestra economía. López
Obrador hará una historia atroz o gloriosa, con su decisión sobre el
NAICM.
Trampas en la consulta
del proyecto de NAICM
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