SARS-coV 2 NEGLIGENCIA CRIMINAL: LA ECONOMÌA CONTRA LA SALUD DE LA POBLACIÒN, LA ECOLOGÌA Y EL MEDIO AMBIENTE.

Miguel Valencia Mulkay

Presentación en la reunión en línea del 23 de mayo de 2020 de Cambiemos el Sistema No el Clima.

Cientos de miles o tal vez millones de personas podrían morir entre 2020 y 2021 debido a las consideraciones económicas de los gobiernos y las empresas transnacionales, con respecto a las medidas sanitarias que se han aplicado; emerge la biopolítica de la que hablaba Michel Foucault: unos pocos políticos, grandes empresarios y médicos muy afines a ellos, van a decidir cuantas personas habrán de morir: un numero aceptable de muertos, como los millones de personas que mueren cada año en accidentes de carretera, o de influenza o de cáncer,  para que la opinión pública no se escandalice y pueda seguir creciendo la economía y el Producto Interno Bruto y con ello, se sostengan razonablemente aceptables  las utilidades de los bancos y los grandes inversionistas. 

Ni los políticos ni los administradores de las grandes empresas están solos: una parte de la población rechaza las medidas sanitarias, por razones económicas e ignorancia de las realidades científicas. También lo hacen presidentes, como Trump y Bolsonaro, grandes empresarios, como los de la región de Bérgamo en Italia o Elon Musk de Tesla, o Salinas Pliego.

En las pandemias, las mentalidades dominadas por la religión de la economía, el Homo economicus empresarial, pone en grave riesgo las vidas de millones de personas, así como la ponen en riesgo habitualmente, por los productos malignos que producen y por la forma muy contaminante en que los producen. Quienes controlan las maquiladoras de Tijuana, el grupo Elektra, TV Azteca, Coppel y muchas otras empresas han evadido por mucho tiempo las medidas sanitarias que evitan la muerte de muchas personas. 

Podría ligarse la muerte de muchos trabajadores a la negligencia criminal de muchos políticos y administradores de empresa que, además, son enemigos históricos del equilibrio del clima y la ecología y del medio ambiente. Las grandes empresas han despedido durante la cuarentena a muchos millones de trabajadores en muchos países sin liquidación alguna, con la complicidad de políticos y funcionarios públicos.    

 Ahora, por la presión de la industria automotriz de Estados Unidos, unida a la presión diplomática de su gobierno, la industria automotriz mexicana, ligada a las cadenas productivas de ese país, echa a andar la producción en los espacios confinados de las maquiladoras mexicanas, exponiendo a la muerte a millones de trabajadores, tal como lo hacen en Estados Unidos los empresarios agrícolas y empacadores de carnes, con sus trabajadores principalmente mexicanos, considerados, por otra parte, esenciales para el funcionamiento de su glotona sociedad durante la cuarentena.

Aumentan las presiones de los empresarios y políticos fanáticos de la economía, a pesar de que diversos científicos importantes advierten del peligro de provocar muchísimas muertes, con un rápido abandono del confinamiento- ¿Dónde están las reservas de las grandes empresas y los gobiernos, para enfrentar estos acontecimientos totales que serán cada vez más frecuentes debido al daño que hace el crecimiento económico a la ecología y el clima? 

La aparición del Covid 23, el Covid 25 y otros parecen inevitables. Desde hace años, los incendios forestales, las sequias, las olas de calor, las tormentas y otros eventos climáticos nunca vistos, están ya muy pronosticados por los meteorólogos.   

Sabemos por diversos autores que esta pandemia había sido advertida por varios grupos de científicos y también por aquellos que hemos denunciado la existencia del colapso contenido del clima y la ecología. Tal parece que las únicas reservas están en los paraísos fiscales, en las cuentas de millonarios mexicanos en otros países o en pequeña parte en el Banco de México. Se han garantizado las altas utilidades de las empresas en las últimas décadas a costa de la creación de grandes riesgos sanitarios, los tóxicos super ricos y super pobres o miserables y sobre todo a costa del medio ambiente y el clima de la Tierra de todos. Estas utilidades están dejando en ruinas la riqueza biológica y cultural de México.

Por muchos años, la industria petrolera y la química han podido envenenar impunemente los acuíferos, los suelos, los ríos, los lagos, los mares, las atmosferas y nuestros alimentos de México. La industria nuclear ha podido saturar el mundo de isotopos radioactivos impunemente. 

Las empresas de la aviación, el turismo, los servicios de transporte, la salud y el entretenimiento han podido dejar en la ruina ecológica y cultural a muchos territorios. La industria alimentaria ha podido producir millones de casos de diabetes, hipertensión, cáncer y hacernos ganar primeros lugares en obesidad y en consumo de aguas azucaradas embotellas en envases desechables, sin pagar por estos daños a la salud y al medio ambiente.  

La comisión de las Naciones Unidas del Medio Ambiente y las cumbres del clima, así como la SEMARNAT, las comisiones del medio ambiente de las legislaturas y el PVEM, han estado en manos de los grandes empresarios, para evitar a toda costa que se eliminen los inmensos privilegios de los que ellos gozan. Los super millonarios tienen de rodillas a los gobiernos ligados a la hegemonía de Estados Unidos. Peor aún, desde hace décadas, las escuelas, los medios y las nuevas infraestructuras han estado virtualmente al servicio de la economía, y por lo mismo, en contra del clima, la ecología y el equilibrio social. Son responsables de las grandes calamidades que hemos empezado a sufrir en este siglo.  

Las próximas catástrofes que está creando la industria mundial, tanto virales, energéticas, hídricas, como climáticas, serán de mayor envergadura que el SARS coV-2. Podremos tener cuarentenas más rigurosas, frecuentes y peligrosas; grandes penurias de agua y otros alimentos; inseguridad y rebelión social. Podremos enfrentar guerras nunca vistas que involucren a multitud de organizaciones paramilitares, para policiacas, ultra criminales. 

Ya tenemos claras evidencias de estas tendencias en México y en el mundo. La economía moderna es una ideología de guerra de todos contra todos que induce otras formas de guerra y funciona en el mundo, por medio de una creciente destrucción de las bases de la vida en la tierra. 

El crecimiento económico se consigue desde hace algunas décadas, por medio de guerras simultaneas en muchas dimensiones (virales, bacteriológicas, climáticas, químicas, religiosas, identitarias, electrónicas, digitales, monetarias, policiacas, militares, criminales, judiciales, legislativas, entre otras)

La economía como la hemos entendido tiene que cambiar radicalmente. No podemos dejar que diariamente destruya la salud y la vida de millones de personas y los equilibrios de la vida en la Tierra, de las sociedades, las ciudades y las comunidades. No podemos dejar que esta actividad desquiciada y devastadora arruine el futuro de la humanidad. Las libertades de la economía son contrarias a las libertades de los seres humanos.  

La economía deberá estar sometida a los dictados de la Naturaleza, la supervivencia de las culturas y el buen vivir que defina cada localidad, moderados por acuerdos mundiales de respeto al clima, los más vulnerables seres humanos (indígenas, mujeres, campesinos, niños, trabajadores, minusválidos, empleados, ancianos). 

Es urgente desmitificar la economía y denunciar sus fundamentos ideológicos, como la productividad, la competitividad, el crecimiento del Producto Interno Bruto, los tratados de libre comercio y los conceptos que nos impone de escasez y abundancia o de riqueza y pobreza.  Hay que poner a la economía al servicio del ser humano.

SARS-coV 2 NEGLIGENCIA CRIMINAL: LA ECONOMÌA CONTRA LA SALUD DE LA POBLACIÒN, LA ECOLOGÌA Y EL MEDIO AMBIENTE.